El manejo saludable de las emociones

lunes, 1 de abril de 2019

29/03/19- La Lic. en psicología María Marta Bianco, nos acompaña todos los viernes en un ciclo sobre psicoespiritualidad en el aire de Radio María Argentina. El tema en esta oportunidad fue el manejo de las emociones.

¿Cómo se caracterizan las emociones?

Marimar comenzó la charla anunciando el pasaje del Evangelio donde Jesús llora la muerte de Lázaro (Jn. 11,35) . “Las emociones se caracterizan por tener una base psicofisiológica, es decir, tienen una apoyatura en ciertas áreas del cerebro. Son respuestas de adaptación a estímulos que vienen de afuera o de dentro nuestro. Se arman desde la conducta y en relación a vida con otros. Emoción viene de un vocablo en latín “Motion” , que significa impulso, movimiento. Son mucho más primarias que los sentimientos que ya tienen una elaboración. En su mayoría la emoción es consciente, aunque en un grado menor pueden estar solapadas.”

¿Todas las personas pueden reconocer sus emociones?

“No. Por mas que estén en la conciencia no son sencillas de reconocer, porque aveces operan mecanismos de camuflaje como la represión. Aristóteles decía que cualquiera puede ponerse furioso, pero ponerse furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto y en la forma correcta, eso no es fácil . En muchas ocasiones la ira esconde tristeza detrás”. Para ejemplificarlo Marimar nos contó el cuento de Ana María Bovo:

Había una vez…

un estanque maravilloso.

Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente…

    Hasta aquel estanque mágico y transparente se acercaron la trsiteza y la furia para bañarse en mutua compañía.

    Las dos se quitaron sus vestidos y, desnudas, entraron en el estanque.

    La furia, que tenía prisa (como siempre le ocurre a la furia), urgida -sin saber por qué-, se bañó rápidamente y, más rápidamente aún, salió del agua…

    Pero la furia es ciega o, por lo menos, no distingue claramente la realidad. Así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, el primer vestido que encontró…

    Y sucedió que aquel vestido no era el suyo, sino el de la tristeza…

    Y así, vestida de tristeza, la furia se fue.

Muy calmada, muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y, sin ninguna prisa -o, mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo-, con pereza y lentamente, salió del estanque.

    En la orilla se dio cuenta de que su ropa ya no estaba.

    Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo. Así que se puso la única ropa que había junto al estanque: el vestido de la furia.

Cuentan que, desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada. Pero si nos damos tiempo para mirar bien, nos damos cuenta de que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad, está escondida la tristeza.

 

¿Cómo transitar de manera saludable mis emociones?; ¿Qué mensaje nos traen las emociones?; ¿Cómo puedo gestionarlas?. Encontrá éstas y otras respuestas haciendo click en la barra de audio debajo del título.