Espiritualidad para el siglo XXI. Programa 16: Jesús y los excluídos

lunes, 20 de julio de 2009
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Texto 1:

El sistema global que social y culturalmente hemos construido y que está pasando por uno de sus momentos de crisis financiero-económica que afecta en mayor o menor medida a todos. Tiene dentro de sus fortificadas murallas a los que están dentro y gozan del privilegio de pertenecer a un círculo reducido de países. Mientras por fuera de esas murallas, existen países y continentes enteros, que están en las fronteras, detrás de la línea de inclusión y que sólo se registran como índices o porcentajes numéricos de estadísticas. Los continentes y países no son abstracciones geográficas y étnicas sino están conformados por millones de millones de seres humanos, iguales a nosotros que formamos el inmenso grupo de los no privilegiados, ni siquiera podemos llamarnos el sector de los “marginados” porque ellos, al menos, se los registra en los “márgenes” de esos umbrales culturales que hemos creado como vallas y muros. Ni siquiera somos “marginales”: somos “excluídos” cuando no explotados y oprimidos. Para la globalización integrada, no existimos.  No estamos registrados, no pertenecemos, estamos fuera.

Esta discriminación generada por la exclusión no sólo es un hecho sociológico, político y económico sino que para nosotros, que somos creyentes, también nos genera muchas preguntas para la fe.

¿Acaso Jesús en su tiempo no perteneció también a una sociedad y a una cultura esclavizada y oprimida por el Imperio Romano, la primera gran globalización del mundo occidental que conocimos?; ¿Jesús y su pueblo no estuvieron social y étnicamente sistemáticamente empobrecidos, marginados y excluídos?; ¿Jesús no vivió austeramente como un pobre, en una familia humilde, de trabajo artesanal y de sustento ganado con el sudor de la labor diaria?; ¿Jesús no predicó su Reino a favor de los pobres?; ¿Quién eran los pobres para Jesús?; ¿por qué los amó y los prefirió?; ¿el amor a los pobres es un pobre amor?; ¿qué tiene que decirnos el amor cristiano a los pobres hoy en los contextos actuales de antiguas y nuevas pobrezas?; ¿el cristianismo tiene un mensaje para dar en un mundo de imperios globalizados?; ¿los primeros cristianos no vivieron en situaciones similares a las actuales donde cada vez somos s menos y vivimos en una cultura pagana que necesita ser nuevamente re-evangelizada?; ¿podemos iluminar con una palabra de fe las situaciones que vive Argentina y Latinoamérica, las situaciones del mundo quebrado y dolorido?; ¿podemos iluminar la política y la economía con la fe si Jesús dijo: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”?; ¿qué significan esas palabras?; ¿la espiritualidad tiene que ver con esos aspectos de la vida concreta de los hombres?

Tal vez algunas de estas preguntas puedan contestarse desde esta reflexión de la Palabra de Dios que te propongo. Una Palabra que aún sigue viva, actual, novedosa y operante en este vertiginoso siglo XXI que busca su identidad. Palabra encarnada que tenemos que seguir descubriendo para que su sabiduría nos guíe, nos enseñe y nos ilumine esta realidad social que todos.

En medio de las circunstancias críticas que atravesamos, necesitamos siempre una pequeña esperanza que nos impulse, un ánimo que nos empuje, una valentía llena de coraje que nos permita la osadía del próximo paso…

Texto 2:

En la Biblia también aparecen, por diversas razones, los “excluídos&rdq