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Palabras de Vida
Espíritu Santo como fuente de salud
viernes, 2 de mayo de 2008
ORACION INICIAL DE INVOCACION AL ESPIRITU SANTO
Ven Espíritu Santo, Ven Espíritu Santo, llena este vacío que ha quedado de aquel amor tardío, de ese abrazo que no di, llena el espacio adolorido de aquella disculpa que no llego a tiempo, le falto coraje, se quedo en el camino, llena Espíritu divino la culpa bien ganada de la duda, del después, del desatino, llena aquel abismo de todos mis no, de los tal vez, cuando el no gano al querer, llena Santo Espíritu aquella brecha del saludo evadido, del amor defraudado, llena Espíritu amado el corazón que ha olvidado que es el Padre quien te ha enviado.
Ven Espíritu Santo, Ven Rua Santa, en este tiempo pascual.
Te estamos esperanto Espíritu de Dios con tus dones, tus carismas, con tu fuerza, con tu aliento.
Ven Espíritu Santo a darnos una lluvia de: bendiciones, reconciliación, encuentro, dialogo, paz en nuestra patria, en nuestra América Latina.
Ven Espíritu Santo, ven, te lo pedimos a través del inmaculado corazón de Maria.
Espíritu Santo como fuente de salud
Hay que saber escuchar la palabra y orar la palabra. Un ejemplo: la salud nunca llega por el simple hecho de conocer la enfermedad que padecemos, sino que hay que comprar las medicinas y saber el contenido de las mismas, pero aunque supieras las medicinas y supieras que tiene cada comprimido, no basta eso, sino que hay que tomarlas. Hasta que el medicamento no se integra a tu organismo y llega a ser parte de tu ser, no actúa con poder terapéutico. Solo con mirarlo no basta. De la misma manera entonces necesitamos hacer vida lo que hemos aprendido poniéndolo en practica. Porque hay mucha gente que pide sanacion interior pero evidentemente no tiene oración personal diaria, no dedica un tiempo para estar delante de Jesús en el sagrario, no lee a diario la palabra de Dios, no la medita, no tiene confesión y comunión frecuente, no dedica unos días al año para hacer un buen retiro espiritual, una convivencia, etc., no se integra a un grupo de oración semanal en su parroquia, no participa de un apostolado, no descubre a Jesús presente en los ancianos, enfermos, drogadictos, abandonado en la calle, en la catequesis, en la misión. Entonces cuidado con eso, es como tener la medicina ya puesta en le estante y no tomarla. Entonces lo que entendemos con la cabeza hay que aceptarlo con el corazón.
Fijensen en la cantidad de ex alumnos que tenemos de colegios católicos, de universidades católicas, han recibido en teoría un montón de cosas, durante todos los años que estuvieron, pero eso no bajo al corazón, no fue aceptado, encarnado, asumido, no se convirtió en principio de acción, de vida, es cierto entonces, es prácticamente imposible, auto liberarnos de nuestro egoísmo, individualismos, comodidad, pereza, tendencia a la frivolidad, chatura, no esta en nuestra manos ser humilde y generosos.
¿Porque?
Y porque somos incapaces por sí solos, de vivir en la verdad, nos resistimos a compartir lo nuestro, a servir al necesitado y a amar al que no nos ama, no tenemos fuerza para construir el mundo nuevo e implantar un mundo nuevo a pesar de tantas pálidas, de tanto humo que cubre el cielo de nuestra patria.
Nuestra experiencia nos demuestra lo difícil que es ofrecer la otra mejilla a quien nos hiere y perdonar a quien nos ofende, si con nuestras propias fuerzas humanas nos lanzáramos a poner en practica los principios del evangelio, bien pronto nos frustraríamos, ya que rápidamente constataríamos, lo limitado que somos como para efectuar una obra tan gigantesca.
Por eso el primer punto es:
Aceptar la ayuda de Dios, de corazón, con humildad, con perseverancia, con constancia, con docilidad.
El evangelio de Lucas Cáp. 24 (V.49)
Yo les enviare la promesa de mi Padre, permanezcan en Jerusalén hasta que sean revestidos del poder de lo alto.
Y leemos en hechos de los Apósteles Cap I (V.5):
Serán bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días.
