01/10/2021 – Tomando el pasaje de la Transfiguración de Jesús, Marimar Bianco dialogó sobre descubrirnos en nuestras propias sombras y oscuridades, sabiéndonos profundamente amados por el Padre.
Dios habla en la sombra
Cuando Jesús toma a tres de sus discípulos se trasfigura en medio de ellos. En este pasaje aparece la dimensión de la luz y de la sombra; de las vestiduras resplandecientes y la sombra de Dios que cubre. Dios aparece en la sombra; Dios que habla desde la sombra, un reflejo de lo luminoso. En los aspectos mas oscuros de nuestra personalidad, Dios nos está hablando, porque es el aspecto más amado por Dios. Jesús cargó sobre él nuestras sombras. La sombra es la contraparte de la luz. Un grado mayor de la sombra es la oscuridad, como ausencia de la luz. Con estas metáforas y dialécticas podemos entrar dentro nuestro y preguntarnos: ¿Cómo se juega en mí esta dialéctica de la luz y de la sombra?; ¿qué contradicciones tenemos?.
Descubrir y aceptar
“Nuestras contradicciones muchas veces nos dan miedo. Reconocerlas nos cuesta, reconocer que yo mismo produzco: rivalidad, envidia, celos, etc. Generalmente nuestras sombra y sobre todo, nuestras oscuridades, las podemos descubrir por lo que los demás observan de nosotros mismos. Nuestro yo idealiza nuestra personalidad, y cuando los otros nos devuelven estos aspectos, entonces esteramos en contradicciones. Estas contradicciones las llevamos como dentro de una bolsa sellada. Hasta que comienzan aparecer ciertos signos, se comienza a filtrar la bolsa. En nuestro camino interior convive la luz, la sombra y la oscuridad. Esta última es más difícil de reconocer. El poder ver es doloroso y nos da miedo. Todo lo que no reconocemos, se nos vuelve en contra.”
¿Cuál es la mejor manera de gestionar nuestras sombras y contradicciones?
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