Es posible dar un paso más en el servicio al Señor

jueves, 7 de julio de 2011
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Es posible dar un paso más en el servicio al Señor

En la vida de todos y de cada uno de nosotros hay siempre un lugar donde Dios nos inspira positivamente a realizar cosas con las que Dios nos quiere comprometidos para su gloria y para la propia santidad que esa es la gloria de Dios,el bienestar del hombre.Dios nos quiere bien porque nos ama y ahí está su verdadera gloria.Por eso queremos como ir descubriendo que de bueno Dios está inspirando en lo más hondo de tu ser.Aque te invita el día de hoy a dar como paso que te pueda significar un lugar desde donde podés comprometerte para transformarla.Hay en el horizonte de tu vida alguna realidad que te invita a poner más de lo tuyo de lo que habitualmente ponés.Esto que decía Teresa de Jesús:como Dios bendice al que se hace fuerza a si mismo para servirlo.Muchas veces hay que hacerse fuerte para servirlo al Señor ¿como y de que manera dejándonos inspirar por Dios dar un paso más allá de lo que significa la transformación de la realidad para gloria suya y para santidad nuestra.

Los buenos proyectos dirigidos a Dios decía Teresa.El cambio en la vida y en las comidas me dañó la salud aunque interiormente me sentía muy feliz,me aumentaron los desvanecimientos y me sobrevino una enfermedad muy grande al corazón junto con otras dolencias.Pasé el primer año mal y como muchas veces me desmayaba mi padre me hizo ver por varios médicos.Como ninguno acertó a curarme me llevó a otro lugar de renombre por sus curaciones,me acompañó aquella monja muy amiga.Estuve casi un año fuera del convento después de una larga espera.Durante los 3 primeros meses tuve dolores que no los podía soportar.Para ella quedó peor de como había llegado.Cuando me dirigí a aquel lugar donde fui curada el tío del cual ya había hablado antes que terminó su vida como fraile me dio un libro sobre la forma de hacer oración de recigimiento y comencér a tener ratos de soledad a confesarme con frecuencia y a seguir aquel camino de oración teniendo ese libro como guía.Tengo que agregar que no encontré un guía.un confesor que me entendiese.Esa carencia fue causa de muchas contramarchas en mi camino y probablemente hasta me hubiera perdido del todo.Dios me comenzó a hacer tantos regalos en esos principios que en un lapso de 9 meses llegó a darme oración de quietud y algunas veces hasta oración de unión aunque yo no entendia que era eso y cuanto se debe apreciar.Procuraba lo más que podía tener presente a Jesús delante de mi y ésta era mi forma de oración,también me agradaba leer muy buenos libros.Sin embargo ,dice Teresa, que como no tengo mucho talento para razonar ni tampoco mucha imaginación por más que lo intentaba nunca acababa de formarme una clara imágen de la humanidad del Señor.Ahora me doy cuenta que fue conveniente que no lo tuviera,en aquel entonces nadie me enseñaba.Hubiera sido imposible que perseverara 18 años en las grandes arideces y trabajos que pasé por no poder orar,refleccionando,meditando.Este camino en el que Dios la fue llevando sin duda requirió de ella una puesta importante en lo de todos los días porque las grandes obras en uno,alrededor de uno en la transformación de la sociedad pasan por los grandes esfuerzos de todos los días donde Dios va trabajando,dándonos la posibilidad de afrontar los desafiós cotidianos haciéndonos fuerza,violencia,para superar los obstáculos e ir mucho más allá de lo que por nuestra propia naturaleza podemos hacer.En éste sentido estamos compartiendo el ir por las inspiraciones que Dios nos pone aunque dificil nos parezca en la jornada de hoy para ir mucho más allá de lo que en primcipio pudiéramos según nuestra pobre manera de entender

