¿Cuál es la importancia de la fuerza de voluntad en los procesos de duelo?

Foto: Padre Mateo Bautista

30/09/2021 –  “Cuando estamos desanimados y decaídos, con quienes estamos mal es con nosotros mismos”, dijo el Padre Mateo Bautista, sacerdote camilo, en el programa “Hoy puede ser”.

El desánimo en medio del sufrimiento afecta las seis dimensiones de la persona. La persona está confundida, desorientada y se pregunta ¿si estamos heridos en todas las dimensiones, de dónde sacamos fuerza para salir? “Recordemos que es sufrimiento es muy personal pero también es comunitario. Por un lado, decimos que el sufrimiento es sólo nuestro, pero por otro pedimos a gritos ayuda para salir del sufrimiento. Con el trabajo de duelo justamente buscamos que el sufrimiento no nos aplaste, no nos aísle, que nos mate en vida, que no nos desilusiones y que no se prolongue más de lo necesario y que no aumente el sufrimiento para nosotros y para quienes nos rodean”.

El victimismo: la gran tentación cuando caemos en desánimo
“Nos guste o no, el victimismo es una gran tentación cuando estamos en sufrimiento. Todos tendemos a dar pena, “me tienen que tener en cuenta porque yo sufro”; pero si decimos “no se metan con mi sufrimiento”, entramos en una contradicción. Sabemos sufrir muy bien, sufrimos naturalmente, pero no es natural hacer un trabajo del duelo”.

La fuerza de voluntad del Rey David
En este mes de la Biblia dialogamos sobre el proceso de duelo del Rey David. El Rey David tuvo que reconciliar el proceso de duelo a título personal y como rey. Para poder salir del dolor el Rey David tuvo que poner empeño, motivación y recordar también que era un sanador herido. Porque el sufriente siempre es más grande que el sufrimiento. El proceso de duelo del Rey David también nos recuerda que el tiempo por sí mismo no sana, sino lo que hacemos en el trascurso de ese tiempo. Cuando muere su hijo Absalón, Joab, confronta empáticamente al Rey pidiéndole que se ponga de pie para volver dirigir a su pueblo. Joab reconoce la herida del Rey pero también recuerda que otros también están sufriendo y necesitan de su presencia. El Rey David estuvo tentado en dejar todo, pero lo superó; equilibró su sufrimiento personal con su responsabilidad pública.

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