11/01/2021 – “Pensé que la inculturación se iba a dar sólo con la gente del país donde íbamos a misionar pero como los misioneros de Punto Corazón somos de todo el mundo también entre nosotros experimentamos la inculturación, entre los propios voluntarios”, comenzó diciendo María Pía Funes, miembro de este movimiento católico misionero.
Continuando con el ciclo, “Misionando con María”, junto a Puntos Corazón, dialogamos con María Pía, quien nos contó su experiencia misionera en la India. Recordemos que, Puntos Corazón es un movimiento misionero católico que ofrece una misión al servicio de los que más sufren. Son jóvenes voluntarios que buscan a Dios y desean servir a los más pobres y pequeños compartiendo una vida simple y viviendo en comunidades internacionales.
Hablando sobre la inculturación, María Pía relató que “Yo estuve de misión en India desde febrero de 2019 a febrero de 2020, y hasta entonces esta palabra, era bastante desconocida, y la inculturación se dio desde la propia comunidad, porque Puntos Corazón está compuesto por jóvenes de distintas partes del mundo”. Contó también que “Recuerdo que apenas llegué, yo estuve en el sur de Inda, la gente saludaba en general en una lengua que se llama Tamil, y allí el “Hola” va seguido de “¿Ya has comido?”. “Para mí lo lógico era preguntar: Hola! ¿Cómo estás? pero allí no, lo descubrí a la semana lo que significaba la segunda parte del saludo”.
“Después de saber que hubieses comido se entablaba la comunicación, ellos dan todo y allí pude descubrir y aprender de esta gran escuela de amor”. “Porque no se trataban de preguntas superficiales, realmente se quedaban a escuchar la respuesta”, resaltó María Pía.
“A partir de que uno tiene ese encuentro con Jesús y María, uno no puede callar lo que tiene…”, expresó refiriéndose a lo que sustenta su ser misionero. Y agregó que “Cuando yo llegué lo único que tenía para compartir era mi presencia, porque no entendía el idioma. Pero me pasó que en uno de los apostolados, -íbamos semanalmente a un leprosario- sucedió que cuando uno de los voluntarios no iba, preguntaban por qué no iba, se entristecían o preocupaban… realmente era la presencia lo que les importaba“. “Llevábamos al Señor que nos habita”, expresó.
“Inculturación significa habitar, cultivar, proteger, y sin duda es esto lo que vamos a hacer”. “En la cultura de la India se vive el momento y recordó que sus amigas del barrio se levantaban muy temprano y se dedicaban a la cocina… no importaba qué seguía… lo importante era el momento presente…”.
“La religión que predomina es el hinduismo, hay muchas personas que son musulmanes, protestantes y la religión católica es ínfima, es un 2 % de la población aproximadamente”.
“Aunque -destacó María Pía- alrededor de nuestra capilla había muchos musulmanes, ellos respetaban mucho nuestras fiestas aunque no las celebraran… ellos aprendían nuestros cantos… fue una experiencia increíble…”.
Por otra parte, María Pía contó que “En India se rigen por castas, y según la casta tienen barrios determinados, los de casta baja sirven a los de casta alta”.
“Pero, en nuestra casa se encontraban a compartir personas de las distintas castas. Venían a jugar todos, y todos los niños se olvidaban de las diferencias, es como ponían en pausa sus diferencias”, indicó.
También narró que “En India es muy importante el canto, de hecho en la escuela tienen una materia que es Canto”.
“Siempre había cantos que parecían una fiesta…”, recordó. Y en cuanto a la comida dijo que “Todas las comidas van acompañadas con arroz… bien pasado… se sirve y se hacen albondiguitas con la mano y se come así…”.
“Las mujeres antes de casarse, desde que son niñas hasta que se casan, usan una prenda que se llama churidar, que son pantalones muy grandes, muy anchos con un remerón suelto que llega hasta las rodillas que tiene mangas, no usan musculosas, hombro, cuello y tobillos no pueden mostrar las mujeres y si o sí un chal… esta es la ropa que usan las mujeres antes de casarse“, refirió María Pía.
“Una vez que se casan, pasan a usar el sari, que son estos vestidos de cinco metros de largo por uno de alto, es una tela sola, y ellos se enrollan en este vestido con tres alfileres de gancho, y lo único que varía es el material del sari”, indicó.
“Y los hombres tienen más variada la vestimenta, y siempre es una remera, y usan como una pollera, como un tallón atado al cuerpo”. “La vestimenta en sí, es muy simple”. “Y todo es muy ancho porque al no haber muebles, comen en el piso, por eso la ropa es muy cómoda”.
“Me queda esto de lo simple y de vivir el amor de Dios desde lo simple”, expresó con mucha emoción María Pía Funes, misionera de Puntos Corazón.
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