Decía Teresa de Jesús dejé cosas en el noviciado de poca importancia.Se me culpaba sin tener yo ninguna culpa lo que soportaba con mucha pena aunque con la alegría de ser monja aguantaba más de lo que en realidad por mi mismo hubiera querido.Como veían quedarme sola para orar y algunas veces lloraba por mis pecados pensaban que era porque estaba poco feliz donde estaba.Yo sin embargo estaba feliz con todo lo que vivía en el convento pero no soportaba nada que fuera menosprecio y en esto sin duda estaba toda la fuerza de mi propia debilidad Personalmente quería ser estimada,me gustaba hacer bien las cosas y agradar a todo el mundo todo lo cual parecia virtud pero esto no era disculpa va entender Teresa.Al ver la paciencia con que una monja soportaba una gran enfermedad le pedía a Dios que me diera una paciencia similar y de ese modo soportar todas las dolencias posibles.Quería ganar por cualquier medio los bienes eternos.Al pensarlo ahora me asombro.Todavía no tenía aquel amor a Dios que luego tuve al comenzar a hacer oración.El Señor oyó mi petición y antes de los 2 años tuve aquella penosa enfermedad por la cual padecí dolorosas curaciones.Fue tanto el dolor que casi temí de perder la vida.A veces me daba la impresión que agudos dientesme mordían el corazón,además me faltaban las fuerzas por no comer.Ni de día ni de noche tenía un momento de sosiego,la tristeza además me ahogaba.Después de estas curaciones mi padre me llevó a otros médicos y todos me desausiaron,durante 3 meses sufrí unos dolores intolerables en todos los nervios.Ahora me asombro y cosidero que fue la gran Gracia del Señor al darme la paciencia que yo le pedí en aquella época

En agosto trate de confesarme como acostumbraba,aquella noche tuve una parálisis que me duró 4 dìas,creyeron que me había muerto.Me dieron el Sacramento de la Unción,se llegó a abrir la sepultura para sepultarme pero gracias a Dios volví a recuperar la conciencia.Después de sus 4 días de parálisis quedé con unos sufrimientos que el Señor conoce,la lengua hecha pedazos de mordida,la garganta cerrada y una debilidad tan grande que ni podía tragar el agua,me era imposible moverme.Pedíu que me trasladaran al monasterio donde estuve 8 mese postrada.El restablecimiento llevó 3 años.Cuando comencé a moverme daba gracias a Dios pero siempre tuve muy conforme con su voluntad aunque tuviera que quedar así de por vida.Me confesaba muy a menudo y mi conversión era de continuo sobre lo que Dios me iba proponiendo.Todos se admiraban de lla paciencia que Dios me daba para soportar la enfermedad,sin embargo yo deseaba restablecerme para poder estar a solas en oración.En la enfermería del convento no tenía un momento de tranquilidad

En aquella época Teresa de Jesús cuenta que se valió de una presencia amiga para el camino que le fue muy significativa para toda su vida.La presencia de quien fue patrono suyo en su peregrinar detras de Jesús:la figura de San José.En aquel tiempo dice Teresa tomé como patrono a San José y me encomendé mucho a el,pude constatar como me ayudaba en ciertas circunstancias,me ayudaba en las que más le pedía.No recuerdo desde el momento presente de ninguna ocasión en que me haya dejado de escuchar.Es asombrospo todo lo que ha hecho Dios por medio del bienaventurado santo.Me libró de peligros espirituales y corporales.Me parece que Dios da poder a otros santos para ayudarnos en algunas cosas determinadas pero a San José no lo ha puesto sino para que nos ayude en todo.Creo como el Señor quizo estar bajo la tutela de san José cuando vivió en Nazaret cuando le obedecía a su Padre y como Padre en el cielo se complace en hacer lo que le piden.No conozco persona que después de haberle en comendado a San José algún favor no se vea más adelantado en el servir Si yo fuera una buena escritora haría todos los favores que me ha hecho San José y también a otras peronas.Solo pido por el amor de Dios que haga

