21/4/2020 – En Madre del Pueblo recibimos a monseñor Luis Urbanc, obispo de Catamarca quien reflexionó en torno a la figura de María, su presencia en medio de la fe cristiana. Al respecto, en diálogo con Radio María dijo que “Es importante en estos tiempos de pandemia que no se nos enfrié el corazón del seguimiento de Jesús de la mano de María”. Junto al padre Marcelo Amaya, vocero del Congreso Mariano Nacional desde Catamarca compartimos esta entrevista al monseñor Luis Urbanc, con el tema: “María, presencia en medio del pueblo argentino”.
Al respecto, monseñor Urbanc comenzó diciendo que “Así como a la Virgen María le tocó cambiar el curso de sus proyectos”. Y ejemplificó indicando que “estoy seguro que estaba pensando en tener a su hijo en Nazareth, en vez de eso, hay un censo y tuvo que correr, ir a Belén y tuvo que nacer el niño lejos de la familia, en una cueva”. Y completó diciendo que “Nace el niño, después el rey está empeñado en matarlo y bueno… levanten todo y vayan a Egipto”.
“En la vida, muchas veces estamos así – comparó monseñor Urbanc- somos como peregrinos que estamos en camino, no estamos instalados, porque precisamente la tierra no es un lugar de permanencia sino un lugar de paso”. “Las circunstancias nos están ayudando a vivir de la mano de María esta confianza puesta siempre solo en Dios, mirando solo a Dios que es al que vamos y con el que nos vamos a encontrar”, acertó.
“Un congreso tiene como cometido profundizar algún aspecto de nuestra vida, el último que hemos tenido ha sido en torno a la eucaristía”. “La eucaristía –agregó- la tenemos todos los días, pero no podemos conformarnos con tenerla, podemos caer en la rutina, María en la devoción la tenemos todos los días”.
“Pero es necesario profundizar, y sobre todo se profundiza dentro de un ámbito concreto, los contextos varían. Entonces nosotros tenemos que profundizar este misterio que significa María dentro de la fe cristiana en el contexto que nos toca vivir. Del último congreso a este que lo tenemos suspendido han pasado cuarenta años, y en cuarenta años han cambiado muchas circunstancias, son distintos los desafíos”, indicó monseñor Luis Urbanc.
En este sentido, monseñor Luis Urbanc dijo que “María es convocante en nuestro pueblo argentino, está metida esta devoción a María en todo el país, ella como Madre, como figura femenina nos ayuda mucho a podernos serenar, a poder buscar juntos respuestas a nuestros interrogantes”. “¿Cómo afrontar la educación de las nuevas generaciones?, creo que es un gran desafío, bueno –dijo- ahí está María, nos puede ayudar mucho, cómo María educó a Jesús junto a José, lo educó en el exilio, en casa, en los ambientes concretos donde el pueblo judío estaba oprimido por el pueblo romano, son coyunturas”, expresó el obispo.
“Todo lo que ella hizo, una mujer que no es una diosa, sino un ser humano igual que nosotros -aclaró- en todo es semejante a nosotros, menos en el pecado”, remarcó. “Todo lo que ha tenido que hacer ella ha sido una lucha como la que tenemos que afrontar también nosotros, y esto es lo que tenemos que trabajar a lo largo del año mariano”, propuso.
Monseñor Urbanc dijo que la devoción a María es más fuerte que otras devociones populares y ante esto explicó que “Creo que es normal pensar que tiene que ser así, porque todo ser humano ha sido gestado en el vientre de una madre, entonces nosotros tenemos siempre una nostalgia del vientre materno”.
“Una mamá nos ha ido configurando el ser, nos dado a luz, nos ha amamantado, nos ha cuidado, entonces esta relación del hijo con la madre está marcado durante toda la vida”.
“Entonces María ocupa ese lugar, es Madre, Cristo nos la dejó como Madre, y esto está arraigado en nuestro pueblo”. Y completó diciendo que “especialmente acá en nuestro Noa es muy fuerte, y sabemos que en distintos puntos del país tenemos centros muy fuertes de devoción mariana y santuarios dedicados a la Virgen”.
“De esa manera, de norte a sur, y de este a oeste, nosotros tenemos mojones donde nuestro pueblo puede encontrarse con María en distintas advocaciones”. “Y esto es lo que nosotros tenemos que aprovechar y no tenemos que perder y sobre todo vivirlo intensamente, los adultos de hoy, para que con ese testimonio logremos imprimir en las nuevas generaciones de niños, de adolescentes y jóvenes ese amor a María”, expresó monseñor Luis Urbanc, obispo de Catamarca, la tierra de la Morenita.
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