Ven Espíritu Santo, yo se que si los seres humanos pueden comprender a los demás en vos hay una capacidad de comprensión mucho más grande, infinita. Nadie puede comprenderme como vos Espíritu Santo que siempre me invitas a volver a empezar y por eso, al inicio de este nuevo año litúrgico quiero que vengas a mí para renovar en mí el deseo de volver a empezar, volver a empezar en los pequeños gestos, en los pequeños detalles, volver a empezar en ese abr irme al amor incondicional del Padre Dios en Jesús, volver a empezar en ese dinamismo de la esperanza. Ya no quiero castigarme a mí mismo por dentro, ya no quiero despreciarme por los errores que he cometido, quiero perdonarme de verdad, en tu nombre Espíritu Santo de Dios. Por eso te pido, a través del Corazón Inmaculado de María que coloques dentro de mí tu amor inmenso, ese amor que me sostiene y me da la vida para que pueda amarme a mí mismo como vos me amas. Enséñame a respetarme como vos me respetas, derrama tu gracia para que pueda comprenderme por las debilidades que he tenido, para que contemple con ternura mis errores y pueda perdonarme a mí mismo.
Dame paciencia y cariño para que no me condene a mí mismo y para que acepte tu perdón que me sana y renueva. Ven Espíritu Santo, yo soy digno de existir porque Vos me amas infinitamente, incondicionalmente. Yo tengo un lugar en esta tierra y tengo derecho a vivir y a soñar aunque sea imperfecto, tengo ese derecho porque vos me amas y me sostenes. Ven Espíritu Santo para que pueda nacer de nuevo, para que pueda empezar de nuevo con toda dignidad para que pueda ser instrumento y canal de esperanza. Acepto todo mi pasado como parte de mi vida, me declaro imperfecto, frágil, limitado, vulnerable pero llamado a crecer a madurar, a volar. Me equivoqué y puedo equivocarme pero reconozco ante vos Espíritu Santo que tu amor no se deja vencer por mis caídas y errores y que siempre volvés a darme una oportunidad. Gracias Espíritu Santo por tu inmenso amor, porque no abandonas la obra de tus maños en mí y en cada uno de nosotros. Amen
Hoy leeré un testimonio que me a llegado enviado por Ana de Córdoba capital y voy a hablar de alguien que realmente es un argentino, yo diría, digno, notable y es el padre Pedro Opeca que nació en Ramos Mejias pero vive en Madagascar done sacó de la pobreza a 17.000 personas. La historia es un poco extensa pero trataré de resumirla a través de artículos que han salido en el diario La Nación de Bs. As y La Voz del Interior de Córdoba. Dice, una invisible corriente eléctrica recorre su corpulenta figura y hasta quizás le eriza la copiosa barba nevada. Por encima de ella bailan los labios sin descanso ni fatiga bajo un marco dilatado presidido por una profunda mirada celeste coronada por una tupida porra color miel. La piel rosada, las manos gruesas de albañil, los pies inquietos de futbolista y el alma pródiga de sacerdote. Todo eso y solo eso llevó Pedro Opeca a Madagascar una isla plantada a los pies de África en la que arrebató de la pobreza más sórdida a 17.000 personas, sostenido por su fe y su trabajo
Movido por una incomprensible corriente eléctrica este sacerdote tiene 55 años y dos padres Eslovenos que se establecieron en Argentina tras huir de la Yugoslavia comunista de pos-guerra. Junto a ellos y sus siete hermanos se crió en Ramos Mejía donde aún viven doña María y don Luís. A los 17 años decidió ser cura y hacerse misionero, uno de esos mensajeros que la iglesia siempre nombra entre las comunidades mas alejadas de sus enseñanzas. En Argentina, cuenta él, solo había en aquel entonces un 3% de pobres y para cualquier persona hablar de miseria era hablar de África. Pedro se integró a la comunidad de San Vicente de Paul hizo dos años de Noviciado en San Miguel, provincia de Buenos Aires, estudió otros dos de filosofía en Eslovenia y a los 22 años por fin puso proa a Madagascar. Quería conocer, quería conocerse, me ofrecí como albañil y me mandaron a la aldea de Bangandrano a 800 km. de la capital en medio de la selva.
