El tesoro de tu vida

miércoles, 2 de agosto de 2023

02/08/2023 – ¿Dónde está tu tesoro? Una pregunta que nos abre a la catequesis que compartimos junto al padre Daniel Cavallo en torno al evangelio del día:

Jesús dijo a la multitud:”El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas;y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.”

San Mateo 13,44-46

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Encontrar el tesoro es la fuerza de las decisiones del hombre.

El hombre es el tesoro de Dios. Dios es el tesoro de la Iglesia. Soy el tesoro de Dios?.

El hombre es el tesoro del hombre?. Hay algo que tenga mas valor en la tierra que el hombre?.

” Nadie ama a Dios a quien no ve, si no ama al prójimo a quién ve” ( 1 Jn.).

Recordá que sos la perla de Dios para el mundo.

El padre Daniel para iluminar la catequesis nos compartió unos fragmentos de la Encíclica Fratelli Tutti para reflexionar sobre ser esa perla que Dios quiere adquirir:

222. El individualismo consumista provoca mucho atropello. Los demás se convierten en meros obstáculos para la propia tranquilidad placentera. Entonces se los termina tratando como molestias y la agresividad crece. Esto se acentúa y llega a niveles exasperantes en épocas de crisis, en situaciones catastróficas, en momentos difíciles donde sale a plena luz el espíritu del “sálvese quien pueda”. Sin embargo, todavía es posible optar por el cultivo de la amabilidad. Hay personas que lo hacen y se convierten en estrellas en medio de la oscuridad.

En perlas, en verdaderos tesoros, agregó el padre y continuó:

223. San Pablo mencionaba un fruto del Espíritu Santo con la palabra griega jrestótes (Ga 5,22), que expresa un estado de ánimo que no es áspero, rudo, duro, sino afable, suave, que sostiene y conforta. La persona que tiene esta cualidad ayuda a los demás a que su existencia sea más soportable, sobre todo cuando cargan con el peso de sus problemas, urgencias y angustias. Es una manera de tratar a otros que se manifiesta de diversas formas: como amabilidad en el trato, como un cuidado para no herir con las palabras o gestos, como un intento de aliviar el peso de los demás. Implica «decir palabras de aliento, que reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan», en lugar de «palabras que humillan, que entristecen, que irritan, que desprecian»[208].

224. La amabilidad es una liberación de la crueldad que a veces penetra las relaciones humanas, de la ansiedad que no nos deja pensar en los demás, de la urgencia distraída que ignora que los otros también tienen derecho a ser felices. Hoy no suele haber ni tiempo ni energías disponibles para detenerse a tratar bien a los demás, a decir “permiso”, “perdón”, “gracias”. Pero de vez en cuando aparece el milagro de una persona amable, que deja a un lado sus ansiedades y urgencias para prestar atención, para regalar una sonrisa, para decir una palabra que estimule, para posibilitar un espacio de escucha en medio de tanta indiferencia. Este esfuerzo, vivido cada día, es capaz de crear esa convivencia sana que vence las incomprensiones y previene los conflictos. El cultivo de la amabilidad no es un detalle menor ni una actitud superficial o burguesa. Puesto que supone valoración y respeto, cuando se hace cultura en una sociedad transfigura profundamente el estilo de vida, las relaciones sociales, el modo de debatir y de confrontar ideas. Facilita la búsqueda de consensos y abre caminos donde la exasperación destruye todos los puentes.

Ser amables, una manera de construir el Reino de Dios, el ser perlas, para ser un verdadero testimonio.

Recemos la siguiente oración con el compromiso de seguir preguntándonos cuál es el tesoro de tu vida, vivís el amor la prójimo como un tesoro de Dios.

Padre Dios, ayúdame a sacar mis ojos de las cosas

que me absorben y dominan

para que pueda reconocerte a tí como el mayor tesoro

Y enséñame a reconocer el valor que tiene mi vida

mirada y valorada con tanto amor.

Dame la fuerza para que nunca descuide

tantos tesoros que ponés al alcance mi mano,

allí esta tu Reino que da sentido a mi vida.