Teresa comienza a exprinentar su vida,lo que ella decribe con desolación espiritual .Un pedido que le hacia tener verguenza frente al Señor,que como Pedro no se animanba a acercar a Jesus.Al crecer mis deseos de estar interesado por las cosas de Dios.Me hizo pensar que decia que era la peror de todas,que bastaba rezar solamente las oraciones obligado.<A esto se sumaba el cuando en mi interior sabia que era indigna de lo que decá y hacía.Como se enfermó mi alma da a entender ella

Comencé a tener conversaciones con gente fuera del convento que me venían a visitar sin darse cuenta del mal que me producían.Como era algo a lo que me acostumbraba no pensé que me haría mucho daño a mi como a otras que eran muy buenas monjas. En aquella época no me daba cuenta que aquella amiga que tenía en el convento me avisó más de una vez pero yo no le hacía caso y me disgustaba con ella.Hasta el mismo Señor me dijo que no me convenían esas amistades.Un día se me presentó Cristo con mucha severidad para hacerme ver lo disgustado que estaba con mi proceder.Lo vi con los ojos del alma con mayor claridad que los ojos del cuerpo me quedó tan impreso que a pesar de que pasaron 26 años no se me ha borrado.Estaba dispuesta a dejar esas conversaciones que me hacían daño pero después el maligno me indujo a creer que me había equivocado,que eran fantasías lo que había visto aunque en lo más íntimo de mi ser de que aquella visión de Cristo era verdad sin embargo como contradecía mi gusto buscaba argumentos que favorecieran mi forma de proceder.Como resultado terminé haciendo lo mismo durante mucho tiempo.Seguí manteniendo aquel lugar de vanidad de conversaciones que lo único que hacían era hacerme perder el tiempo Por aquel entonces fue que dejé de hacer oración mental durante más de un año bajo pretexto de humildad.También en esto me trataba de convencer a mi misma aduciendo argumentos a mi favor que estaba enferma,que no me concentraba para hacer oración a decir verdad aunque esto no justifica el abandono de la oraciónsiempre tuve y tengo hasta ahora muchas dolencias Durante 20 años sufrí los vómitos por las mañanas sin poder desayunar hasta pasado el mediodía,después comencé a comulgar con frecuencia,sentía que todo se me daba vuelta.En la actualidad se me da muy poco de esas dolencias y muchas veces me alegro por padecerlas para ofrecércelas al Señor    Reconozco que las dolencias pueden impedir una oración prolongada pero hay momentos en que es posible orar y la misma enfermedad se puede transformar en oración cuando se la ofrece al Señor si acepta querer compartir con El su suerte.Con motivo de la muerte de mi padre que murió como un santocomencé a confesarme con un swacerdote que me hizo entender mi error.Me hizo comulgar frecuentemente y me dijo que de ninguna manera dejara de hacer oración mental,volví a hacer meditación y nunca más la dejé pero no corté mis vanas conversaciones con las visitas y así pasaba una vida trabajosa porque en la oración veía clara mis faltas.Por una parte me llamaba Dios y por otra yo seguía al mundo.Todas las cosas de Dios me agradaban pero las del mundo me tenían atada.Me parece que queria conciliar si vida espiritual,gustos vida acomodada y pasatiempos sensuales.La oración me resultaba dificil porque estaba esclavisada a mis pasatiempos y distracciones.Apenas podía concentrarme y hablar a solas con Dios porque siempre llevaba en mi corazón mis dualidades,me asombro ahora de haber pasado muchos años sin haber dejado ni lo uno ni lo otro.Dejar la oración no podía pues no estaba en mi mano.Era el Señor el que me mantenía para hacerme mayores gracias pese a mis faltas.Se temía mucho entre las demás monjas porque veían en mi cosas que les parecían buenas.Creo que el mismo Señor miraba mis deseos de servirle y mi pena de no poder realizarlo que mis grandes pecados.

 

                                       Padre Javier Soteras