Llegué muy entusiasmado pero la gente se asustó y corría a esconderse tras los árboles cuando me vio. Así entendí que tenía que conocer su lengua y su cultura para ganarme su confianza. Semejante empresa le tomo 2 años durante los cuales sembró amistad entre los chicos y logró cosecharla con los grandes. Corrió con todos ellos detrás de una pelota y sobre todo endureció sus manos con el trabajo. No podían creer que un hombre blanco hiciera trabajos manuales, dice Confirmada su vocación Pedro se mudó a París para estudiar teología en La Sorbona y en Septiembre de 1975 se ordenó sacerdote en la Basílica de Lujan, en Argentina y cuatro meses después partió a Madagascar nuevamente. Es mucho lo que puedo llegar a decir de él aquí. Al padre Opeca lo han visitado Jake Coustod, Miterran y el príncipe de Mónaco les dieron órdenes y títulos y lo propusieron para el premio Nobel de la paz.
Pero todo eso no parece tener demasiada importancia para él. Cuando estuvo en Argentina hace pocos meses, se vio en él a un hombre infinitamente sensible que un día supo que debía ser misionero en tierras remotas para vivir y conocer el amor de Dios. Dice, me fui en 1970, mi comunidad de san Vicente de Paul necesitaba gente para la misión del océano índico y respondí a ese llamado. Opeca que en esloveno quiere decir ladrillo o teja, se comunica en Mangache única lengua de la isla a pesar de las 18 tribus existentes. Dice, es difícil ya que tiene otra estructura gramatical y una lógica totalmente diferente pero terminé aprendiéndola y amándola Sus proverbios encierran una sabiduría ancestral y profunda. Uno que me encanta, dice el padre, es este, “no mires el valle silencioso, mira al creador por encima de tu cabeza” Lindo ¿no? Después de 36 años fuera del País se siente ciudadano del mundo.
Por supuesto dice, queda algo de nostalgia, extraño la pampa, la alegría de ser de los argentinos, el foot-ball, el asado, la familia. Es raro encontrar en el mundo la afectuosidad del argentino, en cambio acá resulta imposible exteriorizar los sentimientos, todo pasa tan rápido, hay tanta muerte, tanto desencuentro que si uno manifiesta públicamente el afecto por otra persona, todos se ríen. Su día comienza a las cuatro cuarenta y cinco, dedica 15 minutos a la meditación y luego celebra misa en la capilla, a las 6 se hace un café con leche condensada un pedazo de pan y miel. Media hora después está en su oficina donde abre el correo electrónico y responde las cartas más urgentes, mas tarde prepara artículos y charlas junto con sus colaboradores que son 327 jóvenes Mangaches entre ellos maestros, médicos, parteras, Técnicos, asistentes sociales. Los temas por tratar tienen que ver con la violencia, la salud, la educación, el trabajo etc
A media mañana me reúno con las personas que me ayudan con el tema de las finanzas, compra de medicamentos, alimentos, materiales de construcción etc. y después recibo a europeos interesados en el proyecto o simplemente a gente que estando de paso quieren llevarse una foto de Acamaso y es entendible. En la guía más famosa de Francia nos dedicaron una página e invitan para que nos visiten, por eso vienen tantos. Finalmente, sus frases de cabecera son “no quiero sacrificio sino misericordia que nadie tiene más grande amor que el que da la vida por sus amigos. Son palabras de Jesús, ideas revolucionarias que hoy poco se entienden, creo que no hay pobreza digna e indigna, toda pobreza es un mal, falta de algo que lo hace imperfecto pero hay pobres ante los ojos del mundo que son ricos en espíritu frente a Dios. En ese caso la palabra pobreza no quiere decir miseria sino riqueza espiritual.
Hay gente pobre que vive con una dignidad ejemplar. La pobreza material no le ha perjudicado ni matado el espíritu, es gente que esperando días mejores salvó lo esencial de su vida que es la gracia de Dios en sus corazones. Así, ocupado las 24 horas, casi siempre con actitud optimista el padre Pedro desdramatiza y construye. Soy feliz los días pasan diferentes o no tanto, siempre con anécdotas y sorpresas, instantes inolvidables, por ejemplo la amistad con los reyes de la tribu Antaysaca cuando le dijeron a su pueblo que yo era un hijo, que yo pertenecía a la tribu pero también vivo momentos desgarradores al ver morir a niños de malaria y de hambre. Esta última Navidad fue inolvidable, con los chicos de la calle armamos un pesebre viviente que duró una hora y media frente a 4.000 personas. Y bueno, entonces se nos ilumina el alma. Testimonio sacerdotal, trabajo y felicidad con el alma iluminada. El padre Pedro Opeca, sacerdote argentino, misionero en Madagascar
En este año sacerdotal un testimonio más para recoger, para orar, para admirar y para interceder por todos y cada uno de los sacerdotesCiertamente tengo que decir feliz año nuevo porque mañana comienza un nuevo año litúrgico del ciclo C en el tiempo de Adviento. El Adviento es un tiempo de espera para los cristianos, época de preparación espiritual, de despertar, de apertura familiar al espíritu de Dios. Por eso hoy en la misa vespertina y mañana en las misas vamos a bendecir las coronas del Adviento que es un gran signo, un lindo signo de este tiempo para llevar a cada casa a cada hogar a cada familia. La corona de Adviento con sus cuatro velas es un signo tradicional de Europa y es de origen pagano. Esta corona representaba el ruego al Dios sol para que regresara con su luz y calor durante el invierno.
