“Cuando uno está mal, no hay mejor cosa que compartir ese dolor”, padre Francisco Berola

martes, 27 de agosto de 2019
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27/08/2019 – En el ciclo de esta semana, conversamos con el hermano Francisco Berola acerca de los cuidados paliativos. Éstos son aquellos que se dan cuando las posibilidades curativas de la enfermedad se tornan nulas.

“A veces, ante una enfermedad se dice que ‘ya no hay nada más por hacer’, pero todavía hay mucho por hacer”, dijo el hermano Francisco, a la vez que afirmó que, vivimos en una sociedad acelerada, esclava del tiempo cronológico: “Los cuidados paliativos ven un tiempo especial y un tiempo que merece unos cuidados para paliar sobre el dolor, sobre el sufrimiento. Son cuidados compasivos y amorosos donde hay mucho por hacer”, resaltó.

Además, el religioso camilo, señaló que estos cuidados son relativamente nuevos pero es una cultura que, de a poco, va creciendo. Es importante tomar conciencia de lo mucho que se puede hacer en esos momentos con el paciente: “Es un tiempo de gracia, porque la persona que padece ese sufrimiento o enfermedad, vivió acelerada. A veces, en esos tiempos, se puede componer relaciones con familiares o amigos, incluso con Dios, por eso vale la pena difundir los cuidados paliativos”, reflexionó.

El sacerdote agregó que la idea que se plantea es que la persona puede pasar sus últimos días (y morir también) si es posible, en su casa. Esto tiene que ver con los últimos pasos de la vida en el hogar, en caso contrario, debe ser en un lugar digno donde el paciente puede recibir visitas con facilidad.

¿Es necesario formarse para brindar cuidados paliativos?

En respuesta a esa pregunta, el hermano Francisco explicó que es un trabajo interdisciplinar. En algunas universidades argentinas, existe la Especialidad de Médico Paliativista.

“Estamos hablando de un cuidado interdisciplinar, no es tanto formarse, es animarse a vivir esto”, dijo Francisco y agregó que “este cuidado integral trata de que la persona viva este tiempo de la manera más activa posible, que sea partícipe, que tenga en cuenta también las decisiones, que sea autónomo en este acompañamiento”.

El rol de la familia 

El hermano Francisco resaltó a su vez, la importancia del rol de la familia del paciente durante estos cuidados paliativos, diciendo que se tiene en cuenta a todo el entorno familiar y social.

“Los cuidados paliativos tienen a la familia como destinataria. No sólo piensan en la persona sino en su familia porque el entorno también tiene que elaborar esto, en cierto modo, tienen que hacer un duelo para poder adaptarse a esa nueva realidad”, dijo.

La conspiración del silencio

En los cuidados paliativos, se habla de “la conspiración del silencio”. El hermano Francisco explicó que se trata del acuerdo implícito o explícito por parte de familiares, amigos y/o profesionales de alterar la información que se da al paciente con el fin de ocultarle el diagnóstico y/o pronóstico y/o gravedad de la situación, en general, es una decisión de la familia con la connivencia de los profesionales.

El principio general debe ser la información -aclaró el religioso-, respetando al paciente porque muchas veces la familia por protegerlo, termina vulnerando sus derechos. “Es un momento de la vida donde normalmente las personas quieren dejar sus cosas en orden, quieren irse reconciliados con aquellos con los que estaban peleados, quieren irse reconciliados con Dios. Pero si el paciente ignora la información, no puede ejercer esos derechos”, resaltó .

Por último, el padre Berola agregó: “Muchas veces se menosprecia al paciente y decimos ‘no va a poder soportarlo, no va a tener fuerzas’, y es nuestra propia impotencia de aceptar y poder hablar libremente. Por eso, cuando uno está mal, no hay mejor cosa que compartir ese dolor”.

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