Dios nos enseña el camino

martes, 9 de diciembre de 2008
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Y como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: "De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido". Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?". Jesús respondió: "Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: ‘Soy yo’, y también: ‘El tiempo está cerca’. No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin." Después les dijo: "Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo".

Lucas 21, 5 – 11

Esto sucede en el templo, Jesús estaba molesto por la hipocresía de los fariseos y la dureza de sus corazones. Él llamaba a la conversión a través de sus “enojos”, Dios llama a cada uno según la forma que más conviene. Jesús toma el camino de las formas, toma mi propia fuerza; igual que el luchador inteligente, que con poco de lo suyo, aprovechando mi propia fuerza, me domina. Así Dios también, muchas veces en las cosas que elegimos que nos pasen -porque elegimos nosotros cómo vivir y no dejamos que nos digan cómo-, cuando elegimos nosotros cómo vivir, eso tiene sus consecuencias.

Pero Dios es fiel, su misericordia no abandona al hombre y entonces aquello que fue el camino elegido por mí pasa a ser, por la misericordia de Dios, el camino de la salvación. Es un misterio: hasta de los caprichos y de los pecados, Dios se sirve. Esto es tan cierto que incluso la Iglesia lo canta, y en la Semana Santa va a decir: feliz culpa que nos mereció tan gran Redentor. Siempre esto da qué pensar, para meditarlo: Dios se sirve de la locura del hombre para encontrar en ella una veta, un camino para la salvación. Por eso nunca hay que desesperar, por más contradictorias que parezcan las cosas, a veces hay conductas, elecciones o modos de proceder realmente dañinos, incluso para el mismo que decide hacer lo que decide. Sin embargo, y siempre respetando la libertad del hombre, Dios puede conducir a quien elige seguirlo, a pesar de las dificultades, hacia la salvación.

El Señor es fiel, increíblemente fiel. La Palabra dice: con el fiel, Tú eres fiel. Cuando nosotros elegimos ese camino torcido, Dios encuentra aún allí una forma de entrar. A San Pablo, que era perseguidor de los cristianos, el Señor lo elige y lo hace discípulo, encarándolo de la manera cómo Pablo actuaba: Pablo enfrentaba para doblegar, para imponer; y el Señor a Pablo se le impone. Lo deja ciego, lo tira del caballo, le hace perder su señorío, su altura, y su seguridad y Pablo empieza a depender de Dios. Dios encontró el camino para que sea discípulo.

Quizá tu vida ande un poco torcida, desorientada. Tal vez te das cuenta de que estás mal y no tenés fuerzas o no sabés cómo salir de ese camino. Yo te digo: animate a dejar que Dios también intervenga, y no tengas miedo de orar aunque no puedas cambiar del todo. Abrí tu corazón a Dios, escuchalo, decile cosas, aunque continúes en una locura, no le cierres del todo la puerta. El Señor te quiere, tiene un proyecto de vida y un sueño impresionante para vos, que lo puede realizar en