Imagínense que en esta época del año en invierno a las 4 de la tarde ya es de noche y hace frío. Los cristianos que ven en Jesús el origen de la vida y su luz espiritual adoptaron este símbolo para expresar su fe y deseos de estar unidos con Cristo. ¿En que consiste este símbolo? Bueno, la corona es un círculo y como tal no tiene ni principio ni fin, como Jesús, recuerda la eternidad de Dios. Nos hace pensar en los miles de años de espera desde Adán hasta el nacimiento de Cristo Jesús y en su segunda y definitiva venida que seguimos esperando. Se usan siempre ramas siemprevivas que pueden ser abeto, pino, hiedra etc. El color verde siempre está relacionado con vida y aprovecho la oportunidad para decir que lindo que es poner esto no hecho de plástico sino con una rama aunque más no sea de pino de la plaza de tu pueblo, pero no usar lo que es artificial
Aprovecho la circunstancia para decir que en la liturgia es mejor que haya una maceta con una plantita verde todo el año y no flores de plástico o artificiales me parece que no es litúrgico que haya en los altares flores de plástico por más vistosas y bonitas que parezcan, es preferible que haya un clavel o una rosa o una hermosa maceta de hojas verdes pero natural, no artificial. Por lo menos eso es lo que yo estudié en la liturgia en el seminario de Rosario y por ahí he visto que en muchas parroquias se utiliza mucho lo artificial, se usa mucho lo vistoso y justamente la liturgia es autenticidad, es transparencia, es vida y no apariencia de vida, es vida. Por eso entonces digo, las ramas siemprevivas, las ramas significan la vida espiritual o sea la gracia, el crecimiento en el amor y en la esperanza de una vida eterna. Adornemos nuestros días de Adviento con actos de amor al prójimo y penitencia, mejor dicho austeridad
Así como la Cuaresma está marcada por la penitencia, el Adviento está marcado por la austeridad y la austeridad ¿Qué es? Y bueno, es decir hay muchas cosas que no necesito a nivel de comida, a nivel de bebida, a nivel de ropa y puedo vivir con austeridad o sea con lo necesario cada día. Austeridad, que palabrita tan cristiana ¿no? y tan Cristo céntrica, austeridad que no es tristeza sino al contrario libertad interior, mucha libertad ante la propia imagen, ante las cosas, ante los demás, ante el mundo que me obliga mercantilizándome a comprar estro y aquello, austeridad. Entonces adornemos nuestros días de Adviento con actos de amor al prójimo y penitencia, actos de servicio, visitas a enfermos, a cárceles, a hospitales, a hogares de ancianos, austeridad hecha esperanza porque mi único absoluto es el Señor entonces todo lo demás es relativo y entonces a ese Señor a quien considero mi absoluto y a quien espero digo, ven Señor, ven, te esperamos maranhata
A ese Señor lo hago presente justamente en la caridad hecha servicio, esa solidaridad con el prójimo al que busco, al que encuentro en Jesús. Por eso es importante que a nuestros chicos de catequesis, nuestros hijos, todos durante este tiempo planifiquemos visitas a hospitales, a geriátricos como también misiones en los barrios anticipándonos con el pesebre viviente pero no confundir, todavía estamos en Adviento, no pongamos ya el arbolito y el pesebre cuando esto corresponde mas bien a la novena de Navidad. Yo he visto en muchas parroquias que vos llegas hoy, por ejemplo, y entrás y no sabes si es Navidad o es Adviento porque ya están todos los adornos de Navidad puestos, el arbolito, el pesebre con o sin Jesús, parece que confundimos los tiempos litúrgicos, Adviento es preparación para… En todo caso el árbol y el pesebre se pueden armar el 16 o el 8 si querés pero de a poquito, poniendo primero a José, después a María y dejando al Niño Jesús para el 24 a la noche
De a poquito armar el pesebre como se arma la Navidad dentro del corazón por la solidaridad, por el servicio, por la caridad, por la penitencia, por la conversión así como se va armando con acritudes y criterio concretos desde adentro, armarlo desde afuera porque a veces brillan muchos arbolitos y muchos frentes de casa afuera pero por dentro del corazón de los que viven en esa casa hay mucha oscuridad, hay mucha tristeza, mucho egoísmo, mucho resentimiento y mucho rencor, mucha falta de perdón, de individualismo y mucha indiferencia. Entonces lo que el Señor quiere es que haya luz por dentro, la luz de la gracia, la luz que toque los corazones, que los convierta, lo demás es pan para hoy y hambre para mañana. Si hay muchas luces afuera, si el arbolito tiene 10.000 luces o 10 eso importa poco, si me costó 1.000 dólares o 10 pesos, tampoco eso no interesa demasiado. Pensemos también en la corona de Adviento que en eso estábamos.
