15/04/2020 – “Mi sueño es poder experimentar una profunda comunión de vida, de fe y de amor entre quienes vivimos en la Iglesia diocesana de San Martín. Sueño con una comunión que no sea intimista, sino que se traduzca en salir al encuentro de las periferias existenciales, como dice el papa Francisco. Sueño con una comunión donde muchos hermanos, recibiendo el anuncio del Evangelio a través de nuestra propia vida, quieran seguir estando junto a Cristo vivo para poder hacer una cultura del encuentro, para poder hacer la civilización del amor. Humildemente quiero ser un hombre de comunión. La Eucaristía es el punto focal de mi vida. Misteriosamente por algo me comunicaron la noticia de que seré el obispo de San Martín el día del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Eso fue una delicadeza del Señor. En Río Gallegos aprendí que el obispo es el factor de comunión: fue mi tarea recorrer cada rincón de Santa Cruz y Tierra del Fuego llevando y trayendo las noticias y los temas de cada comunidad. Hasta las encomiendas y el correo me tocaba llevar”. