10/03/2022 – En el ciclo “De lo espiritual en el arte”, Santiago Chotsourián, eremita y también músico, compositor y director musical, presentó los grandes temas que van a atravesar la serie de programas. “No siempre somos conscientes de los recursos que tenemos para despertar el tino, esa sensibilidad del misterio en atención al perfume de la voz del que es camino y vida, el rumor de sus sandalias. El arte y la espiritualidad son dos remos para hacerle frente a las propuestas que nos acerca el mundo convulsionado”, aseveró.
“El cántico de Tobías, en su encuentro con el arcángel Rafael, dice que el nombre del Señor viene a nosotros para traernos paz, como si fuera un barrilete. El papa emérito Benedicto XVI habla mucho de la vía de la belleza como modo de encontrarnos con Dios, en medio de un mundo muy disperso pero también imbuído en un consumo artístico permanente. El himno a las musas es una fuente de inspiración para muchos artistas para hablar del amor, la naturaleza o la divinidad. Esta pieza musical es de origen griego y es muy anterior a Cristo. El canto de las musas , para los griegos, es una forma de relatar el origen del cosmos”, indicó Santiago.
“El cristianismo, por ejemplo, tomó la historia sobre la figura del Apolo griego para transfigurarla en la del Buen Pastor, asociada a Jesús. En el siglo 18 se avanza mucho en la línea apolínea y un niño de solo 11 años, llamado Johannes Mozart, compone un tema donde presenta a Apolo como el pastor y médico de las almas. En realidad esta pieza musical fue pedida por su profesor, que era un consagrado, el padre Rufinus, y fue quien redacto la letra de la canción”, graficó Chotsourián.
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