Pensemos en la oscuridad mundial provocada por el pecado que ciega al ser humano y lo aleja de Dios, pensemos en la oscuridad que hay en nuestro país, a todos los niveles, en la justicia, en la política, en la economía. Pensemos, después de la caída del hombre Dios ha ido dando poco a poco una esperanza de salvación que ilumina todo el universo como las velas de nuestra corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos en casa, una por semana en las cuatro semanas de Adviento, los siglos se van iluminando con la cada vez más cercana llegada de Jesús a nuestro mundo. Hay una vela por cada domingo de Adviento y se prenden a hora de la oración diaria si prefieren a la hora del almuerzo, el domingo en la familia. Entonces colocaremos nuestra corona con las cuatro velas en la mesa del comedor. El encendido gradual de las velas es símbolo del anunciar del Mesías a través de miles de años.
Hay una oración para cada semana para encender la vela pero si no la tenés no te preocupes simplemente lee un texto del evangelio de ese domingo, hace una oración espontánea o simplemente decí, ven Señor Jesús, ven que te esperamos, ven a nuestra casa. Yo quería hablarles de la corona del Adviento porque me parece un signo muy lindo así como por ejemplo, el árbol de Navidad nos recuerda al árbol de Jesé también, de eso hablaremos más adelante. Sobre todo remarcar que los signos tienen que significar criterios y actitudes concretas en el hogar, en la familia porque sino los signos que no significan son huecos, son vacíos, porque todo esto me lleva más que nada a querer hablarte a vos que me estás escuchando, sobre la esperanza porque Adviento es tiempo de esperanza, Adviento es tiempo de una oración renovada, de una oración muy sencilla, muy humilde de una oración de pequeñez pero también llena de esperanza
Se acompaña con la austeridad y con las obras de solidaridad, de servicio, de caridad. Aquí los personajes, sin lugar a dudas, son José son María, Juan el Bautista, la estrella también que nos guiando hacia Jesús, pero es fundamentalmente, gran protagonista del Adviento. Pero todo esto que digo nos va remarcando algo fundamental que es que tenemos que vivir este Adviento del año 2009, que nos lleva al año 2010, año del bicentenario de nuestra patria.¿Como tenemos que vivirlo? Avivando la esperanza que es esa virtud que nos ayuda a descubrir que sigue existiendo el paisaje cuando atravesamos el túnel. La esperanza es esa virtud teologal inspirada por el Espíritu Santo ya desde el bautismo que nos enseña a descubrir que sigue existiendo el paisaje cuando atravesamos el túnel. Decía el famoso escritor francés Charles Pegie “la esperanza es la hermana más débil, más frágil, más vulnerable de las tres virtudes teologales”
Recuerdan ¿no? fe, esperanza y caridad. Decía él que la esperanza es la hermana más débil por eso necesita especiales cuidados. Es necesario cultivarla permanentemente y reforzarla sin descanso. ¿Qué práctica debemos poner los cristianos para que no se agote esta flor débil, para que no se nos agoten las razones de la esperanza, para que no dejemos de esperar? ¿Qué haremos para que no se nos muera o nos maten la esperanza que nos queda en estos tiempos difíciles? Porque sin esperanza no hay vida ni supervivencia o por lo menos la vida carece de razón y sentido. La supervivencia sucede sin dignidad pero la esperanza es un bien escaso a pesar de todo el progreso científico y todo el desarrollo tecnológico, a pesar de tanta globalización y de tantas falsas promesas de una sociedad de bienestar para todos. No parece que estemos viviendo un ambiente propicio para la esperanza
¿Qué podemos hacer para avivar la esperanza? Porque cargamos herencia de negatividad en nosotros que son frutos del pecado ese estilo de remarcar siempre lo negativo o lo oscuro, lo que está mal y no lo positivo pero no en una actitud así tonta, posmodernista, Light sino en una actitud de fe, de descubrir que Dios está presente en cada hecho, en cada acontecimiento y también en cada persona. Tenemos que ser portadores de vida en una cultura de muerte. Esta es un poco la propuesta. Dicen que la hermana más débil es la esperanza, la más frágil, la más vulnerable por eso necesita cuidados especiales. Yo me la veo a la esperanza en terapia intensiva con el cuidado a un lado de la fe y del otro lado está la caridad, pero está en terapia intensiva. A pesar de esto no se nos va, no parte porque están la fe y la caridad cuidándola. Entonces digo ¿Qué podemos hacer para sostener la esperanza?
