El hijo mayor: una profunda crisis de filiación

martes, 23 de mayo de 2023

22/05/23- Junto al Padre Mateo Bautista, sacerdote camilo, compartimos el ciclo “Personajes Bíblicos”. En esta oportunidad, seguimos desglosando la Parábola del hijo pródigo en el Evangelio según San Lucas.

El hijo mayor

El hijo mayor representa a los fariseos y a los doctores de la ley. Lo que hace el padre de la parábola es exactamente lo que hace Jesús en su vida. El hijo mayor, tan lejos de la comunión con su padre, lo cubre de reproches, como los escribas y fariseos hacen con el Señor, porque considera que está falsificando el justo concepto de retribución.

El hijo mayor no se habla con el menor. El problema del hijo mayor es que no se sentía hijo, al igual que el menor. No tenía sentido de pertenencia. La gran herida del hijo mayor es que él está en la casa del padre, pero no se siente hijo.

Resentimiento

El hijo mayor está en la casa del padre , pero como un funcionario. Cuando sucede la fiesta el hijo mayor se hace una pregunta ¿ésto es justicia?. “Te he servido toda la vida (…) y no me has dado ni un cabrito para celebrar con mis amigos”. En estas palabras encontramos a un hijo profundamente resentido. Por eso, el hijo mayor no esta enojado con el menor, esta resentido con el padre.
Sus entrañas se conmueven, pero no de misericordia, sino de rabia, resentimiento y desaire. Teme perder sus seguridades internas.

Duro de corazón

El hijo mayor nunca ha transgredido una orden: se expresa con un espíritu fariseo y legalista. Representa la rectitud vivida con fastidio, sin tierno amor, sin gozo, ni alegría. Se muestra intachable, impecable, piensa que nadie le puede reprochar nada. A este hijo primogénito hay que reconocerle muchas cualidades, cierto, pero desgraciadamente está incrustado en el orden, en la observancia legal, en el mérito. Necesita seguridad y se siente firme en el cumplimiento sin tacha, bajo un reglamento de vida que no admite un atisbo de pura y gratuita compasión

Profunda crisis de filiación

No se ha dado todavía cuenta de lo que significa ser hijo. En su vida ordinaria, no palpita al lado de ese corazón paternal, que le ha dado la vida, los valores, el cariño, la herencia por anticipado, todo. Ciertamente, no valora, ni disfruta su dignidad filial, su mayor tesoro; no está ni agradecido por ello, pues es más que sabido que todos los hombres regenerados somos pródigos, que hemos vuelto antes o después a la casa paterna.

No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.