El agua bendita

lunes, 17 de abril de 2023
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17/04/2023 – Compartimos una vez más el ciclo “Devociones populares” con el padre Marcelo Amaya. En esta oportunidad hablamos acerca del agua bendita, un signo de los sacramentales, un signo propio de la naturaleza, que implica muchas cosas, para la vida, la limpieza, la renovación, y así tantas cosas lindas que tiene como símbolo el agua.

En este tiempo, tuvimos la Vigilia Pascual, uno de los signos fuertes dentro de la vigilia pascual además del fuego, es el símbolo del Agua. Muchos de los santuarios adónde se va a venerar a la Virgen, en sus distintas advocaciones, o santuarios dedicados a Jesucristo o a los Santos, generalmente en los santuarios preveen un lugar para colocar el agua bendita, ya que las personas quieren llevarla para sus hogares.

El agua bendita no tiene las gracias de un sacramento, pero como todo sacramental, predispone para recibir esa gracia de parte de Dios, esa gracia sobrenatural que cae sobre nosotros. Usada con fe y devoción purifica al cristiano de sus faltas veniales. Incluso cuando comenzamos la misa, tenemos el rito penitencial que se puede hacer con el agua bendita, pedimos perdón de nuestros pecados y al ser rociados con el agua bendita, somos perdonados de los pecados veniales. Las bendiciones de personas y cosas, van acompañadas de algunos signos, los principales son la imposición de las manos, la señal de la cruz, el agua bendita, la in sensación.

El agua bendita es constituida por la bendición del sacerdote o del diácono y como todos los sacramentales tiene como objetivo principal glorificar a Dios por sus dones, impetrar sus beneficios y alejar del mundo del poder del maligno.

El agua bendita gozó siempre de gran veneración en la iglesia y constituye uno de los signos que con frecuencia se usa para bendecir a los fieles y también a los objetos. Siempre pedimos agua bendita para bendecir la casa, el auto, la moto, la bici, hasta los  animales. Evoca en los fieles el recuerdo de Cristo que se dio a sí mismo. el apelativo de Agua Viva, Jesús mismo dice “yo soy  el Agua Viva”  y que instituyó para nosotros el Bautismo. Sacramento del agua, como signo de bendición salvadora. Sacramento que nos introduce  a la vida de Dios, a ser sus hijos, a ser sus discípulos.

Los judíos no bendecían el agua porque la consideraban bendita por sí misma y le daban un uso religioso como símbolo de purificación. En Babilonia, Grecia y Roma también se utiliza el agua como símbolo de purificación. El agua del Jordán, donde fue bautizado Jesucristo y el comienzo de la vida cristiana es el agua con el bautismo y como dice San Cirilo de Alejandría, es el agua el principio del evangelio, como fue antes al principio del mundo. Se sirve Dios del agua para  sanar a los enfermos en la Piscina de Betsaida.

Jesús enseña a Nicodemo que los hombres nuevos han de nacer del agua y del espíritu. En la Bodas de Caná el nuevo Adán convierte el agua en vino. En el Pozo de Jacob, se manifiesta Jesús a la samaritana  y después a todo el pueblo como una fuente inagotable de una agua que da la vida eterna “si alguno tiene sed, que venga a mi y beba”. 

San Cirilo considera el agua en el orden de la naturaleza, como el más hermoso de los cuatro elementos que constituyen el mundo. Y en el orden de la gracia, sabemos que Dios elige el agua no solo como medio de salvación en el bautismo sino también como materia imprescindible en la Eucaristía.

El p. Marcelo Amaya nos acompaña cada semana desde Catamarca