En primer lugar es necesario rescatar y potenciar el carácter experiencial de la esperanza humana y cristiana porque la esperanza no es una teoría, no es una doctrina es una experiencia de vida. No basta la concepción teórica y verbal de la esperanza en la resurrección de los muertos o en la vida de un mundo futuro cuando rezo el credo en la misa del domingo. Ni basta celebrar la esperanza en una liturgia fría y rutinaria con unos ritos formales y vacíos de experiencia, que dice la gente “ay, que hermosa ceremonia pero no me quedó nada” no quedó nada en la mente ni en el corazón. ¿No les pasa a ustedes a veces? La esperanza es una virtud, una actitud, un hábito del corazón, una experiencia de confianza que se siente en lo más hondo del ser personal, que se profesa en la comunidad, que se celebra en la liturgia, que se testimonia en la vida pero es, sobre todo, una experiencia de fe y de confianza
La palabra fe y confianza van unidas porque fe no es creer en algo sino en alguien, adherirme a alguien a una persona y con-fianza es entregar mi fe a ese alguien, a esa persona, a Dios en Jesús. Para alimentar la esperanza cristiana es preciso recuperar los hábitos necesarios de oración, de silencio, de contemplación, de meditación pero también de contemplación del misterio de Dios puesto que se trata de una esperanza basada en el misterio de Dios, en la esperanza del reino no una esperanza en un proyectito, en una ley, en una actividad pastoral, en un próximo campamento, en un retirito, no, no, no. Es necesario alimentar la esperanza con liturgias y celebraciones más vivas en nuestras comunidades, es necesario que las liturgias sean más vivas, mas sentidas, más cercanas a los gozos y las tristezas de cada día. Yo me acuerdo de la encuesta que se hizo hace más de 10 años al pueblo cristiano y la gente necesitaba que las celebraciones litúrgicas, las misas y predicaciones sean más encarnadas en la realidad
Ahí, en el fondo de la oración y la celebración, están escondidas las razones más profundas de la esperanza cristiana. Quizás por allí hay que buscar las motivaciones específicas, las razones más seguras que la comunidad cristiana debe ofrecer a los seres humanos, hombres y mujeres de nuestro tiempo y de todos los tiempos que andan por allí buscando vaya a saber que o no buscando nada en tantas terapias alternativas, en tanta cosa Light, posmodernista en tantas experiencias orientalistas, en tanta auto ayuda. A veces no buscan nada por eso no quieren encontrarse con nadie, eso es distinto. Yo hablo de los que si quieren encontrarse con alguien, que no quieren alienarse ni escaparse ni evadirse ni caer en un eterno nirvana. Las razones últimas de la esperanza humana se hunden en el misterio de la realidad inmanente pero llegan hasta el misterio de Dios, un misterio que se manifiesta, que se rebela, que se derrama a nosotros por la presencia del Espíritu
En segundo lugar también además de esto que dije, es preciso poner prácticas comunitarias o incorporarse a una comunidad concreta para cuidar, alimentar, fortalecer y avivar la esperanza. La esperanza amenazada necesita el refuerzo de la comunidad que puede ser tu grupo de oración tu capilla, tu parroquia ojo, pero que no sea una cosa sectaria, un grupismo cerrado, no, sino no está presente el Espíritu Santo pero es necesario vivir en una comunidad. Hoy hay una tendencia, a veces, a hacer de una comunidad casi una especie de iceberg aislado del resto de la iglesia con mayúscula y subrayado. Hay que tener siempre cuidado y dejar que los caminos del Espíritu revelen como se tiene que ir la comunidad en el camino de la esperanza, de la apertura, de la catolicidad. La esperanza entonces, amenazada, necesita de la comunidad de una comunidad viva que no sea un museo, una comunidad sociológica, una cooperadora, un club de Leones
Estoy hablando de una comunidad que tiene una experiencia pascual de la Pasión Muerte y Resurrección de Jesús no una sociedad de fomento. Así lo entendió el autor de la carta a los Hebreos que exhorta a los dignatarios a permanecer unidos a la comunidad y constantes en las practicas de las mismas. Dice “fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y de las buenas obras sin abandonar nuestra propia asamblea como algunos acostumbran dual y grupal” Interesante lo de la carta a los Hebreos ¿no? y es que el suelo de la vida humana es la comunidad y aquí viene un paréntesis, quiero que todos me entiendan, quiero explicar muy bien. Fíjense que interesante nuestra experiencia católica, porque miren, uno cuando se inserta en una comunidad tiene que perseverar en ir y ser constante más allá de que surjan problemas, dificultades o que no me guste la cara del que esta al lado o me resulte antipático ese o aquel
