07/10/2021 – El pasado lunes, las aplicaciones propiedad de Facebook sufrieron una caída a nivel mundial que afectó a WhatsApp, Instagram, Messenger y a la red social de la compañía.
Los servicios volvieron a funcionar, tras una caída global de al menos siete horas. La compañía confirmó que el problema tuvo que ver con una traba en la comunicación y no un ciberataque o una fuga de datos.
El fallo afectó a usuarios y trabajadores de varios países: desde España a Reino Unido en Europa, a Estados Unidos o Indonesia, en Asia, y a todos los productos que dependían de la infraestructura de Facebook para funcionar.
Según el portal especializado Down Detector, en menos de una hora sumaron más de 20.100 denuncias generales de usuarios y usuarias a nivel mundial.
Al respecto dialogamos con Andrés Piazza, abogado, consultor y especialista en internet.
Frente a lo sucedido, y por no poder utilizar estas aplicaciones, muchas personas recurrieron a aquellas que sí funcionaban, como Twitter o Telegram. Otras, ante las fallas, decidieron desconectarse por unas horas de las redes sociales.
Para algunos especialistas en adicción a las tecnologías, la caída de estos servicios generó ansiedad en las personas, ya que, con los años, estas apps se volvieron parte de la vida cotidiana de millones de personas.
Este episodio ha puesto nuevamente en discusión el tema de si somos adictos a estas aplicaciones y a estas tecnologías.
Sobe este aspecto reflexionamos junto al Licenciado Diego Tachella, psicólogo, Docente Universitario e investigador de temas relacionados con la Ciberpsicología.
Audio completo de las entrevistas a continuación…
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