¿En dónde está anclada nuestra conciencia ecológica? – María Cecilia Jaurrieta

lunes, 12 de noviembre de 2018
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12/11/2018 – “Tenemos que recordar la oración San Francisco de Asís, ante el crucifijo de San Damián, en donde él pide solamente tres cosas, fe, esperanza y caridad. Precisamente el tener conciencia ecológica y comprometerse en pequeñas acciones, proviene de una actitud de fe, de ser responsables ante el Creador”, comenzó indicando María Cecilia Jaurrieta, integrante de la Orden Franciscana Seglar.

Y agregó que “El que no cree, el que no tiene una visión trascendente de las cosas ,no va a poder tener esta actitud de fe, pero a nosotros que somos cristianos se nos va a exigir y se nos va a pedir cuentas de lo que hemos hecho”.

Citó a Madre Teresa de Calcuta, que decía: <Por más pequeña que sea la acción, por más intrascendente, no hay que dejar de realizarla>.

Por otra parte, María Cecilia aclaró que “Por mucho que sepamos, eso no nos va a movilizar, lo que nos va a movilizar es una actitud afectiva, que nazca del corazón y del cariño por las cosas. El mucho saber no nos lleva a hacer, en cambio, el amar mucho, el comprometernos mucho, sí nos va a llevar a buscar cuál es la mejor actitud a tener con respecto a la vida”.

“A mí me encanta la gente que por ejemplo se desvive preguntando dónde tiro las pilas, qué hago con esto o con lo otro -comentó- en cambio llenarnos de información, muy raras veces nos moviliza”.

La importancia del árbol y del agua

En torno a este tema, volvió a recordar a las tres mujeres que se involucraron en una ecología integral, y que gran parte de su vida la dedicaron a forestar, a cuidar los árboles, expresando que: “la Hermana Dorothy Stang, murió mártir por cuidar el ecosistema amazónico, y desafiar a los que lucraban con eso, y como era una enemiga declarada de sus intereses, directamente la ejecutaron, todavía están hoy purgando su pena en la cárcel, y la keniana Wangari Maathai, que con ayuda de otras mujeres creó una ONG, Cinturón verde, que plantó más de cincuenta millones de especies en el desierto y Graciela Barrionuevo, que nos da un ejemplo posible, que desde su rol de docente, hizo un montón de acciones constructivas, educativas, para forestar una zona que es en sí desértica o árida, como es Famatina en La Rioja”.

“Y nosotros en nuestra ciudad de Buenos Aires tenemos que dar gracias a Dios que hay una preocupación por la deforestación, por que no quede un sólo cantero sin árbol”.

Finalmente, resaltó que “No se puede tener una actitud pasatista, hay que crear una cultura de hábitos ecológicos, el que se pueda asociar, trabajar desde algún partido político, que lo haga. El cuidado de la vida no debería tener ideología, tendría que ser patrimonio de cualquier plataforma política”.

“Tendríamos que pensar que el cuidado de la casa común nos debe unir, es un factor de unidad, de encuentro, entre las personas que pensamos distinto”, concluyó.