“El perdón es el máximo regalo para sanar abusos y abortos”, indicó la psicóloga Carla Gerbino

lunes, 15 de marzo de 2021
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15/03/2021 – El padre Matías Jurado, a cargo del ciclo “Ya no te llamarán ‘abandonada”, y la psicóloga Carla Gerbino. referente del programa de sanación Raquel en Gravida, se refirieron al tema del perdón que necesitan quienes han pasado por la experiencia del aborto o han paedecido un abuso sexual. “Pareciera que el perdón hacia uno mismo solo está en el proceso del aborto pero también lo está en el proceso de sanación de abusos. Y hoy veremos cómo esto se va intercalando entre el perdón al otro, a la familia y la dimensión con Dios”, indicó Matías. Y agregó Gerbino:  “Todos tenemos la necesidad de perdonar. En el aborto, la persona seguramente fue altamente influenciada por otras personas para tomar la decisión, por eso aquí aparece el perdón a esos otros. Hay una triple necesidad de perdón. Necesitamos primero sentirnos perdonados. Pero también hay que perdonar a los otros y hasta abordar el perdón desde Dios”.

El perdón en su etimología, tiene dos partes: viene de per que significa máximo, y de don que es regalo. El perdón es el máximo regalo para la sanación. El perdón es psicológico, es espiritual y es físico. La idea es integrar todas esas dimensiones.  Hay mitos con relación al perdón, que se pueden volver obstáculos. En cuanto a quien abusó, ha hecho algo inhumano, pero eso no quita que se pueda perdonar. El perdón no beneficia al otro, sino que me beneficia a mí, es un regalo. Es soltar esa cadena para liberarte del pasado. Es una cadena tóxica, que trae enfermedades autoinmunes, insomnio y otras consecuencias”, indicó la especialista.

“Otro mito es pensar que mi perdón es empoderar al otro, que me abusó. El perdón no es de débiles, sino que nos diviniza. Y te deja vivir como hijo o hija de Dios. El perdón te regala libertad de acción, de pensamientos y sentimientos. Pero hay que comprender que el perdón es un proceso. Se confunde perdón con reconciliación, o perdón con olvido. El perdón es una parte del camino de la sanación. Para reconciliarme con el otro es necesario que las dos partes están en un proceso de sanación similar o conjunto. Si esto no ocurre, no hay reconciliación. Solo Dios puede hacer las cosas nuevas. Pero eso no implica olvidar. Porque la memoria nos permite aprender y es constitutiva de la identidad de la persona. Entonces no se trata de olvidar, sino de recordar lo sufrido junto a otros para que Dios obre sanación”, dijo Gerbino.

El perdón es un don que viene de Jesús, de su sangre entregada por el perdón de los pecados humanos. Perdonar no significa renunciar a la justicia. Sino será un perdón barato, que agrava la situación. En el aborto y el abuso, el cuerpo queda como lugar de trauma y esto favorece la aparición de enfermedades, sobre todo psicosomáticas. Los pasos para sanar desde el perdón un abuso o un aborto consisten en poder exxpresar las emociones, comprender la historia vivida, abrirse al cambio y soltar el pasado.  Hay que pedir la restauración de la memoria y ordenar la autoestima, buscando conductas sanas, vínculos sanadores, una nueva vida, con más paz y más confianza.

“En el proceso psicoespiritual hay pasos para dar y recibir el perdón. Algunos obstáculos para esto son no conocer el poder de Dios, creerse incapaces para enfrentar el dolor, no tener conciencia de la profundidad de los daños u ofensas recibidas, tener deseo de venganza, odio, o resentimiento. También pensar que el resto va a poder seguir sin más su vida, sentir orgullo o no tomar responsabilidad”, manifestó el padre Jurado. “Para perdonar es necesario hacer introspección, renovar la visión de las relaciones con los demás, valorar al ofensor, haberse experimentado digno de recibir el perdón, que haya transcurrido un mínimo tiempo desde que surgió la herida”, sostuvo Gerbino.

Los pasos del perdón son frenar las heridas, reconocerlas y compartirlas con alguien, identificar la pérdida para hacer el duelo, aceptar la cólera y el deseo de venganza, perdonarse a sí mismo, encontrarle un sentido a la ofensa, saberse digno de perdón y ya perdonado, dejar de obstinarse en el perdón, abrirse a la gracia del perdón, decidir qué hacer con la relación y celebrar el perdón”, destacó Carla.