11/12/2025 – En el tercer encuentro de «Plantas de Mi Patria», el Ingeniero Agrónomo y Docente Antonio Russo nos brindó detalles sobre la Parkinsonia praecox o, conocida por su nombre vulgar, la brea.
En la vasta diversidad del monte nativo argentino, pocas especies sorprenden tanto como la brea, una planta cuyo tronco verde, su capacidad de adaptación y su floración temprana la convierten en un elemento distintivo y muy apreciado del paisaje. Su nombre científico alude tanto a la forma de su chaucha como a su particular floración anticipada en relación a otras especies del monte.
Con flores completas y perfectas, la brea se destaca por sus cinco pétalos bien definidos. Uno de ellos presenta pequeñas manchas rojizas, un detalle que la vuelve especialmente atractiva. Aunque su perfume es suave —requiere acercarse para percibirlo— el color de sus flores crea un verdadero espectáculo visual en ambientes áridos del norte cordobés, santiagueño, chaqueño y precordillerano. Allí, incluso antes de las primeras lluvias, ocurre “esta explosión amarilla que llama la atención”, una característica compartida con otras nativas como el espinillo o el chañar.
Una de sus particularidades más llamativas es su tronco verde y fotosintético. En condiciones de estrés hídrico, la brea puede desprenderse de sus pequeñas hojas para evitar la pérdida de agua: “tira esas pequeñas hojitas… y se queda viviendo con las ramas y el tronco. Hace fotosíntesis”, explicó Antonio. Este mecanismo le permite sobrevivir en suelos gredosos, salinos y prácticamente desérticos, donde otras plantas difícilmente prosperarían. Por eso también suele ser consumida por cabras y animales del monte, convirtiéndose en un recurso forrajero de emergencia.
Además, su corteza puede exudar una sustancia gomosa, dulce y comestible, reconocida popularmente como la “brea”, con potencial uso como espesante natural. Aunque su madera no es la más buscada, su valor ornamental es indiscutible: su floración primaveral y sus chauchas rojizas la transforman en una excelente opción para paisajismo, especialmente en avenidas y parques donde se busca incorporar color, rusticidad y bajo mantenimiento.
La brea, resistente, temprana y luminosa, es un recordatorio de la riqueza de nuestras nativas y de su enorme valor ecológico, cultural y estético dentro del monte argentino.
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