El Adviento llega a Nosotros con un desafío de Fe y de Espiritualidad

sábado, 29 de noviembre de 2008
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    Trataremos de hacer una adecuada reflexión sobre la Navidad y sobre nuestras vidas, para que el Señor vaya iluminando nuestras mentes y nuestros corazones, para disponernos con alegría, gozo y esperanza
a vivir nuestro tiempo de Adviento  y Navidad
Navidad, es Navidad toda la tierra se alegra y se entristece la mar
marinero, ¿dónde vas? deja tus redes y reza, mira la estrella pasar
marinero, marinero haz en tu barca un altar marinero, marinero
porque llegó Navidad.

Noches blancas de hospital dejad el llanto esta noche. que el Niño está por llegar
caminante sin hogar. ven a mi casa esta noche que mañana Dios dirá.

Caminante, caminante, deja tu alforja llenar
caminante, caminante, porque llegó Navidad. ……………………………tiempo para volver a casa

Ven soldado, vuelve ya
para curar tus heridas …………………..es tiempo para parar los fusiles, para curar las heridas
para prestarte la paz ……………………..abdicamos de las revanchas, de los rencores
Navidad, es Navidad, toda la tierra se alegra

Tú que escuchas mi mensaje
haz en tu casa un altar ………………….tiempo para hacerle un lugar a lo sagrado
deja el odio ven conmigo ……………………. Para pedirse y darse la paz
porque llegó Navidad. …………disponerse a Dios dondequiera que te encuentres en la vida,  como quiera que estés,
                                                                                                                                                                                                             
…porque es El el que viene, no uno el que va. Es El el que llega, no es uno el que lo alcanza. ADVIENTO: TIEMPO DE GRACIA AL FIN.

    Una inquietud del corazón de muchos habitantes de este planeta: de los que sentimos que somos habitantes de un mundo sin hogar, de los que cargamos con soledades a veces dolorosas y profundas en un mundo lleno de gente, y de todos los que tienen la impresión de que Dios no solo ha abandonado la casa del mundo, sino que se ha ausentado también de la suya y no ha dejado señas, que Dios ha desaparecido,  o es un desaparecido.
    Algo parecido le debe haber pasado a Job cuando dice (Job 29) “quién me viera volver a los días cuando Dios velaba sobre mi, cuando su lámpara brillaba encima de mi cabeza y a su luz cruzaba las tinieblas, aquellos días de otoño cuando Dios era un íntimo en mi tienda. El todopoderoso estaba conmigo y me rodeaban mis hijos…