10/02/2025 – El sistema vial, compuesto por normas, actores e infraestructura, ejerce una poderosa influencia en nuestro comportamiento al desplazarnos. La infraestructura, en particular, juega un papel determinante al condicionar nuestras opciones de movilidad. En muchas ciudades, el diseño de las calles y la falta de alternativas de transporte público adecuadas fomentan el uso del automóvil, lo que a su vez puede generar congestión, estrés y comportamientos agresivos al volante.
Esta situación se ve agravada por la persuasión constante del sistema actual, que nos impulsa a elegir el auto por encima de otras opciones. La publicidad, el diseño de las ciudades y la falta de inversión en transporte público contribuyen a crear una cultura del automóvil que dificulta la elección de alternativas más sostenibles. Como resultado, nos encontramos atrapados en un círculo vicioso donde el sistema refuerza comportamientos negativos y dificulta la adopción de prácticas de movilidad más amigables con el medio ambiente y con la convivencia ciudadana.
Este es el tema que abordamos junto a Iván Leske, consultor y escritor del tema de movilidades urbanas.
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