“En los momentos de soledad hay que poner todo en manos de Dios”, dijo el padre Sandro Zacarías, recuperado del Covid 19

domingo, 3 de mayo de 2020
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03/05/2020 – El padre Sandro Zacarías es párroco solidario de la comunidad Santísima Trinidad de Resistencia en Chaco y a fines de marzo le informaron que había contraído coronavirus. El domingo de Pascua, el padre Sandro recibió el alta médica y continúa con su tarea pastoral junto al padre Rafael Del Blanco, quien también la Vicaría de Virgen de Itatí de Basail, comunidad rural que está as 70 kilómetros de la ciudad de Resistencia.


“Nací en una familia hermosa de 7 hermanos en la localidad correntina de Santa Ana de los Guácaras, un pueblo muy tradicional que está a 12 kilómetros de la capital provincial. Mi fe y mi vocación se gestó desde bien pequeño en mi familia, hasta hoy sigue siendo una verdadera iglesia doméstica. A los 12 años le dije a mis padres y a mi abuela que vivía con nosotros que quería ser sacerdote. Y los salesianos me querían llevar a Rosario. Pero mi mamá no quiso saber nada, y por eso soy diocesano. Es así que ingresé al Seminario Menor de Corrientes”, sostuvo el padre Zacarías.

“Allí terminé mis estudios secundarios y continué mi formación en el Seminario Mayor La Encarnación de Resistencia. Fui consagrado sacerdote por la oración e imposición de manos de monseñor Domingo Castagna, hoy arzobispo emérito de Corrientes El próximo 22 de diciembre, por la gracia de Dios, estaré celebrando mis bodas de plata sacerdotales Ejercí el ministerio sacerdotal 10 años en Corrientes, 10 años en Puerto Iguala diócesis de Puerto Iguazú y actualmente soy parte de la Iglesia en Resistencia”, indicó.

“Me sentí discriminado en las redes sociales. El tema de la pandemia muestra la madurez del ser humana y la miseria de las personas”, expresó el sacerdote litoraleño y agregó: “Soy una persona que trato de vivir el día a día. Siempre recuerdo a un sacerdote dehoniano, el padre Capelutti, que ya falleció. Él era nuestro profesor de teología y nos decía que tenemos que recordar siempre la ordenación sacerdotal. Ese día fue una gran cantidad de personas que se acercó para saludarme, que se alegró conmigo. Ese Pueblo de Dios que se alegró por tener un nuevo hijo como sacerdote. Y nos decía el padre Capelutti que teníamos que pensar que después toda esa gente se va y ahí queda el día a día. Por eso yo he aprendido a vivir así”.

El sacerdote, nunca en su soledad, tiene que sentirse solo, aunque muchas veces la experimentamos. En esos momentos hay que poner todo en manos de Dios y como decía Don Orione, Ave María y adelante. En los momentos más difíciles de la vida siempre he tratado de salir adelante con una sonrisa o con un chiste”, dijo el padre Zacarías

Por último, Sandro rezó esta oración misionera:

Aquí estoy, Señor, envíame
A la aventura de encontrarte
Dia a dia en mis hermanos
Y en tu palabra de vida
Que alumbra y abraza.

Enséñame a descubrirte día a día
En el sencillo signo de partir el pan
Y a beber del agua viva
Que brota de tu fuente.

Te pido, Señor, que nunca me acostumbre
A lo que me has llamado
Aquí estoy Señor! Envíame.

Amén.