Hay que saber aceptar esta ayuda, regalo, don de Dios, o sea que la sanacion integral de la persona de la raíz mas profunda, es obra del Espíritu Santo, no puede existir alguien totalmente sano, si su interior permanece enfermo, el Espíritu Santo, no solamente cuando habita, sino que es alma de nuestra alma, la raíz de nuestras motivaciones y la fuerza de la acción, produce en nosotros una personalidad completamente sana en todo los aspectos de la vida.
Podríamos muy bien llegar a decir que el Espíritu Santo es la salud y la medicina, la fuerza en la debilidad que doblega toda altivez, endereza lo torcido, calienta lo que esta frío y cura nuestras heridas. Lo renueva todo y a fondo, el día que nuestro interior sea sano estaremos inmune a toda enfermedad psicológica, somática, o espiritual.
Ahora bien, si nuestro Espíritu fuera sano como seria toda nuestra persona.
Dios ha derramo su Espíritu Santo en nuestros corazones el día de nuestro bautismo y también el día de la confirmación,
a nosotros nos corresponde no extinguirlo
, como dice San Pablo en primera Tesalonicenses 5-1;
Ni entristecerlo,
en Efesios 4-30
y permanecer llenos de él
, en Efesios 5-48.
El Espíritu Santo nos transforma en Cristo Jesús, el hombre sano por excelencia, por lo tanto vivir como Jesús, es vivir sanamente, la perfecta salud y la mejor forma de vivir en este mundo, es si vivimos como el hijo de Dios, en esto consiste la perfecta y total sanacion, solo el Espíritu Santo os capacita para llevar este plan.
¿Qué plan?
En primer lugar morir al egoísmo para amar.
Jesús nos dice que para entrar al reino de Dios, había que nacer del Espíritu, el nuevo nacimiento exige una previa muerte anterior, morir al hombre-mujer viejos, esta es precisamente la obra del Espíritu Santo hacer morir en nosotros, todo egoísmo, fornicacion, impurezas, libertinaje, idolatría, hechicería, supersticiones, odios, discordias, celos, iras, rencillas, divisiones, envidias, embriaguez, orgías, y cosas semejantes.
Galatas Cáp.5 (19-21):
La presencia del Espíritu Santo
que es amor expulsa todo rastro de egoísmo.
El hombre-mujer viejos mueren en la medida que va naciendo el hombre-mujer nuevos, que participa de la vida de Dios, es el Espíritu de Cristo resucitado, quien realiza esta maravillosa metamorfosis, el fruto del Espíritu que es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de si, al ir creciendo en la libertad va eliminando y haciendo desaparecer las obras de la carne, como el agua que cae a un vaso, desplaza al aire que esta contenía.
No se trata tanto de luchar contra las tendencias egoístas, sino primordialmente ser cada día mas lleno del Espíritu del amor, el termómetro de cuanto Espíritu Santo tenemos es proporcional a la presencia de los frutos del Espíritu, enumerados muy bien por San Pablo en la carta a los Galatas 5.
En segundo lugar es ser humildes como Jesús, el Espíritu Santo establece una clara relación entre Dios y la criatura, el alla y yo acá. El Dios, yo criatura.
Solo el Espiritu de Cristo resucitado, nos identifica con el corazón manso y humilde de Jesús, gracias al amor de Dios, derramado en nuestros corazones.
El Espíritu Santo, transforma nuestras mentes para que podamos vivir de acuerdo a los criterios y valores de Cristo Jesús, imitando su estilo de vida, hasta su cruz, el Espíritu Santo nos sana de todas las enfermedades que hacen rico a los siquiatras, o psicólogos, de temores, miedos, rivalidades, inseguridad, infidelidades, complejo de culpas, de inferioridad, de no aceptación, nos cura de la incomprensión de que todo el mundo esta en contra nuestra, que nadie nos quiere, que nos dejan de lado, que nos marginan, que nos discriminan, o que vivimos hundidos en la soledad, nos libera de la insansiable necesidad de poseer mas, del deseo desenfrenado de poder, de fagocitar al otros, de acumular afectos, ternura, cariño, de poseer al otro, de aparentar algo diferente a lo que realmente somos, de las caretas, de las mascaras, en fin, el Espíritu Santo nos sana a niveles tan profundos, que ningún psicólogo o siquiatra alcanzaría, solamente la siquiatría y psicología son ciencias auxiliares, respetables desde todo punto de vista sobre todo cuando es un honesto y bien preparado y cuando realmente se da cuenta que es un instrumento nada mas que puede mostrar la herida pero no sanarla, a lo sumo el siquiatra dará medicamentos, para palearla.
