12/05/2023 – En el ciclo “Las maravillas de la Creación” junto al Licenciado Gabriel Ferrero, conocimos de cerca nuestra galaxia, la “Vía Láctea”, que lleva ese nombre por la semejanza a una mancha de leche que va dejando en su recorrido.
“Ésta es la mejor época, otoño-invierno, para observarla porque se puede ver prácticamente toda la noche en estas latitudes y más precisamente ahora o en junio, a media noche la tenemos encima de nuestras cabezas. Pero justamente en estas noches, en que está la luna llena, se nos dificulta un poquito observarla porque la luna sale más temprano y con su brillo nos dificulta su vista. Pero a medida que pasen los días, vamos a poder ver que a las once de la noche, si miramos hacia el sur, veremos como se dibuja una gran franja luminosa en el cielo”.
“Podemos ver a esa luminosidad blancuzca, como si fuera un chorrito de leche desperdigado por el cielo; justamente ésa es la zona de la Vía Láctea, que comienza a verse muy brillante cerca de la Cruz del Sur y después se puede ver hacia el Este, como una larga prolongación que realmente llama mucho la atención cuando uno la ve durante la noche”.
“Galileo Galilei, en el año 1617, fue el primero en darse cuenta que esa mancha blanquecina en el cielo, en realidad, eran muchísimas estrellas agrupadas. En la actualidad se pueden contar las estrellas y hemos calculado que en la Vía Láctea hay 100 mil millones de estrellas”.
“Otra cosa que se descubrió de nuestra galaxia es que todas esas estrellas están unidas a la estrella mayor que es el Sol. Están unidas por la fuerza de la gravedad y se atraen unas a otras formando en el espacio un disco enorme que gira alrededor de un centro. El Sol también gira alrededor de la galaxia y su giro tarda 200 millones años en dar la vuelta completa”.
“En nuestra galaxia podemos observar los brazos ‘espirales’. Los podemos ver mejor cuando miramos otras galaxias, desde nuestro plano al estar insertos en él, se nos dificulta observarlos”.
Podés escuchar el programa completo en el audio que acompaña esta nota