15/06/2020: El padre Gustavo Esteche de la diócesis de Moreno, en diálogo con Radio María, resaltó que “El tesoro más grande que ponemos hoy en la olla es la vida de los colaboradores, que sin ellos, el recurso humano, nos podríamos hacer nada”. Y destacó, también, que “No tengamos miedo, no tengamos desconfianza, sí tengamos cuidado, sí tengamos respeto a lo que estamos viviendo, pero con la certeza de que Dios está con nosotros caminando y la Virgen cubriéndonos con su manto”.
En Madre del Pueblo, el padre Marcelo Amaya, desde Catamarca continuó mostrando el rostro de la Virgen María presente en las realidades de nuestro país, especialmente, en tiempos de Covid19. El padre Marcelo dialogó en primer lugar con el padre Gustavo Esteche y luego con el padre Facundo Brizuela, de la Pastoral juvenil de Catamarca.
El padre Gustavo Esteche, de la parroquia Cristo del Perdón, de la diócesis de Merlo, Moreno, comenzó describiendo una realidad dura donde falta el plato de comida y por otro lado, nos dejó otro paisaje, el de la generosidad de la gente al llevar adelante las ollas populares. “Nosotros ya veníamos acompañando algunos comedores o copa de leche, y todo ello se convirtieron en olla popular por la cantidad de demanda que tenían las familias muy necesitadas”, comenzó diciendo el padre Gustavo.
“Estamos cocinando tres mil porciones en toda la parroquia, estamos llegando en tres lugares, con todos los protocolos del cuidado, la gente con barbijos”. “Y todo esto se hace cuesta arriba, porque también la mayoría gente de nuestra parroquia, los que están en Cáritas son un poquito más grandes“, advirtió. “Por lo cual fue necesario -aclaró- reactivar la vida pastoral, social, con otras personas que no son habituales en Cáritas, en farmacias y especialmente en las ollas populares”, completó.
“Si bien la fuerza es la olla popular, ahora lo que va urgiendo es la parte sanitaria, así que estamos entregando leche, azúcar, especialmente a las familias que tienen gurises, chicos, y estamos armando con las donaciones que tenemos, la entrega de un kit de artículos para la higiene y cuidado en la casa, lavandina y alcohol, así que se suma la parte sanitaria”.
“Y en el Gran Buenos Aires, también tenemos la otra pata, por decirlo así, que es el tema de la seguridad, que pasa en todo el país, pero aquí se hace un poquito complicado por la situación que estamos viviendo”. “Así que hay todo un desafío, día a día, mucha gente que se va sumando, y trabajando en bloque para no tener tanta gente junta”. “Es un desafío grande, que desestructura todo lo que podíamos tener como estructura con todos estos desafíos que se van sumando ahora, así estamos caminando en lo social”.
“Gracias a Dios en recursos, ayuda mucho la caja de comidas que se entrega a las familias. Y en cuanto a las ollas populares, lo que va a la olla, sea fresco o seco, en la parte de Moreno, estamos haciendo compras comunitarias, de verdura, carne o pollo, porque comprar por mayor sale más económico”.
“La gente dona muchísimo, a través del CBU de la parroquia está ingresando muchísimo, y esto nos permite tener una cintura para ir comprando las cosas necesarias”.
“El tesoro más grande que tenemos en este tiempo de donación, es la vida misma de aquellos que vienen a cocinar, porque corren todo un riesgo de contagiarse del virus, llevarlo a la casa”. “El tesoro más grande que ponemos hoy en la olla es la vida de los colaboradores, que sin ellos, el recurso humano, nos podríamos hacer nada”. “Pero gracias a Dios estamos sosteniéndonos en esas dos patas fundamentales”, acertó el sacerdote.
En este sentido, el padre Gustavo, indicó que “Pasamos por varias etapas”. “Hay un respeto, hay un cuidado, no veo una psicosis, si uno sigue los medios te volvés loco, por eso muchas veces les pedimos a las familias que no vean tanta televisión”. “Hay respeto y cuidado”. “Me parece que está afectando mucho más el tema del encierro, porque no todas las familias tienen las herramientas para acompañar a sus hijos en la escuela”, ejemplificó.
“No tengamos miedo, no tengamos desconfianza, sí tengamos cuidado, sí tengamos respeto a lo que estamos viviendo, pero con la certeza de que Dios está con nosotros caminando y la Virgen cubriéndonos con su manto, esa es mi certeza”, concluyó el padre Gustavo Esteche de la diócesis de Morón.
Finalmente, el padre Gustavo Esteche, de la parroquia Cristo del Perdón, de la diócesis de Merlo, Moreno, indicó que “El acompañamiento espiritual, psicológico, el acompañamiento de contención, es un poquito hoy, hoy -acentuó- por donde hay que caminar con la tarea de la asistencia”.
El padre Facundo Brizuela, de la Pastoral Juvenil de Catamarca, en diálogo con el padre Marcelo Amaya, compartió el trabajo que están haciendo desde el espacio joven en este tiempo de pandemia.
En este sentido, el padre Facundo expresó que “Llevamos a cabo una Mariápolis por internet, junto a los jóvenes talleristas del Congreso Mariano suspendido”.
Y por otro lado, el padre Facundo Brizuela resaltó la solidaridad y entrega de los jóvenes de la diócesis de Catamarca diciendo que “El enorme trabajo que están haciendo los jóvenes conjuntamente con Cáritas, ayudando en los merenderos, el apoyo escolar y acompañamiento, es inmenso”.
Desde la Pastoral Juvenil de Catamarca, dieron a conocer la conformación de la Red de Voluntariado Joven.
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