05/06/2020 – “Dios nos da la posibilidad de hacer algo bueno todos los días, y está en nosotros estar atentos para cuando tengamos esa posibilidad, de agarrarla, abrazarla y llevarla al corazón”, expresó Sebastián Ortíz de la Red solidaria, Llevando sonrisas. En Madre del Pueblo, el padre Marcelo Amaya, desde Catamarca nos trajo unos valiosos testimonios de solidaridad, tan necesarios en este tiempo de pandemia. Miguel Curi, nos animó a confiar y valorar el trabajo que están llevando adelante los jóvenes de la parroquia San Nicolás de Bari de Catamarca, y Sebastián Ortíz, a contagiar solidaridad y llevar sonrisas a nuestros hermanos más vulnerables.
En primer lugar, recibimos a Miguel Curi, un joven que coordina el trabajo de otros jóvenes en la parroquia San Nicolás de Bari del barrio La Viñita de Catamarca. Miguel comenzó contando que “Desde la parroquia funciona un merendero para ayudar a las familias más necesitadas de la zona y Cáritas”. Al respecto, resaltó que “La iniciativa del merendero, fue impulsada por el padre Héctor Salas, y la llevamos adelante en conjunto con el grupo de jóvenes de la parroquia, llamado San Juan Pablo II”. Aclaró también que “Nos unimos al grupo San Juan Pablo II, con motivo del Congreso mariano, recientemente suspendido”.
“Sí, -respondió Miguel- nosotros sí, gracias a la fuerza de la Morena, surgió esta unión entre dos grupos que antes no se hablaban, y que ahora pasan a trabajar en conjunto en el merendero”, acertó. En este sentido, Miguel contó sobre el trabajo inmenso que están haciendo desde la parroquia, ofreciendo un plato de comida a través del merendero y ofreciendo ayuda especialmente a otros jóvenes que han caído en las adicciones.
Miguel destacó que “Hay muchos jóvenes trabajando, a los que se suman la gente de la catequesis, los Scouts, el grupo de oración y adoración, María”.
“A los jóvenes entrar a la iglesia y rezar todos los días les da un poco de vergüenza y timidez por lo que dirá su grupo social”, indicó Miguel. Y contrapuso diciendo que “Y a la vez, cuando trabajamos en conjunto para la gente que más lo necesita, creo que ahí es cuando el joven entiende el trabajo del cristiano y del católico, que es estar a disposición del otro”.
“Y es algo hermoso, cuando uno entiende eso –resaltó- creo que es lo más hermoso que te puede pasar”. “Y sentir ese amor que da el otro, esa sonrisa, que nosotros decimos, con un mínimo sacrificio se puede hacer tan feliz a una persona, es algo que a uno lo conmueve”, expresó.
El padre Marcelo Amaya, dialogó también con Sebastián Ortíz, quien está al frente de la red solidaria en Catamarca, que se llama “Llevando sonrisas”.
Ante esta pregunta del padre Marcelo, Sebastián respondió que “La red en sí, como siempre digo, está formada por todos los catamarqueños que son los que nos ayudan, pero los que trabajamos particularmente en la red, somos ocho personas, está mi esposa Virginia, está José Amador, Fernando Cuello, Daniel Mirolo, Guillermo Julio, Claudia Piguala, Carlos Ferrera y Daniela Espeche”.
Sebastián contó que “Para formar parte de la red hay que tener ganas de ser solidario y ser solidario implica ser las veinticuatro horas del día, no cuando a uno le sobra el tiempo”. “Nosotros tratamos de hacer lo que nos hace bien y lo que Dios quiera que sea lo mejor para nosotros”.
“Hace unos días hicimos un locro, y lo que constantemente la gente está necesitando es comida, por eso, les acercamos alimentos no perecederos”. “Y en estos momentos de frío, también distribuimos ropa, ya que contamos con un roperito solidario”.
“Me parece que a pesar de que esta situación nos afecta a todos, yo soy comerciante -aclaró- y nos afecta a todos esta pandemia, económicamente, yo pienso que a las personas que viven de changas, de limpiar los vidrios, por ahí que viven de la limosna, los afecta peor”.
“Nosotros que ya venimos trabajando con la gente vulnerable se notó mucho más esta falta de alimentos”, indicó Sebastián Ortíz.
Finalmente, Sebastián Ortíz, de la red solidaria, “Llevando Sonrisas” de Catamarca, reflexionó diciendo que “Dios nos da la posibilidad de hacer algo bueno todos los días, y está en nosotros estar atentos para cuando tengamos esa posibilidad, de agarrarla, abrazarla y llevarla al corazón”, concluyó.
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