El oro

jueves, 5 de enero de 2012
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El oro es un metal maleable y dúctil, con alta resistencia a cualquier tipo de alteración química y a la corrosión. Por eso es símbolo de perdurabilidad.

Se registra su uso desde el 4000 a.C, y en varias civilizaciones fue el metal elegido para acuñar moneda.

Por su color y brillo se asocia al sol, y su uso denota distinción y dignidad. Aparece en los atuendos y ornamentos de los reyes. Se destaca el uso del oro entre los incas. Dado que el Inca, jefe de la nación, era considerado hijo del sol, es lógico que su vestimenta y apariencia estuviera resaltada con objetos de oro.

La expresión “de oro” significa que algo tiene el máximo valor.

 

El rey Salomón

 

Los relatos bíblicos sobre el rey Salomón destacan dos aspectos: su sabiduría y su poderío económico.

 

26 Salomón equipó también una flota en Esión Guéber, que está cerca de Elat, a orillas del Mar Rojo, en el país de Edóm. 27 Jirám envió como tripulantes, junto con los servidores de Salomón, a algunos de sus súbditos, todos ellos marinos y buenos conocedores del mar. 28 Ellos fueron a Ofir, y trajeron de allí cuatrocientos veinte talentos de oro, que entregaron a Salomón.

1 La reina de Sabá oyó hablar de la fama de Salomón, y fue a ponerlo a prueba, proponiéndole unos enigmas. 2 Llegó a Jerusalén con un séquito imponente, con camellos cargados de perfumes, de muchísimo oro y de piedras preciosas. Cuando se presentó ante Salomón, le expuso todo lo que tenía pensado decirle. 3 Salomón respondió a todas sus preguntas: no hubo para el rey ninguna cuestión tan oscura que no se la pudiera explicar.

10 La reina regaló al rey ciento veinte talentos de oro, una enorme cantidad de perfumes y piedras preciosas; nunca más se recibieron tantos perfumes como los que la reina de Sabá dio al rey Salomón. (1 Re 9,26 – 10,2.10)

 

Esta visita de una reina extranjera se interpreta como un anticipo del universalismo. Del mismo modo aparece en el Salmo 72 (71); el rey es así un instrumento para que la sabiduría de Dios sea conocida. Jesús hará referencia a esta visita:

 

41 El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. 42 El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón.

(Mt 12,41-42)

 

Un talento de oro
Si bien no hay un acuerdo total entre los estudiosos, la mayoría indica que un talento de oro tenía un valor aproximado de 34 kilos. Estos pesos aparecen en la parábola del servidor que no perdonó a su compañero (Mt 18,23ss) y en la de los talentos (Mt 25,14ss).

 

Los magos de Oriente traen oro, incienso y mirra

 

Según el relato de Mt 2,1-12, Jesús nació en Belén, la ciudad de David, en tiempos del rey Herodes.

Herodes (rey entre 37-4 a.C.), llamado “el grande”, era hijo de un idumeo amigo de César; por lo tanto, no era judío. Esto hizo que su dinastía fuera resistida por muchos judíos creyentes. Por medio de la astucia diplomática, los buenos contactos con los romanos, y su crueldad (llegó incluso a matar a alguno de sus hijos que le disputaba la corona real) llegó a reunir un reino que tenía casi la extensión del reino de David (menos la Decápolis). Fue un gran constructor, edificó Cesarea, la torre Antonia, la fortaleza del Herodión y renovó el Templo de Jerusalén.

 

Los magos de Oriente, guiados por la estrella,  preguntan por el Rey de los judíos, y esto es lo que sobresalta al Rey Herodes.

Finalmente, los magos llegan hasta Belén, donde, ante el verdadero rey, ofrecerán sus dones de oro (simboliza la realeza), incienso (simboliza la divinidad) y mirra (simboliza la humanidad). Como en el episodio de la reina de Sabá y el rey Salomón, son los extranjeros los que llegan y rinden tributo, allí donde se manifiesta Dios.