“El tiempo de desierto puede llegar a ser un trampolín a la esperanza”

miércoles, 11 de marzo de 2020
image_pdfimage_print

11/03/2020 – ¿Cómo vive el mundo y el hombre contemporáneo el ‘desierto’? ¿Cómo vive cotidianamente lo que le genera un desierto? ¿Qué representa la palabra ‘desierto’ para nosotros?

Éstas fueron algunas de las preguntas que planteó el licenciado Rubén Castro en una nueva edición del espacio “Tiempos de incertidumbre, tiempos de paz interior”.

Trayendo a la memoria al padre Martín Descalzo, el psicólogo dijo que “los hombres que caminamos el cemento de la ciudad no estamos exentos de tener la experiencia del desierto” y agregó: “Es una palabra dura en nuestra vida, una sequedad anímica vincular, corpórea y, ni que hablar, espiritual. El desierto es algo muy humano y muchos lo temen.”

“Muchas veces nos encontramos en esos laberintos internos de nuestra historia y nuestra experiencia nos ha ido marcando a fuego. Muchas veces de forma doliente, pero muchas veces también salvífica. Muchas veces fragilizándonos, pero muchas veces también generando un trampolín a la esperanza y a la realización del ser humano como nunca podríamos haber imaginado”.

El psicólogo compartió sobre el final del espacio una oración del sacerdote jesuita Antonio Ordóñez:

“Entra, Señor, y derrumba mis murallas,

que en mi ciudadela sitiada

entren mis hermanos, mis amigos, mis enemigos.

Que entren todos, Señor de la vida,

que coman de mis silos,

que beban de mis aljibes,

que pasten en mis campos.

Que se hagan cargo, mi Dios,

de mi gobierno.

Que pueda darles todo,

que icen tu bandera en mis almenas,

hagan leña mis lanzas

y las conviertan en podaderas.

Que entren, Señor, en mi viña,

que es tu viña. Que corten racimos,

y mojen tu pan en mi aceite.

Y saciados de todo tu amor, por mi amor,

vuelvan a ti para servirte.

Entra, Señor, y rompe mis murallas.”

Te invitamos a escuchar el audio completo del programa al inicio de esta nota y a compartirlo en tus redes sociales