El dolor por amor

martes, 8 de enero de 2013
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JS: El amor es una experiencia inherente al ser humano, a la que ninguno puede escapar gracias a Dios. Hay diferentes modos de amar, aún cuando hay cosas que nos pueden hacer bien a todos

 

VG: Es tema recurrente en los consultorios psicológicos el tema del dolor por amor: el dolor porque no llega el amor a nuestra vida, el dolor por carencia de amor, el dolor por la pérdida de seres queridos, el dolor por lo que sucede en un vínculo por lo que ya llegó a nuestra vida y se ha ido pero es sufriente… Hay preguntas que son tremendamente válidas: ¿cuándo un dolor es patológico? ¿cuándo el dolor implica que estamos necesitando irnos de ese vínculo? ¿cuándo el dolor significa que necesitamos terapia para ese vínculo? ¿cuándo significa que necesitamos re-ver ese vínculo porque estamos sosteniendo un sufrimiento inútil (sufrimiento generado por el ego, sufrimiento generado por nuestras estructuras más primitivas, que requieren un trabajo individual, personal)?

Hay preguntas que vienen desde la historia de la humanidad.

 

A alguno le puede pasar que ya no quiere saber mas nada con el amor, como lo decía este poeta

 

Diez años desperdicié, los mejores de mi edad,

en ser labrador de Amor a costa de mi caudal.

Como aré y sembré, cogí; aré un alterado mar,

sembré una estéril arena, cogí vergüenza y afán.

Déjame en paz, Amor tirano,déjame en paz.

 

Perdóname, Amor, aquí, pues yo te perdono allá

cuatro escudos de paciencia, diez de ventaja en amar.

Déjame en paz, Amor tirano, déjame en paz. Luis de Góngora

 

Eso no es lo mejor que nos puede pasar, porque si bien el amor trae dolor de alguna u otra manera, también es el principal medio de crecimiento que la vida nos propone en esta tierra. Lo más triste que podemos hacer también lo describieron algunos poetas. Jorge Luis Borges, en su poema “El amenazado”, dice: “Es el amor. Tendré que ocultarme o huir? Crecen los muros de su cárcel como en un sueño atroz…”

Ni ocultarse ni huir es la solución. El amor está para ser vivido. A veces necesitamos retirarnos para estar en reparación si salimos muy ‘abollados’ de una relación. El amor necesita ser vivido. Ocultarse o huir es embalsamarse en vida.

POR QUE ES TAN CRUEL EL AMOR? Ricardo Arjona

No se acaba el amor solo con decir adiós, hay que tener presente que el estar ausente
no anula el recuerdo ni compra el olvido ni nos borra del mapa
El que tu no estes no te aparta de mi
entre menos te tengo mas te recuerdo
aunque quiera olvidarte estas en mi mente
y me pregunto mil veces ¿por que es tan cruel el amor?
que no me deja olvidar , que me prohibe pensar
que me ata y desata y luego de a poco me mata
me bota, levanta y me vuelve a tirar
¿por que es tan cruel el amor? que no me deja olvidar
porque aunque tu ya no estes se mete en mi sangre
y se va de rincon en rincón arañandome el alma y rasgando el corazon
¿por que es tan cruel el amor? no se acaba el amor
solo porque no estas no se puede borrar asi por asi, nuestra historia seria matar la memoria y quemar nuestras glorias¿por que es tan cruel el amor?

 

 

 

 

 

JS: Los varones y la mujeres ¿sufrimos igual por amor? ¿sufrimos mas cuando estamos de novios, cuando estamos casados?

VG: tanto varones como mujeres sufren con la misma intensidad, quizá por distintas razones o distintas causas que hacen al vínculo. Hay como un estereotipo de que la sufriente es la mujer. Los varones también se quiebran, solo que socialmente suelen mostrarlo mucho menos.

 

JS: ¿Por qué pareciera que sufrimos más por estas cuestiones cuando somos adolescentes?

