Doctrina Social de la Iglesia: ¿cómo se desarrolló en el tiempo y cuáles son sus principios?

miércoles, 26 de marzo de 2025

26/03/2025 – Junto a Nicolás Mondino, profesor en Ciencias Sagradas y Magister en Relaciones Internacionales, iniciamos un espacio para conocer y profundizar en la Doctrina Social de la Iglesia. En el segundo episodio conocimos sobre su desarrollo a través del tiempo y la definición de sus principios fundamentales: dignidad humana, bien común, subsidiariedad y solidaridad.

La Doctrina Social de la Iglesia es una enseñanza que ha evolucionado a lo largo de los siglos y que tiene como eje la promoción de la dignidad humana en la vida social, política y económica. Su origen formal se encuentra en la encíclica Rerum Novarum de 1891, pero su mensaje ha sido enriquecido a través de encíclicas, documentos eclesiales y reflexiones de líderes religiosos a lo largo del tiempo.

Como explicó Nicolás, esta doctrina no se basa en un único documento, sino en un conjunto de enseñanzas que buscan iluminar la realidad social desde la luz del Evangelio. Y para comprender mejor esta enseñanza, la Doctrina Social de la Iglesia se estructura en cuatro principios fundamentales:

Dignidad humana: es el principio central, que sostiene toda la reflexión de la doctrina. La Iglesia enseña que cada persona es imagen y semejanza de Dios, lo que le otorga un valor intrínseco e inalienable. “La dignidad de la persona humana nos recuerda que hay una chispa de lo divino en cada uno de nosotros”, explicó Nicolás.

Bien común: se refiere a las condiciones sociales que permiten a todas las personas alcanzar su pleno desarrollo. Este principio nos invita a trabajar en comunidad, asegurando el acceso a derechos fundamentales.

Subsidiariedad: establece que las decisiones deben tomarse en el nivel más cercano posible a las personas, permitiendo que las comunidades se desarrollen con autonomía, pero recibiendo el apoyo necesario del Estado cuando lo requieran. “Es como las rueditas de una bicicleta: al principio ayudan, pero si siguen estando cuando ya no son necesarias, terminan limitando el crecimiento”, ejemplificó Nico.

Solidaridad: Nos recuerda que estamos interconectados y que nuestras acciones tienen impacto en los demás. La solidaridad no es solo empatía, sino una actitud activa en favor del bien común, promoviendo justicia y equidad en la sociedad.

Estos principios no solo iluminan la enseñanza de la Iglesia, sino que también ofrecen un marco de reflexión para construir sociedades más justas y humanas.

Para escuchar la reflexión completa accedé al video del inicio