Cronos, el dios que todo lo devora

Episodio 3: Cronos, el dios que todo lo devora

1. En el principio, existía un conflicto de poder

Las voces del tiempo me han asegurado que en el Olimpo, aquél Monte que se convirtió en el hogar de los inmortales dioses, reinaba triunfante Zeus, el señor supremo, monarca despótico que gobernaba a todos sus súbditos y también a su familia real –que, por cierto, era bastante intrigante y astuta- con dureza y rigor. Sin embargo, no siempre fue así. El poder va cambiando de turno. Los que ahora están arriba, no siempre han estado. Algunos se van por un tiempo y vuelven a reaparecer. Otros se mantienen en sus puestos y quieren perpetuarse para siempre. Unos caen y otros, los reemplazan.

Estos tiempos que corren no son fáciles. Especialmente para un Titán, esa raza de poderosos dioses que gobernaron durante la legendaria edad cuando la gente de entonces no necesitaba leyes, ni reglas porque –según dicen- todos hacían lo correcto. Parece mentira que haya existido una época así. Sin embargo, aseguran que existió. Debe haber sido un mundo ideal. Seguramente no duró demasiado o quizás sea sólo una ensoñación de nuestra imaginación colectiva, buscando un universo que se acerque      -un poco más- a lo que soñamos. Desde que comenzó el mundo y sus edades, andamos errantes procurando una sociedad algo mejor.

No hay registros de la historia primera. Sin embargo, afirman que los Titanes fueron doce y estaban relacionados con el mar y la tierra, el sol y la luna, la memoria y las leyes naturales. Esa primera generación del mundo estaba liderada por el más joven. Se llamaba Cronos y dicen que derrotó a su padre –