 

VG: En la adolescencia se sufre porque es el primer contacto y hay falta de experiencia en navegar esas aguas, y hay falta de noción de la propia identidad: cuando más difusa es nuestra identidad, más nos perdemos en el otro. Cuando nos perdemos en el otro, si el otro se corre, se lleva un pedazo nuestro. Tengo que saber que el amor está dentro de mi. Si el otro se va no se lleva mi amor ni mi capacidad de amar. El otro puede irse, abandonarme, morirse… Sufriré, pero mi capacidad de amar sigue dentro de mi. La capacidad de amar significa generar una cualidad que es el amor, que en sí misma no es cruel. El amor es lo más precioso que podemos experimentar, solo que está tan trivializada la palabra, que se le llama a mor a algo rápido! Hoy en día, por ejemplo, en las películas el amor se nos presenta mas o menos como el café instantáneo: él y ella se miraron, a los cinco minutos se dieron la mano, se invitaron a la primer salida, y a los diez minutos ya ‘te amo, no puedo vivir sin ti’. Y muchas veces uno quiere experimentar la mismo en la vida real. Y en tan poco tiempo ni siquiera existe un vínculo. Jung decía que en los primeros tiempos de un vínculo no hay siquiera una relación personal. Cargamos en ese vínculo arquetipos de experiencias ancestrales. No importa que hace tiempo fuera un correo a caballo y ahora sea el chat. Lo que se siente es lo mismo que sintió Shakespeare cuando escribió ‘Romeo y Julieta’: las mismas pasiones, las mismas necesidades, las mismas contrariedades y el mismo dolor. Pero eso todavía no es un vínculo entre dos individuos. Es solo un enamoramiento. Son hormonas que se proyectan en el otro. Luego de un tiempo, el enamoramiento va transformándose. Y puede transformarse en dos cosas: en la nada misma y el vínculo se disuelve para dolor de alguno o de los dos, o en la posibilidad de cultivar el amor. Allí sí vamos a comenzar a ver al otro tal cual es y viceversa, y a través de la aceptación vamos a poder cultivar un vínculo de amor. Y ese vínculo tiene que tener más porcentaje de contención, afecto, cuidado mutuo, gestos de gentileza y de cariño.

 

JS: estos que acabas de mencionar son parámetros claros que debemos tener al repensar una relación. Cuando estamos dentro de la relación, es como que tenemos poca capacidad para pensar. Estamos sumidos en la relación y a veces hay cosas de las que no nos damos cuenta.

 

VG: La verdad. Sí tenemos poca capacidad para pensarlo: cerebralmente, se enciende una parte del cerebro. Son dos aspectos centrales desde la neuro-ciencia. Se enciende una parte del cerebro que carga con mucha imaginación el hemisferio derecho, imaginación que proyectamos como expectativa hacia el vínculo. Y la “expectativa” es peligrosa, porque significa “poner el pecho afuera”. Pongo mi sentimiento afuera totalmente como una media que se da vuelta, y eso nos deja desnudos, desprovistos, porque el otro y el afuera no se mueven según nuestra imaginación, se mueven según como el otro es y como es la realidad. Y lo otro en relación al cerebro es que un vínculo de amor de pareja nos mueve, sobre todo en la juventud, las partes que tienen que ver con el instinto. Entonces se mueve la misma zona del cerebro que compartimos con los animales no humanos –porque nosotros también somos animales que, además de tener la corteza cerebral propia del ser humano, tenemos una zona que es como si fuera el ‘carozo’ del cerebro que es idéntica a la de cualquier mamífero-. Desde ese lugar elegimos la pareja, y desde ese lugar entonces vamos a querer poseer y controlar al otro. Y allí es que podríamos decir que el amor se vuelve cruel, porque eso todavía no es amor: es más instinto, es mas posesividad, es más nacido del ego. Una vez que amamos al otro tal cual es porque nos hemos enamorado del otro, empieza el proceso hermoso, maravilloso, pero donde ‘si fuera ella un poquito menos seria…’ pero yo no voy a cambiar, porque el amor mío la va a cambiar… Y allí empiezan los problemas: cuando uno quiere controlar al otro y cambiarlo. Además, esa zona del cerebro es una gran generadora de dolor en el amor a través de los celos. Los celos nacen de la zona primaria del cerebro. Es el instinto de procreación. Dentro del reino animal, está el instinto de que mi especie tiene que preservarse. Entonces, elijo alguien con quien preservar la especie, y me aseguro de que sea mío. Y la palabra ‘mío’ es palabra difícil de convivir con el amor. Como yo quiero que sea mío, temo que me lo saquen, y voy a experimentar celos por miedo a que mire a otra persona, que elija a otra persona. Ese sufrimiento es muy común dentro de las consultas terapéuticas. Necesitamos aprender a domesticar esa parte de nuestro cerebro instintivo.

