El valor de la pobreza

miércoles, 19 de agosto de 2009
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Evangelio según San Mateo 19,23-30.

 

Jesús dijo entonces a sus discípulos: "Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos.

 

Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos".

Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír esto y dijeron: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?".

 

Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible".

Pedro, tomando la palabra, dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?".

 

Jesús les respondió: "Les aseguro que en la regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

 

Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna.

Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros.

 

  1. No se puede servir a dos señores

Mas fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de Dios.” (Mateo 19:24.) Jesucristo pronunció estas palabras para enseñar una lección a sus discípulos. Un joven gobernante rico acababa de rechazar la invitación de seguir a Jesús y disfrutar de muchas oportunidades espirituales magníficas. Decidió apegarse a sus muchas posesiones en vez de seguir al Mesías.

Jesús no estaba diciendo que era completamente imposible que un rico obtuviera vida eterna en el Reino, pues hubo personas acaudaladas que le siguieron. (Mateo 27:57; Lucas 19:2, 9.) Sin embargo, es imposible que obtenga vida eterna un rico que ame más sus posesiones que las cosas espirituales. Solo si reconoce su necesidad espiritual y busca la ayuda divina puede recibir la salvación que Dios otorga. (Mateo 5:3; 19:16-26.)

La ilustración del camello y el ojo de la aguja no ha de tomarse