Dos discípulos en duelo

martes, 13 de abril de 2021
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12/04/2021 – Se relata en el Evangelio según San Lucas que dos discípulos de Jesús iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido con mucha tristeza. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. El Padre Mateo Bautista, sacerdote camilo nos acompaña en el programa “Hoy puede ser”; junto a él dialogamos sobre el duelo de los discípulos de Emaús, ¿qué aspectos concretos enseña este relato para elaborar nuestros duelos?.

Escuchar, escucharme

En este relato están bien visibles las seis dimensiones en las que hay que trabajar el duelo. “Al igual que estos discípulos, cuando estamos en duelo, oímos pero no escuchamos. Estamos tan enfrascados en nuestro yo que no escuchamos a nadie. Solo queremos desahogarnos. Algo fundamental: en un buen camino de duelo es escucharme, no solo sacar la pena. Y en segundo lugar practicar la actitud de escucha”, dijo el especialista.

Se observa además que estos discípulos tenían mucha bronca: contra Dios Padre, contra Jesús, contra la comunidad y contra ellos mismos. Además eligieron la huida, se alejaron de la comunidad; en el fondo huían de ellos mismos, negando la realidad.

Palabra clave: camino

Hay una palabra que es clave en este relato: camino. Si algo es el duelo es caminar. Jesús se puso junto a sus discípulos en el camino y se interesa por ellos. “Hay que dejarse acompañar por Dios y como lo haría Jesús en mi lugar. Jesús acompaña con una pregunta general y abierta: ¿de qué hablaban?; esto sirve para que la persona hable de lo que necesita hablar.

Ellos recitaban el credo, pero no vivían la Resurrección

“Cuando fallece un ser querido y estamos invitados a entregarlo a Dios y vivir la alegría de su Resurrección en el Señor, pero muchas veces lo hacemos superficialmente. Estamos invitados a vivir la Resurrección y vivir como resucitados. Nos cuesta hablar de nuestros seres queridos fallecidos en Dios; hablar de que ellos están vivos en el Señor.”

Ser adoptado en vida

“Cuando sufrimos, necesitamos se adoptados por alguien; recibir cariño, compañía, apoyo. No nos podemos quedar huérfanos en nuestro duelo. “Quédate con nosotros”, dijeron los discípulos. Además, no hagamos un duelo anémico: necesitamos comer de Dios y de los demás. Los discípulos lo reconocieron al partir el Pan, en la Eucaristía. No estamos solos ante la muerte y el sufrimiento; Dios esta con nosotros”, finalizó el Padre Mateo.

No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.