A veces los celos tienen un fundamento, como cuando hay engaños en el medio. Pero muchísimas veces no: es un sufrimiento auto-creado, y necesitamos des-hechizarnos de ese sufrimiento. Perdemos la capacidad de pensar porque nos invade una zona del cerebro que no está hecha para pensar: es puro instinto. Es una inundación de hormonas que nos hacen querer atrapar al otro. Entonces terminamos acosando al otro, y el otro lo que quiere ante eso es huir, y genera lo que menos queríamos: el alejamiento y el abandono del otro.

 

Partamos de esta base: un vínculo es trabajo. No hay vínculo que realmente valga la pena si no ha habido trabajo con las emociones: un trabajo individual, con mis propios asuntos para no cargar al otro con eso (para no cargarlo con mis vínculos anteriores: con el vínculo con mis papás, etc)

ESO QUE LLAMAN AMOR Luis Fonsi

Eso que nubla tus sentidos, que acelera tus latidos y se queda clavadito en el corazón
Eso que todo el mundo siente y el que niega se arrepiente
cuando escucha los acordes de una canción
Es lo que llaman amor

Eso que llaman amor te enloquece, te domina
eso que llaman amor tiene rosas, tiene espinas
eso que llaman amor es un mal que no termina
y es lo que siento por ti – mi vida

Eso que el alma da cosquillas cuando tiemblan las rodillas y despierta tu romantica inspiración
Eso que corre por las venas buen remedio pa' las penas
Un misterio para el que no hay explicación Es lo que llaman amor
Aire de los besos del quien anda enamorado
música que suena cuando el mundo esta apagao

Eso que llaman amor te enferma, te cura
eso que llaman amor caramelo y amargura
Eso que llaman amor es la tentación más pura
y es lo que siento por ti- mi vida

Enamorado, ilusionado… que bonito es querer a esa mujer
Mezcla de rosas y espinas Flor divina…
Eso que llaman amor Enamorado, ilusionado – que bonito es querer a esa mujer
Que tentación…que emoción
Para mi corazón…
Eso lo que tú me haces sentir a mi Enamorado, ilusionado
Cuando tu beso me quema Es la más dulce condena…

 

 

 

 

 

 

 

 

Participan los oyentes

  • ¿cómo se puede domesticar el celo?

VG: Es todo un trabajo. Trabajara sobre las emociones es algo que los antiguos hacían muy bien. La psicología trans-personal toma técnicas que tienen 2000 o 3000 años de edad. Hay una psicología que no nos enseñaron en la universidad. Hay monjes de distintas tradiciones: del zen, del budismo, del taoísmo y aún del cristianismo, que han sabido trabajar las emociones muchos años antes de Freud. Y tenemos que aprovechar esas herramientas que ellos cultivaron porque son útiles para los seres humanos que hoy existimos sobre el planeta.