El Espíritu Santo nos sana porque destruye en nosotros, toda necesidad de competir, que es lo que nos tiene en pie de guerra, nos libera de la presión, de tener que llegar primero a todas las metas, de caerle bien a todo el mundo, que todo el mundo hable bien de nosotros, y de ser el centro de atención de todas las reuniones.
Gracias, Espíritu Santo, gracias
Este es el plan del Espíritu Santo en nosotros, seremos artífices de la unidad, de ser libres, hay que pedir siempre el don del amor, del amor de Dios amando en nosotros.
El Espíritu Santo no hace tomar conciencia de nuestra pertenencia a la iglesia de Jesús, a la única iglesia de Jesús, por encima de cualquier movimiento o asociación, cuidado
Los diferentes movimientos son un carisma para integración no para estar en la vereda del frente ladrándonos mutuamente o mirándonos como quien mira a un sapo de otro pozo
Cuando nuestro grupo toma prioridad sobre la iglesia es porque todavía tenemos un espíritu partidista, de aquellos que hacen proselitismo, pero no evangelizan, no es el espita de unidad del Espíritu Santo y recordemos que la unidad no es uniformidad, la unidad se da en la diversidad, Gracias a Dios, toda división es mutilación de los miembros del cuerpo de Cristo.
El Espíritu Santo preserva la unidad por encima de cualquier diferencia, el nos sana de las heridas causadas por las divisiones y mantiene unido el cuerpo de Cristo para vivir de manera saludable.
Otro punto de este plan es la capacidad de ser libres, donde esta el Espiritu de Dios allí esta la libertad (segunda Corintios 3 (18))
El Espíritu Santo es el agente de Cristo para liberarnos de todo tipo de esclavitud, especialmente de la peor de todas que es el pecado. El Espíritu nos hace libre del pecado en cuanto nos capacita no solo para vencer la tentación sino principalmente para cambiar nuestros deseos de la tal manera de que ya no apetezcamos los frutos de la carne sino que naturalmente tendamos a lo bueno, a lo justo, lo honorable, porque nuestro interior ha sido transformado según Dios. El Espíritu Santo conforma nuestra mente y nuestro corazón a la voluntad del Padre Dios, de tal manera que ya queremos lo que Dios quiere y su voluntad. No es una carga pesada sobre nuestras vidas, sino más dulce que un panal de miel.
El espíritu de la verdadera libertad, justamente nos liberta de los engaños del padre de la mentira y nos sana en cuanto que nos hace vivir la verdad que libera.
El Espíritu Santo, espíritu de adopción nos hace tomar conciencia de nuestra dignidad cristiana , basada en que somos hijos de Dios y que por tanto no necesitamos aparentar nada, ya que hemos recibido el don, el regalo, la gracia mas grande, la filiación divina que nos hace exclamar: ABBA, ABBA , PAPA, PADRE A DIOS
Galatas Cáp.4 (6)
El Espíritu Santo nos hace capaces para perdonar, en estos tiempos hace falta tener la fuerza del Espíritu Santo como gracia para poder perdonar y perdonarse.
La fuerza que necesitamos para perdonar nos viene solo del Espíritu Santo.
Mucha gente afirma, y con razón, no puedo perdonar, sin embargo debe quedar bien claro que esta a nuestro alcance esa capacidad gracias al Espiritu de Cristo crucificado que perdono a todos lo que lo ofendieron.
El Espiritu de Cristo nos hace fecundo para que incluso por las heridas que recibimos nazca una fuente de paz y salud, tanto para nosotros como para los demás.
Antes de enviar Jesús a sus discípulos a perdonar, soplo sobre ellos y los lleno del Espíritu Santo. La relación que existe entre Espíritu Santo y perdón es directa.
Siempre que se hace presente el Espíritu Santo se da el perdón.
El odio, el rencor, el resentimiento, el deseo de venganza, indican su ausencia, por eso hay que invocar mucho al Espíritu Santo.
Nuestra patria precisa el soplo del Espíritu Santo para perdonar.
