21/01/2025 – Como lo fueron en la antigüedad los grandes imperios de la historia (Roma, Egipto, el imperio Otomano, etc.) el último siglo ha tenido a Estados Unidos como potencia mundial con vocación imperialista. Por eso, lo que ocurre allí con el poder político y económico, sigue repercutiendo en todo el mundo.
Donald Trump asumió con un discurso cargado de anuncios y decisiones polémicas que afectan al mundo y, en particular, a países latinoamericanos.Trump dijo que ordenará deportaciones masivas para expulsar a millones de migrantes ilegales; que “recuperará el Canal de Panamá” y que le cambiará el nombre al Golfo de México (lo llamará Golfo de América).
También sostuvo que sacará a Estados Unidos de los acuerdos internacionales para frenar el cambio climático y profundizará la explotación de combustibles fósiles (a pesar de que está comprobado que contribuyen con el calentamiento global); y que impondrá aranceles para todos los productos que importe Estados Unidos.
Dijo que esto marcará el inicio de la “era dorada” de Estados Unidos.En lo positivo, se definió a sí mismo como un pacificador que buscará poner fin a las principales guerras actuales, incluyendo los conflictos en Ucrania y Medio Oriente.
Dialogamos con Clarisa Demattei, Licenciada en Ciencias Políticas de la Universidad Católica Argentina, investigadora del Centro de Estudios Internacionales de la UCA e investigadora sobre América Latina.
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