El matrimonio y la familia, un tesoro para los pueblos

jueves, 31 de octubre de 2024
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En una nueva emisión del ciclo “Enseñanzas desde el Magisterio de la Iglesia”, junto al padre Javier Soteras, continuamos la reflexión en torno al Documento Conclusivo de Aparecida, que lleva por tema “Discípulos y Misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos tengan en Él vida”.

31/10/2024 – En el inicio del Capítulo 9, titulado “Familia, personas y vida”, abordamos lo referido a los primeros puntos, desde el 432, sobre el matrimonio y la familia. Desde las primeras oraciones, el Documento recuerda que la familia es uno de los tesoros más importantes de los pueblos y es patrimonio de la humanidad. Y que, en contrapartida, “una parte importante de la población está afectada por difíciles condiciones de vida que amenazan directamente la institución familiar”.

En dicho contexto, se nos recuerda que “estamos llamados a trabajar para que esta situación sea transformada, y la familia asuma su ser y su misión en el ámbito de la sociedad y de la Iglesia”. Asimismo, Aparecida ofrece una mirada teológica sobre el ser familia: “creemos que la familia es imagen de Dios que, en su misterio más íntimo no es una soledad, sino una familia”. Y allí completa: “desde esta alianza de amor, se despliegan la paternidad y la maternidad, la filiación y la fraternidad, y el compromiso de los dos por una sociedad mejor”.

Los siguientes puntos refieren a la importancia de la pastoral familiar, con su presencia y desarrollo en cada diócesis, que trabaje de manera intensa y vigorosa para proclamar el evangelio , promover la cultura de la vida, y trabajar para que los derechos de las familias sean reconocidos y respetados.

En esa línea, también hace referencia a legisladores, gobernantes y profesionales de la salud, para que, “conscientes de la dignidad de la vida humana y del arraigo de la familia en nuestros pueblos, la defiendan y protejan de los crímenes abominables del aborto”. Luego, remarca que ante leyes injustas a la luz de la fe y la razón, se debe favorecer la objeción de conciencia y, por otro lado, atenerse a la ‘coherencia eucarística’,es decir, ser conscientes de que no se puede recibir la sagrada comunión y al mismo tiempo actuar con hechos o palabras contra los mandamientos.

Podés ver el programa completo en el video que acompaña esta nota