El perdón solo es obra del Espíritu Santo, no es obra de acuerdo, de pactos, de lindos discursos lleva a gestos contundente, a miradas nuevas, es así y creo que todos tenemos que tenerlo claro.
Para toda la iglesia, para todos los bautizados, es el Espíritu Santo, todos debemos invocarlos y debemos vivir sus dones y carismas, absolutamente todos, desde el Papa hasta el último de los fieles bautizados.
La devoción al Espíritu Santo es mucho mas que rezar una novena, o colgarse la palomita en el cuello, hacer aparecer una oración en el periódico.
Es dejarnos sanar del cáncer o egoísmo con su fuego purificador, es renunciar formalmente al orgullo, y optar por el camino de las bienaventuranzas, es servir buscando primero el provecho del prójimo que el nuestro, es dejarnos conducir por él para formar el cuerpo de Cristo del cual él es el alma, es mantener la unidad del cuerpo de Cristo por encima de cualquier otro criterio, es renunciar a todo pecado en nombre del Señor, por su sangre derramada en la cruz, es perdonar como Cristo en la cruz, es dejarnos conducir por el, de tal manera que todas nuestras acciones como cuerpo de Cristo sean sanas.
Es dejarnos transformar por el en Cristo Jesús.
La devoción al Espíritu Santo no significa que le vamos a dejar a el solo toda la tarea, sino estar convencidos que el habita en nosotros y que actúa a través nuestro. Se trata de un trabajo conjunto de el en nosotros y con nosotros, de manera indivisible, esto es muy importante, para quitar todo este aspecto mágico que a veces rodea esto, post modernista de la new age, que le quita racionalidad a la cosa, a la fe, al compromiso de seguimiento de Cristo Jesús, a lo
RELIGIOSO
.
Hoy hay un pensamiento magia, posmodernista entonces se escapa rápidamente a la evasión, al sentir bonito, al emocionalismo, y hacer toda una mezcla, tipo ensalada rusa, que en el fondo es buscarse a uno mismo, mirarse el ombligo, buscar el consuelo de Dios y no al Dios de los consuelos.
Entonces para que estemos en la verdad, porque la verdad nos hará libres, si pensábamos que la salud nos vendría instantáneamente y sin que nada tuviéramos que hacer, les digo que se trata de una salud permanente y no aparente, completa y no parcial, es costosa y hasta dolorosa, pero ya tenemos al poder que resucito a Cristo de entre los muertos, que nos garantiza no solo la recuperación total, sino una vida completamente nueva.
Dice San Pablo en segunda Corintio Cáp.5 (17):
El que esta en Cristo es una nueva criatura
.
Lo que tenemos que hacer es pedir el Espíritu Santo.
En cada momento difícil podemos exclamar:
Señor yo no puedo pero con el poder de tu Santo Espíritu me será posible.
La vida cristiana es una vida sobrenatural, con los pies en la tierra, es decir implica lo natural y algo mas al mismo tiempo, la base es natural, esto es realizar todo lo que hacemos pero con una fuerza superior que nuestra naturaleza no tiene y es justamente el Espíritu Santo, la Rua santa, la neuma, Ruas Santa en hebreo, Espiritus en latín,
Yo solo no puedo servir, no puedo perdonar, entregarme o comprometerme, pero con el poder del Espíritu Santo si me es posible.
Naturalmente no tengo fuerzas, pero con las fuerzas del Espíritu Santo, si puedo.
¿Quien de nosotros con su propia fuerzas es capaz de edificar el reino de Dios, de construir la iglesia de Jesús, ser fermento de amor?
Nadie, pero si viene el Espíritu Santo, el lo puede hacer por nosotros, con nosotros, y en nosotros.
¿Quién puede vencer el egoísmo, la soberbia, el orgullo?
No podemos sin la fuerza sobrenatural, que es el poder del Espíritu Santo.
¿Quién de nosotros puede amar, como ama Cristo, según su mandamiento amen como yo los he amado?
Pero inmediatamente después el mismo nos prometió la capacidad para hacerlo cuando añadió yo les voy a enviar el amor de mi Padre para que Uds. sepan amar como yo los amo a uds.
