Una vez en la Argentina se incorporaban como peones, y en el corto lapso de tiempo, en que aprendían a decir algunas palabras en español, aprovechando algunos días de descanso por lluvia o falta de materiales en la empresa, conseguian comprar con lo ahorrado algunas mercaderias de tienda o mercería y salían a vender por los barrios o los pueblos cercanos.
Llegaron como peones de pala y pico y en corto lapso de tiempo prosiguieron como buhoneros y pequeños comerciantes, de férrea voluntad y de notable disciplina.
No son de elegir solamente las ciudades, muchos prefirieron el campo y es así que se fueron estableciendo en la mayoría de los pueblos, principalmente donde corrían los trenes y en éllos fueron verdaderos pioneros. Sus comercios eran instalados en el campo y a veces en la pampa, constituyéndose en referenciales, cuando edificaban en un cruce de caminos reales. La gente decía por ejemplo "Del boliche de Jacinto hacia el sur unas cinco leguas" o "de lo del turco Abraham debe seguir hasta el monte de algarrobos y de allí hasta el rio".
Fueron los primeros en cargar la mercadería al hombro y salir a las campañas, fueron los primeros en usar la libreta para los créditos y fueron los que llevando elementos de primera necesidad para la gente del campo, acercaban la civilización a quienes no conocían o no usaban elementos como los peines, el jabón, el talco, las colonias, la tela para sábanas, las puntillas, los botones , las toallas, etc.
El oficio y sus elementos de trabajo lo llevaban a cuestas, tal es el caso de don Moisés Hasne en San Francisco de Córdoba, lo cual le daba mayor predicamento a su recorrida de una vez al mes, ya que no solo lo esperaban para comprar los artículos de tienda y mercería sino para el corte el cabello de las damas, los caballeros y los niños. En esos primeros años del siglo XX las mujeres se cortaban el pelo en las peluquerias de hombres y muchas señoras o señoritas por pudor preferían no ir y esperaban a Moisés para que le corte en su casa.
Don Moisés Hasne aprendió a hablar el piamontés como idioma de la campaña y el español para manejarse en la ciudad. Fue y es en la actualidad hombre de consulta de nietos o bisnietos de piamonteses, en cuanto a lo idiomático,cultural e histórico. Esto fue común en muchos paisanos que según la zona que habitaron aprendieron el idioma autóctono. El quichua en Santiago del Estero y el guaraní en Corrientes resultaban más fáciles de aprender para el árabe, que el idioma castellano o español.