Eso es lo que realmente hace fuerte nuestra fe católica. Yo creo que a veces, en algunos hermanos cristianos, no son estables en las comunidades, están un año en una otro año pasan a otra denominación, es su estilo y es respetable pedro yo quiero aquí acentuar lo que implica la permanencia y la perseverancia en nuestra vida católica en las comunidades, que eso después termina puliéndonos, convirtiéndonos porque imagínense, cuando uno se niega a sí mismo crece y como crece. Y en tercer lugar es preciso poner realismo en la esperanza cristiana y combinarla con un sano optimismo, es lo que yo siempre digo, no hay que perder nunca el sentido del humor. Desdramatizar la situación que no implica no tomarse las cosas en serio pero ponerle siempre ese toque de humor necesario, desdramatizando la situación porque ya para dramas tenemos los culebrones dando vuelta por ahí
Para esto es necesario saber en que mundo estamos parados, cuales son los problemas concretos de este mundo y del país en que vivimos, en la provincia, ciudad, pueblo o barrio en que vivimos¿Cuáles son las razones y las desesperanzas propias y ajenas? No vale la política del avestruz, meter la cabeza bajo el ala, ese no es buen método para conservar la esperanza y menos aún para alimentarla, todo lo contrario. Aunque prometedor a corto plazo, a la larga es el camino más seguro para acabar frustrado y decepcionado y miren que hay muchos que hacen la política del avestruz eh. Terapias alternativas por ahí, libros de auto ayuda por aquí o mentalismos por acá Es preciso mantener la esperanza en medio de la realidad concreta que me toca vivir, es la única esperanza real y eficiente por eso hoy debemos mantener la esperanza cristiana y levantar la esperanza de la humanidad mientras nos hacemos concientes y solidarios de los problemas que ensombrecen nuestro mundo
La pobreza masiva, la injusticia estructural, la marginalidad creciente, la violación sistemática de los derechos humanos del terrorismo y de todo género de violencia, la inseguridad y agrégale lo que quieras a la lista. Sin embargo y al mismo tiempo, para avivar la esperanza es necesario mirar al mundo y a la humanidad con optimismo, es decir, desde la mirada del Padre Dios Creador en Jesús y un optimismo es sano cuando sin ignorar lo que en la realidad hay de negativo, sabe ver también lo que en ella hay de positivo, las posibilidades de futuro que ofrece. Ni todo en el mundo y en la humanidad es negativo ni el presente es la última posibilidad de la historia humana. Y un optimismo es teológico cuando está inspirado en la fe, cuando asume dos supuestos teológicos irrenunciables. El primero, que esta creación es fundamentalmente buena y el segundo, que la nuestra es una historia de salvación y redención y que Dios escribe derecho en renglones torcidos
Entonces cada vez somos menos expertos en ver la historia humana desde su lado positivo, luminoso y somos más incapaces de descubrir los signos de vida que nos rodean. Recordemos que la Navidad no es un hecho puntual del día 24 o 25 sino es algo que se va preparando desde el corazón con el Adviento porque son cuatro semanas de preparación justamente para recibir a ese Jesús que viene en cada acontecimiento, en cada signo, que viene en cada persona, que viene también en la Eucaristía. En el cuarto lugar es necesario mirar y relacionarse con el mundo, la humanidad con compasión y misericordia. Recuerdan que alguna vez yo les hable bastante de lo que es compasión, padecer con el otro, sentir con el otro, es una empatía la compasión no es lástima sino es pasio, pasio es padecer, sentir con el otro y misericordia recuerdan es cordia, poner el corazón de Dios en la miseria humana. Misericordia, dar el corazón en la miseria de todo tipo
El autor de la carta a los Hebreos apela a la compasión y la misericordia de Cristo Jesús para animar la esperanza de los cristianos. Dice en el cap. 4-15 “Pues, no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros excepto en el pecado” y “puede sentir compasión hacia los ignorantes y extraviados por estar también El envuelto en flaqueza” Hebreos 5-2. Entonces tener compasión y misericordia en nuestra sociedad es otro camino para avivar la esperanza propia y ajena. Recordemos que poner compasión y misericordia no significa hacer la vista gorda ni la manga ancha, es otra cosa, lo acabo de explicar. La esperanza se alimenta de misericordia porque somos seres vulnerables, limitados, frágiles e imperfectos y vivimos en una historia llena de heridas.
