06/08/2021 –<El sacerdote debe ser buen olor de Cristo, y no lo será sino se empapa de Él, porque una buena predicación es consecuencia de un buen ejemplo de vida, por sobre todas las cosas el sacerdote debe evitar los escándalos y dedicarse solo a su ministerio>, indicó Fray Pablo Reartes citando a Fray Mamerto Esquiú.
En un nuevo ciclo del programa Madre del Pueblo, el padre Marcelo Amaya, desde Catamarca, compartió la historia de la Virgen del Carmen, el rostro de San José en este su año y junto a Fray Pablo Reartes seguimos compartiendo el pensamiento del futuro beato contenido en el “Diario de Memorias y Recuerdos”.
En primer lugar, el padre Marcelo nos llevó a recorrer la historia de la devoción a la Virgen del Carmen. Comenzó contando que “Desde los antiguos ermitaños que se establecieron en el Monte Carmelo, y de allí viene el nombre de la Virgen del Carmen, Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada. Ya en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal Carmelita contenía una Misa para la Inmaculada Concepción”, indicó.
El padre Marcelo recordó las palabras de Benedicto XVI, sobre esta devoción:
<El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. Inspirándose en la figura de Elías, surgió la Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith Stein)>”, contó.
“Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios”, relató el padre Marcelo.
En torno a la figura de San José, el padre Marcelo, siguió compartiendo algunos pensamientos que están en Redemptoris Custos, este documento escrito por San Juan Pablo II, en la parte donde habla sobre el servicio de la paternidad.
Al respecto, citó parte del documento: <Como se deduce de los textos evangélicos, el matrimonio con María es el fundamento jurídico de la paternidad de José. Es para asegurar la protección paterna a Jesús por lo que Dios elige a José como esposo de María. Se sigue de esto que la paternidad de José —una relación que lo sitúa lo más cerca posible de Jesús, término de toda elección y predestinación (cf. Rom 8, 28 s.)— pasa a través del matrimonio con María, es decir, a través de la familia>.
En este sentido, el padre Marcelo compartió que es lindo pensar esto, porque siempre la familia fundada desde esa realidad matrimonial, este modelo que nos regala Dios”, agregó el sacerdote.
< Los evangelistas, aun afirmando claramente que Jesús ha sido concebido por obra del Espíritu Santo y que en aquel matrimonio se ha conservado la virginidad (cf. Mt 1, 18-25; Lc 1, 26-38), llaman a José esposo de María y a María esposa de José (cf. Mt 1, 16. 18-20. 24; Lc 1, 27; 2, 5).
Y también para la Iglesia, si es importante profesar la concepción virginal de Jesús, no lo es menos defender el matrimonio de María con José, porque jurídicamente depende de este matrimonio la paternidad de José. De aquí se comprende por qué las generaciones han sido enumeradas según la genealogía de José>.
Y por último, recorrimos junto al padre Marcelo el espacio dedicado a Fray Mamerto Esquiú. El padre Marcelo hizo una introducción sobre la importancia de las canciones que relatan la historia de Fray Mamerto y que él mismo viene compartiendo en este ciclo. Contó además que siguen los preparativos para la fiesta de beatificación de Fray Mamerto Esquiú, la que se realizará en la plaza al frente del templo y de la casita del futuro beato argentino.
Por otra parte, recibimos a Fray Pablo Reartes , que siguió compartiendo el pensamiento de Fray Mamerto Esquiú, en este caso, habló sobre lo que pensaba respecto al ejemplo de vida de los sacerdotes.
Y en sus escritos decía Fray Mamerto: < El sacerdote debe ser buen olor de Cristo, y no lo será sino se empapa de Él, porque una buena predicación es consecuencia de un buen ejemplo de vida, por sobre todas las cosas el sacerdote debe evitar los escándalos y dedicarse solo a su ministerio>, recordó Fray Pablo.
<Jamás llegaremos a ser buen olor de Cristo si no empapamos nuestra alma en la meditación de su vida, Pasión y Muerte santísima, solo allí puede encenderse la llama de la verdadera caridad, el fuego se atizó en mi meditación del salmo 38>, citó Fray Pablo Reartes.