El poder destructivo de la crítica, los chismes y las habladurías

jueves, 26 de septiembre de 2019
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17/09/19- ¿Qué se esconde detrás de una persona que critica todo el tiempo y el forma negativa al otro?; ¿Cuál puede ser la motivación oculta detrás de la crítica destructiva? ; ¿Qué falta por dentro que se necesita llenar con lo de fuera?.

Corina Lang es doctora en psicología y especialista en diversidad e integración de población vulnerable; nos acompaña los días martes en el ciclo “Hacia una cultura del encuentro”.

Palabras que salen del corazón, llegan al corazón

Según la especialista la critica no es buena o mala en sí misma, la diferencia radica en cómo la utilicemos. La critica tiene tanta capacidad constructiva, positiva; como destructiva. Las palabras que salen del corazón, llegan al corazón. La mirada del otro no es una verdad en si misma. Cuando necesitamos criticar a alguien desde el corazón hay que tener ciertas observaciones: hacerlo en privado, expresarla con voz suave y agradable para que el otro la pueda recepcionar. Hay que ayudar a una persona a que cambie su conducta, no hay que culparles por su error.

No entrar en el juego de la crítica

El mejor consejo que puedemos seguir es: no entremos en el juego de la crítica. Criticar algo o a alguien supone, de entrada, ubicarse en una posición de superioridad. El hábito de descalificar puede considerarse contagioso ya que las personas que han sido descalificadas sistemáticamente en su vida son las más propensas a adoptar esta actitud con los demás. La crítica desmedida hacia los demás impide las buenas relaciones, pero sobretodo impide confiar, ser espontáneo, alimentar los lazos de intimidad. Por eso el criticón es también un gran solitario, que pasa el tiempo entre la tristeza y el enojo.

El remedio que propone el Papa Francisco

Dice el Santo Padre: “El que habla es como un terrorista que suelta la bomba y se va, destruye: con la lengua destruye: no crea la paz. Cada vez que me viene a la boca decir una cosa que significa sembrar cizaña y hablar mal del otro… ¡muérdete la lengua y pedíle a Jesús que te saque ese vicio!”. Hay dos medicamentos: El primer remedio es rezar y luego morderse la lengua”.

No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.