Para ejercitar la compasión y la misericordia es preciso superar la apatía o la indiferencia ante el mundo. Es preciso evitar la antipatía o la condena sistemática del mundo esa condena como letra de tango, con todo el respeto que tengo por el tango que me gusta, pero como letra de tango vieron esa cosa así, siempre una condena sistemática del mundo y es preciso adoptar una actitud de empatía que es mucho más que simpatía frente al mundo. Algún día vamos a explicar más esto. Mirar y relacionarse con la humanidad con empatía, con misericordia y compasión es un camino para avivar la esperanza. Donde llegan la compasión y la misericordia siempre hay lugar para una nueva oportunidad. Siempre hay una ventana abierta al futuro y a la esperanza. En quinto lugar es necesario combinar los análisis de las ciencias sociales sobre todos estos problemas con la lectura meditada de la palabra de Dios y como decía alguien tener un ojo en la Biblia y un ojo en el diario por decirlo gráficamente ¿no?
El teólogo Fon Baltazar es el primero pero no el último, que afirmaba “los cristianos deben caminar con el periódico en una mano y la Biblia en la otra” fue uno de los que lo dijo. Con el periódico en una mano para saber en que mundo estamos y que sucede en torno nuestro, que enemigos tiene actualmente nuestra esperanza y que signos de esperanza brotan en esta humanidad aunque aparezcan en un artículo chiquitito de tres renglones, o no aparezcan ¿no? Con la Biblia en la mano para saber que mundo quiere Dios, cual es su proyecto y cual es nuestra responsabilidad en la construcción de ese mundo que Dios quiere ya que somos co-responsables, co-constructores, colaboradores. Si nos atenemos solo al periódico uuuh o al noticiero de la televisión más de un día veremos peligrar nuestra esperanza seguramente porque predominan con frecuencia las noticias y las lecturas de una realidad que no invita al optimismo, todo lo contrario
El mal espíritu está presente, rotundamente en muchos enfoques de muchos noticieros televisivos, radiales. Pero si nos atenemos solamente a la palabra de Dios corremos el riesgo de olvidar la realidad pura y dura y de dar lo pensado y deseado por realizado. Porque la palabra de Dios apunta a un ideal que siempre está por delante de nosotros. Pero si combinamos el periódico y la Biblia podremos comprender que nuestra salvación es en la esperanza. Y en sexto lugar, para avivar la esperanza es necesario poner signos del reino o promover la justicia y la solidaridad. Los signos de Dios tienen una fuerza especial para avivar la esperanza porque especifican que lo que se anuncia está ya en marcha, está realizándose, que las promesas no son falsas ilusiones. Aunque a mi no me crean, dice Jesús, crean por las obras Juan 10-38
Ahora bien, ¿Cuáles son los signos más significativos del reino de Dios? ¿Y que signos acreditan especialmente la esperanza cristiana? No se trata de signos espectaculares como parecen pensar muchos de los nuevos movimientos religiosos que si no hay nada espectacular, no pasa nada. Se trata de signos próximos a la historia de cada día, signos en esta dirección son los signos de compasión y misericordia que recuperan el valor de la gratuidad o del don, regalo, gracia, sobre el comercio, la solidaridad sobre la competencia, el diálogo sobre la venganza y la confrontación, la opción afectiva y efectiva por los pobres, los excluidos, las víctimas, hombres, mujeres, pobres, drogaditos, deficientes. Compromiso y lucha por la justicia, la paz y los derechos humanos bien entendidos o sea globalmente entendidos, gestos de solidaridad con personas concretas, grupos y pueblos necesitados, allí donde vos vivís, en tu barrio, tu pueblo, tu ciudad