Domesticar ese cerebro primitivo requiere aprender a observarnos, que es todo un proceso y practicar ejercicios cotidianos con nuestras emociones para amigarnos con ellas, tratarlas con compasión y con firmeza. Con nuestros propios celos y nuestras propias emociones posesivas, aprender a relacionarnos compasivamente. Ponerle límite para que no nos dañen. Si estoy celando a mi pareja y le hago la vida imposible, tengo que auto-domesticarme para saber que es algo que tengo que resolver conmigo y con un terapeuta en todo caso, pero no hacerle la vida imposible al otro sobre todo si es digno de confianza.

 

  • Tengo una amiga que está sufriendo por amor, incluso hasta se quiere quitar la vida ¿cómo la puedo ayudar?

VG: Eso de experimentar el dolor del otro como dolor propio, es una de las causas legítimas del dolor por amor. El dolor desde la compasión. Cuando amamos a alguien y vemos su esfuerzo, su lucha o su dolor porque está pasándola mal por cualquier razón que sea, sentimos que somos uno con el otro, nos duele el dolor ajeno. Y ese es un dolor que tiene sentido: es un dolor donde extendemos nuestra esencia reconociéndonos en el dolor del otro. Y eso es el sentido de la compasión: el acompañar el dolor del otro. Allí sí, amor y dolor tienen sentido juntos. Y a su vez, cuando uno recibe ese amor compasivo, cuando uno percibe que una persona nos acompaña en el dolor, es un confort para nuestro dolor, con lo cual es un dolor que lleva cierta belleza, es una lágrima que vale la pena.

En cuanto a quitarse la vida, hay allí dos cosas. Una: lamentablemente estamos condicionados por demasiada literatura, por demasiada película que nos hacen mucho mal. Hay bastantes personas que condicionadas por lo que ven, piensan que ‘perdí el amor, y entonces mi vida no tiene sentido’. Pero si me corto las venas, mis venas son de verdad: yo no vuelvo en una nueva novela. Cuando eso sucede, necesitamos ayuda terapéutica. El amigo podrá acompañar, pero no es suficiente. La persona propensa a quitarse la vida, tiene la ilusión de que con eso se le va a terminar también el dolor. Pero al quitarnos la vida, nos quitamos el cuerpo: la vida sigue. Entonces, si la vida sigue y lo que nos dolía no era el cuerpo, el dolor se va con nosotros. Por lo tanto, no es ninguna solución quitarse la vida. Cuando lo que nos toca vivir es el infierno, el único paso que podemos dar es atravesarlo. Entonces: tenemos que atravesar ese dolor, el enojo de que se fue con otra, la decepción, la desilusión –porque el amor del enamoramiento implica hacernos muchas ilusiones-, y con esas ilusiones a veces no vemos que el otro no nos está siendo recíproco. Y el amor, cuando hablamos de pareja, necesita como condición la reciprocidad. Si estamos en la condición de la Madre Teresa de Calcuta, que puede valer para ayudar a gente desvalida, entonces ‘ama hasta que duela’ para ella estaba perfecto. Pero si mi experiencia de amor de pareja es amar hasta que duela, estoy eligiendo mal la frase y el concepto

 

JS: cuando uno habla de un amor de entrega como el ejemplo que mencionaste, es oblativo. Pero cuando uno ama en un amor de pareja, si bien exige también mucha entrega y ofrecimiento, uno intenta que sea también recírpoco.

 

VG: exactamente. Como una patología. El amor de pareja cultivado, es también un amor a lo sagrado, porque amamos lo sagrado que habita en el otro. Entonces necesita ser sano, como tiene también que ser no sufriente. Es el amor a lo SAGRADO con mayúscula. El amor religioso no tiene por qué ser un amor sufriente. Hay conceptos que están a veces muy mal instalado en la mente.

  • Quisiera que nos hable de cuando el amor a Dios, cuando es un amor sufriente que se torna medio patológico

  • A veces, desde las pasiones mal entendidas pensamos que hay que sufrir todo el tiempo porque es lo que Dios nos pide y de esa manera amamos más

  • ¿Cómo se hace cuando tu amor que volvió te promete casamiento, no pasa ni un mes y está conviviendo con otra? ¿eso es amor o es simplemente un enfermo?

