14/11/22- “Todos crecemos y maduramos en el dar y en el recibir. Al narcisismo lo detectamos en las relaciones humanas: en el trabajo, en el colegio, en la familia, en la parroquia. El narcisista tiene una mirada muy miope, no tiene una mirada amplia. Esto es porque el narcisista no se pone en el lugar de los otros. El narcisista tiene una mirada desde sí y para sí. Narcisista tiene un espejo pero solo se ve el mismo, nunca aparecen los demás”, dijo el Padre Mateo Bautista, sacerdote camilo, en el programa “Acortando Distancias”.
“Todos somos especialmente narcisistas cuando sufrimos. Esto sucede porque se inflama nuestro yo. Si queremos conocer a otra persona y si nos queremos conocer a nosotros mismos, esto será cuando suframos. En plena herida sale lo que realmente somos. La tendencia normal cuando sufrimos es a cerrarnos”, expresó el sacerdote.
“Lo que más teme el narcisista es entrar en una crisis. Y en las crisis tengo que tener la opción de salir de mi mundo, de mi visión para ir a la realidad”.
Cuando decimos: “yo soy bueno, Dios me tiene que recompensar” , esto es un narcisismo espiritual. El narcisismo llega hasta la religión. Esto está ligado a la soberbia espiritual. “Nadie es más creyente que yo”. No dejamos a Dios entrar en nuestra conciencia y nos justificamos”.
El Padre mateo comentó: “El narcisista es una persona muy introvertida. Siempre habla desde sí y para sí. El narcisista no llega a tener auténticos amigos. Esto va haciendo que el mundo del narcisista sea cada vez más reducido. Hay mucho narcisismo detrás de la soledad y aislamiento. Esta soledad tiene un cerrojo : es que la persona no quiere hacer comunión, no quiere dar y recibir. El narcisista se aprovecha de los demás pero no se pone a disposición del otro”.
“La clave para salir del narcisismo es abrirme a los demás y abrirme a la gracia de Dios. Dejarme confrontar por Dios y por los hermanos”, finalizó.
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