A unas semanas de los festejos del Bicentenario, los hechos no demuestran que uno de los grandes desafíos para nuestra sociedad es el de fortalecer el vínculo libre, exclusivo y para toda la vida de un varón con una mujer que es el matrimonio. Es una tarea de enorme urgencia, ante los proyectos legislativos que pretenden desnaturalizar esta institución fundamental de la sociedad. También la familia necesita ser fortalecida ante tantos embates por las políticas de salud reproductiva y control poblacional, la esterilización, la educación sexual bajo la perspectiva de género y otras iniciativas que tienen visiones del hombre, empobrecidas, individualistas, que no reconocen el valor de la familia como célula básica de la sociedad.