La gracia de Pentecostés no se redujo a lo sucedido hace dos mil años, ni solo cuando recibimos el bautismo en el Espíritu Santo, como dicen en el lenguaje de la renovación,
Lo que se llama bautismo del Espíritu, es una nueva unción, efusión de Espíritu Santo.
Pentecostés es permanente y actual, se repite tantas veces, cuantas sea necesario.
Por ejemplo Pedro recibió Espíritu Santo: – el domingo de resurrección, Juan 20 (22); – la mañana de Pentecostés, Hechos 2 y – cuando predico frente a las autoridades religiosas de Jerusalén, Hechos 4 (8).
Cada circunstancia es una oportunidad para pedir y recibir el Espíritu Santo, antes de: rezar, estudiar, comer, viajar, leer la palabra de Dios, un apostolado, hablar con alguien, ver un enfermo, invocar al Espíritu Santo.
La oración constante del cristiano debe ser Ven Espíritu Santo, ven Espíritu Santo, ven
Espíritu de Dios.
El viernes 2 de Mayo comienza la novena de Pentecostés, seria hermoso hacerlo personalmente, en familia, en comunidad.
Pentecostés es el nacimiento de la iglesia, es realmente junto con Navidad y Pascua la plenitud, ese Pentecostés que necesitamos para la iglesia, para nuestra vida personal, familiar, comunitaria.
ORACION FINAL
Ven Espíritu Santo, integra todos los elementos de mi ser.
Ayúdame a amarme a mi mismo, valorar mi dignidad humana y cristiana.
Ven Espíritu Santo, destruí mi egoísmo con el fuego de tu luz.
Ven Espíritu Santo y haceme morir al hombre viejo que me arrastra al pecado
Ven Espíritu Santo y renovame para que sea una nueva criatura.
Ven Espíritu Santo y encende en mi el fuego de tu amor, para que ame a todos
los seres humanos, especialmente a los pobres y a los más necesitados.
Ven Espíritu Santo haceme humilde para que toda la gloria a Dios.
Ven Espíritu Santo llévame a la verdad completa desechando toda falsedad y engaño.
Ven Espíritu Santo ilumíname para descubrir la mentira, especialmente cundo Satanás se reviste de ángel de luz.
Ven Espíritu Santo me abro totalmente a tus inspiraciones y mociones. Hace de mi lo que quieras, someto mis planes a los tuyos, solo quiero de mi vida lo que vos queres de ella.
Ven Espíritu Santo, dame el amor y la comprensión de la palabra de Dios, abrí mis oído para escucharla y fuerza de voluntad para seguirla y obedecerla.
Ven Espíritu Santo, Espíritu de Cristo resucitado y haceme formar el cuerpo de Cristo.
Ven Espíritu de Cristo glorificado y crea en nosotros la unidad, tira la barrera del odio y la división, que nosotros hemos erigido con nuestro egoísmo.
Ven Espíritu de comunión del Padre y el Hijo y congrega al pueblo de Dios, en un solo corazón, una sola alma, una sola fe y un solo Padre.
Ven Espíritu de salud, y sana nuestras relaciones heridas.
Ven Espíritu de la verdad, para que siempre nos relacionemos en la verdad, justicia y la paz.
Ven Espíritu de Unidad y congrega a todas las denominaciones cristianas en un solo rebaño, bajo un solo pastor.
Ven Espíritu Creador y renova la faz de la tierra, hace el cielo nuevo y la tierra nueva que esperamos y necesitamos.
Ven Espíritu Renovador e instaura la justicia en este mundo.
Ven Espíritu de Esperanza, hacenos confiar que el bien siempre superara al mal, que sembremos la semilla de la bondad.
Ven Fortaleza de Dios, para que seamos testigos de que es posible vivir el evangelio en las estructuras económicas, políticas, gremiales y sociales, culturales, deportivas.
Ven Espíritu que soplas como queres y danos imaginación para cimentar la civilización del amor y crear estructuras justas que sean signo del reino definitivo que esperamos.
Ven Espíritu de Dios a través del corazón inmaculado de Maria a tocar a cada uno de los enfermos, de los que necesitan oraciones, los que tienen dificultades en su matrimonio, familia, de los que buscan trabajo.
Ven Espíritu de Dios y derrámate sobre ellos en una nueva efusión de Espíritu Santo. Ahora, Ven Espíritu de Dios.
Participa
Radio María