26/10/2020 – Esta semana, como siempre, Doña Jovita llegó con su alegría y ternura y nos dejó unos hermosos versos que nos hablan de abrir las puertas del corazón, en solidaridad y amor.
Compartimos un extracto:
“La Mariaton y la minga
tienen mucho que decir
sobre el saber compartir
el hogar y los talentos,
acá les traigo este cuento
más o menos dice así:
Supo haber un jubileo
una hermosura de encuentro,
que no había alojamiento
para tanta cristiandad,
taba llena la ciudá,
ya no daba abasto el centro.
Salieron los cura párro
a recorrer los caminos
hacia los pueblos vecinos,
pidiendo a los parroquianos
que les dieran una mano
para albergar pelegrinos.
Cerquita de la Calera
don Rufino y doña Pura
vivían con apretura
criando cabritos y chanchos,
pero ofertaron el rancho
ante el pedido del cura.
Sacó ahí nomás doña Pura
las sábanas de arcón;
las planchó con almidón
y acomodó el dormitorio
preparando el lavatorio
con la jarra y el juentón.
Pusieron agua en el cántaro
debajo de la enramada,
y la jarrita enlozada
colgada del esquinero;
hace calor en enero
viene bien el agua helada.
“¡Ave María purísima!”
se escuchó desde el camino
y contestó don Rufino
dandolé la bienvenida:
“¡sin pecado conseguida!
bienvenidos pelegrinos“.
Una mujer con un mozo,
cubiertos de polvadera,
estaban en la tranquera;
…eran medio conocidos…
¿a quien eran parecidos
el muchacho y la viajera?
‘Pasen, los chocos son mansos
y esta la pava en las brasas.
Sientansén como en su casa,
no tiene llave la puerta:
la tenimo siempre abierta
para el viajero que pasa’.
Don Rufino lo vichaba…
y al momento de cenar,
al verlo partir el pan,
le comentó a doña Pura:
“hace igual que el señor cura
cuando está pa comulgar”.
Cuando terminó el encuentro
y los güesperes se jueron,
los viejos les envolvieron,
pa’ que lleven a las casas,
unas nueces, unas pasas;
y unos güevitos caseros”.
Te invitamos escuchar el recitado completo de Doña Jovita en el audio al comienzo de esta nota
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