Y séptimo llevar la esperanza participando y colaborando con los grupos y organizaciones que se mantienen firmes, perseverantes, constantes en la lucha para superar todos esos problemas que hacen peligrar la esperanza de la humanidad, la nuestra y la de los demás. La colaboración de todos los hombres y mujeres de buena voluntad en esas luchas es hoy más urgente que nunca. Es la nueva versión del ecumenismo global, el ecumenismo entre distintas confesiones cristianas, entre todas las culturas y los pueblos. Esa colaboración de hombres y mujeres de buena voluntad en la lucha por la justicia, la paz nos dará nuevas razones para la esperanza. Pero, tiene que ser eso algo concreto y tiene que ser algo que sea cercano, próximo a tu vida concreta, a tu vida de todos los días porque si no caemos en ciertos idealismos, en ciertas cosas muy sentimentales, lacrimógenas a las que nos tienen acostumbrados no pocos programas televisivos
Que despilfarran y derrochan desvergonzantemente dinero en ropa, esenografía, automóviles y que se yo cuantas cosas y luego mandan camiones de víveres, polenta, arroz y fideos o ropitas usadas al norte o al sur o a no se donde. Esto también hay que tenerlo en cuenta
Oración final
Señor, a veces me pregunto ¿Por qué no entiendo tu mensaje? Tu palabra se me escapa y al mismo tiempo a veces trato de escapar de tu palabra, palabra que entienden solo los pequeños solo los humildes, por eso frente a todos nuestros particularismos, racismos vos querés un pueblo inmensamente diversificado, vos Señor reunís a todos en el mismo pueblo, así con escándalo de los puros, los elegidos, los fariseos de todos los tiempos. Vos aceptas al pagano, al soldado que te pide por su servidor enfermo. Señor, quisiera ser como ese pagano que cree en tu poder de curación y no tener todo el folklore católico encima con bautismo, primera comunión, confirmación y no creerte Señor, no creerte y no creer en el poder que actúa sobre mí. Señor, quiero repetir con el centurión no soy digno de que entres en mi casa.
Tantas cosas hay que curar en mí Señor, tantas cosas que duermen y necesitan despertar. Señor, yo, yo que soy católico de toda la vida estoy durmiendo, el mundo alrededor mío está durmiendo, estancado, paralizado. Quizás mi comunidad, mi parroquia, mi movimiento está estancado, paralizado, no se porque, por el aburrimiento, por la falta de confianza, de dinamismo también por el dinero, por el poder, por los espacios de poder, por los puestos, incapaces de compartir el pan de cada día, incapaces de levantarse para ir al encuentro del más pobre y pasas por nuestros caminos de todos los días, te encuentro en la calle, cada mirada, cada gesto de mis hermanos es una interpretación de tu presencia, una interpelación tuya, un llamado a despertarme de mi sueño, de mi letargo, de mi somnolencia. El menor de mis hermanos, el colectivero, el mendigo en la puerta de la iglesia, el comerciante, el obrero, el policía, la muchedumbre del subte me hacen señas.
Más allá de la mano que se tiende para recibir unas monedas, más allá de los intercambios comerciales, laten corazones, brillan miradas, se abren oídos que buscan amistad y esperan una palabra humana, la palabra mía que también es eficaz como la tuya porque querés que yo sea canal de gracia. Palabras de vida porque curan la soledad en que nos encierra nuestro mundo de comunicaciones que no comunica nada a nadie. Ven Señor Jesús, ven, ven a mi casa a pesar de mi indignidad, que mis hermanos también lleguen a mi casa, la casa del corazón para recibir allí el pan del amor la alegría de la amistad, el beso de la paz, la palabra del hermano y tu palabra Señor, tu palabra viva, eficaz que sana, salva y libera. Por eso que a través de la intercesión poderosa del Corazón Inmaculado de María los bendiga a todos y a cada uno de ustedes el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amen
Padre Rubén Francisco Bellante