 

Cuando el amor hacia el otro en una pareja se convierte en inmolación, desaparezco por el otro, hablamos de una patología que en psicología se llama co-dependencia: dependo del otro, y si el otro me lleva por el camino del precipicio, me hundo en el abismo con él. Esa es una temática muy común en los grupos de alcohólicos anónimos y otros grupos. Inmolarse por el otro ya no es amor: es patología. Algo está funcionando mal, y allí necesitamos a veces no solo ayuda terapéutica. Los grupos de auto-ayuda suelen ser muy necesarios, porque escuchar qué está padeciendo el otro, en nombre del amor, nos ayuda a tomar fuerza para algo fundamental en los dolores del amor, que se llama ‘poner límites’. Si no tenemos aceitado el mecanismo de poner límites vamos a tener muchísimas situaciones de dolor innecesario, que necesitamos restringir.

Yo siempre digo que un vínculo es, como estudiamos en la escuela, una ‘intersección de conjuntos.: dos círculos que tienen en común un centro que comparten. Pero si el otro queda como subconjunto de alguien, está perdido, porque así no es un vínculo, no es una relación: nos fagocitó el vínculo, y allí no va a haber otra cosa más que dolor. En ese momento no nos damos cuenta de lo que nos está pasando. Estamos dentro del problema, y no advertimos el lío en el que estamos, hasta que alguien nos puede ayudar a elongar la conciencia y ver que estamos fagocitados por esa situación.

 

-¿Cómo se hace cuando en una situación de matrimonio de muchos años que ha estado basada en falta de confianza, de falta de acompañamiento de ambas partes, se ha acabado el amor y no se puede cortar, y se torna patológica la relación?

 

VG: Creo que necesitamos, a medida que nos vamos volviendo individuos con pensamientos propios(porque al principio uno asimila lo que le enseñan en la casa y en los distintos lugares donde vamos formándonos, vamos adquiriendo creencias de cómo tiene que ser la vida. A partir de eso –sobre todo si nos casamos jóvenes- tenemos idea de cómo tiene que ser un matrimonio. Y tiene que ser a veces en nuestro criterio, para toda la vida: en las buenas y en las malas hasta pasar el infierno mismo. Por suerte esas creencias van cambiando, y vamos viendo que si hay maltrato, desconfianza, desamor, tiene uno que trabajar para deshacer el vínculo. Hay veces en que es muy difícil eso, y necesitamos darnos cuenta, igual que cuando nos duele una muela, cuándo la solución es una aspirina y cuándo se requiere ir al dentista. Entonces. Hay cosas que podemos hacer solos, y otras que requieren la ayuda de un terapeuta. Yo que he sido terapeuta durante muchos años y ya no ejerzo la psicoterapia, también he necesitado ayuda para deshacer un vínculo, para deconstruirlo. Porque tenemos que saber que un vínculo tarda mucho tiempo en forjarse, sobre todo si es un vínculo de muchos años deshacer ese vínculo no va a ser ‘de contado’, sino ‘en cuotas’. Y esas cuotas son dolorosas de pagar, pero un día vamos pudiendo decir que no, y otro día vamos imaginándonos viviendo en otra casa, y otro día…nos agarra la masa crítica de conciencia y algo pasa dentro nuestro, sucede clic, armamos las valijas y nos vamos. Hacemos el duelo y terminamos el vínculo no ya en contacto con la persona que nos está dañando. Cuando el vínculo ya se hace in-vivible, necesitamos imaginar una vida donde ya no estemos juntos, necesitamos permisos para deshacer creencias y saber que nuestra vida es nuestra, y que quién te dice que deshaciendo ese vínculo donde ambos nos estamos haciendo daño, quizá mucho más adelante podamos volver a ser amigos. Entonces: hay veces que para no echar a perder el vínculo humano que fue valioso alguna vez, la única opción es separarse, sanear, limpiar, y salvar mucho más adelante lo humano que alguna vez nos reunió.