21/11/2013 – Muchas son las perspectivas, posturas o marcos referenciales desde los cuales mirar y vivir la realidad humana. Las espiritualidades cristianas también aportan esta posibilidad al hombre de hoy. El Papa Juan Pablo II, comenzando el Tercer ilenio de la fe cristiano, formuló que en nuestro tiempo había necesidad una espiritualidad de comunión.
En Semillas del Reino dialogamos con Sonia Vargas Andrades, focolarina (laica consagrada del Movimiento de los Focolares), quien, desde la espiritualidad fundada en la experiencia mística de Chiara Lubic se encuentra desarrollando un doctorado en Teología.
Sonia hace una propuesta concreta: descubrir en la experiencia del abandono de Jesús en la cruz, la posbilidad para la humanidad de recuperar una relación estrecha con el Padre. La relación que le da identidad a Jesús, la relación con su Padre, es inmolada para que “la llaga” del abandono humano, con su consecuente sufrimiento, tenga una posibilidad de redención.
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