03/09/2015 – El pasado jueves 27 de agosto se conmemoró un nuevo aniversario del fallecimiento del empresario argentino Enrique Shaw, un hombre como cualquier otro, que gracias a su tarea de evangelización y colaboración con sus propios empleados, está camino a transformarse en un nuevo santo argentino. El licenciado Fernán de Elizalde, miembro de la Asociación Cristiana de Dirigentes, comentó en diálogo con Radio María detalles de la vida de Shaw.
“Vale usar las propias palabras del Papa cuando nos indicó hace cuatro o cinco meses que estamos ante una posible santidad. El nació en una familia de mucho dinero, se movió en ese ambiente, con lo que uno piensa que eso le juega en contra, pero siempre cercano a lo religioso, siempre pensando que debían dedicarse más a ayudar, y eso fue acentuando lo que sería su vida futura”, relató de Elizalde. “Nació en 1921, murió a los 41 años en 1962, y en ese lapso de tiempo armó una familia muy linda, con muchos hijos. Trabajó mucho, participó en acción católica, movimientos cristianos, podía ayudar incluso económicamente, y eso generó una acción en los que lo rodeaban con su fama de santidad”, agregó.
“Enrique tiró abajo el muro que existía en las mayoría de las empresas entre el trabajador y el dueño. Él se acercaba a la gente, y los testimonios muestran una evolución en la gente, hasta tomarlo como uno de ellos. Su gente lo quería no sólo como gerente, sino como hombre. No tuvo empresas fáciles de conducir, menos para un hombre que tenía como objetivo generar riquezas para todos”, señaló. Respecto a la muerte de Enrique y la manera en que sus empleados reaccionaron, de Elizalde sostuvo: “El fallecimiento de Enrique ocurre tras cinco años de una terrible enfermedad, que lo potenció más aún en su santidad, porque soportó los dolores del cáncer de una manera increíble, porque no tomaba calmantes, haciendo que casi nadie conociera su enfermedad, por lo que movió el corazón de su gente”.
“Cuando se enteraron que se estaba muriendo no podían creerlo. El cariño era tan grande que cerca de 250 personas se acercaron a la clínica cuando se iba a hacer la transfusión a su jefe. Él habló después a la gente para contarles que se estaba muriendo, y les contó cómo hacer un mundo donde reine el Reino de Dios. Si lo copiáramos un poquito, tendríamos un mundo mucho más justo”, reflexionó.
En cuanto al proceso de canonización, de Elizalde detalló: “Queríamos poder demostrar que había mérito en un proceso que es largo, que tenía cuestiones difíciles de creer que ponía trabas, como que era un hombre con riqueza. Cuando nos dejaron aportar pruebas, empezó a tomar cuerpo y se empezaron a dar cuenta que teníamos méritos, y que era un caso emblemático que podía trascender”. “Padecimos mucho, pero cuando se consiguió, con testimonios y escritos, se conformaron libros con 13 mil fojas de aportes, y en febrero de 2014 terminó en Roma, ahí tuvimos el primer contacto del Papa Francisco. Estamos convencidos que es un caso especial que merece ser tratado”, añadió.
“Necesitamos gente rica de corazón, y es el caso de Enrique. El Papa no va a hacer favoritismo, sino que interpreta algo que él conoce bien. Los pasos se están cumpliendo quizá más rápido de lo pensado, porque el Papa apoya en esto. Las causas de canonización requieren mucha oración”, finalizó el laico, que mueve montañas con la fe de lograr que el “santo de traje y sangre de obrero” sea reconocido por su enorme corazón.
ACDE Enrique Shaw: “Una vida, un testimonio” (completo) from ACDE Argentina on Vimeo.
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