Esposa, madre y religiosa: la vida de la beata María Doménica Brun Barbantini

martes, 2 de julio de 2024
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02/07/2024 – Cada semana compartimos la vida, obra y legado de laicos, religiosas y consagrados, hombres, mujeres y niños de todo lugar y tiempo que son modelo de virtud y santidad para todos nosotros.

Junto a Silvia Correale, abogada argentina y doctora en derecho canónico y la hermana Celite María Frare, de las Hermanas Ministras de los Enfermos de San Camilo, conocimos la historia y el legado de la beata Madre María Doménica.

María Doménica sirvió a los enfermos y dedicó su vida a Dios tras la muerte prematura de su marido y su hijo. Experimentó todos los estados de vida que una mujer puede vivir: esposa, madre, viuda, fundadora y religiosa de su congregación.

Dolor que se transforma y cura con amor

Doménica nació en Luca, Italia, el 17 de enero de 1789. Siendo la segunda entre siete hermanos, fue educada cristianamente por sus padres. Sin embargo, la muerte de su padre y de 3 hermanos en la adolescencia deja profundas marcas en su vida, ayudándola a madurar y tener una mayor comprensión del dolor.

A la edad de 22 años se casa con Salvador Barbantini, quien fallece repentinamente dejándola en espera de un hijo. Con gran fe en este momento se consagra a Cristo. Así, su amor al Crucificado la conduce a expresar su amor al prójimo sufriente y comienza a dedicarse a los enfermos más necesitados de su ciudad. En tanto, el nacimiento de su hijo Lorenzo trajo gran alegría a su corazón, aunque un presentimiento doloroso se hizo realidad y a la edad de 8 años el niño fallece.

En esta lucha interior, María Doménica decide dedicarse al servicio de los enfermos. A los 28 años funda la Pía Unión de Caridad, obra centrada en la espiritualidad de la Virgen de los Dolores. A pedido de su confesor asume la fundación del Monasterio de clausura de la Visitación.

Una vez terminada la obra, la beata debe realizar un difícil proceso de discernimiento: quedarse como religiosa de clausura o continuar la asistencia a los enfermos. Confirmada en la dedicación a los enfermos, se dedica con todas sus fuerzas a este proyecto y el 23 de enero de 1829 funda el Instituto de las Hermanas Oblatas Enfermeras de Nuestra Señora de los Dolores.