27/11/2025 – En el séptimo y último episodio de «Gigantes de Nuestros Mares» conocimos a los cachalotes. Estos grandes mamíferos, erróneamente conocidos como ballenas, sorprenden por su cabeza enorme, su capacidad para sumergirse a grandes profundidades, el funcionamiento único de su órgano espermaceti y su comportamiento social que fascina a los estudiosos. Para saber de este cetáceo dialogamos con Alejandro Fernández Ajó, Licenciado en Ciencias Biológicas e Investigador del Instituto de Conservación de Ballenas (@icb.argentina) y de la Universidad de Oregon, Estados Unidos.
Dentro de la enorme diversidad del Mar Argentino, el cachalote ocupa un lugar tan enigmático como único. Su presencia imponente se explica, en gran parte, por su anatomía singular. Aunque suele confundirse con una ballena, el cachalote pertenece al grupo de los odontocetos, cetáceos con dientes que incluyen a delfines y orcas. Dentro de ese grupo, Alejandro aclara que se trata del “odontoceto más grande que existe”.
Su silueta, comparada con frecuencia con un submarino, destaca por la gran proporción de su cabeza, que representa aproximadamente un tercio del cuerpo. En esa región se aloja el órgano del espermaceti, una estructura llena de aceite cuya función está asociada al buceo a grandes profundidades y a la producción de sonido. Dicho aceite no solo lo hizo muy atractio para la cacería comercial, sino que se cree que ayuda al animal a sumergirse, ya que el cetáceo puede modificar la densidad del fluido a voluntad, enfriándolo para que actúe como lastre y calentándolo para ayudar a la flotabilidad al ascender.
Ese aspecto lleva a una de las características más fascinantes del cachalote: su capacidad acústica. Alejandro explica que es “el animal más ruidoso del mundo”, capaz de generar intensas vibraciones que utiliza para orientarse y localizar presas en la oscuridad absoluta de más de 3000 metros de profundidad. La ecolocalización es vital para su supervivencia y se desarrolla mediante una compleja combinación entre el espermaceti, el melón y el sistema de sacos aéreos ubicados en su cabeza.
Pero su vida no solo se distingue por sus capacidades físicas. Los cachalotes cuentan con una estructura social sorprendentemente sofisticada. Las hembras y sus crías conforman grupos estables que se organizan en clanes con culturas propias, identificadas por secuencias de sonidos llamadas “codas”, algo muy cercano a un lenguaje. Los machos, en cambio, abandonan el grupo familiar en la adolescencia y forman agrupaciones juveniles antes de iniciar sus migraciones hacia aguas polares.
Cada detalle revela un mundo complejo y poco visible, donde biología, comportamiento y acústica se combinan para sostener la vida de uno de los grandes titanes del océano profundo. Conocerlo es dar un paso más hacia la conservación de quienes habitan el vasto mar que compartimos.
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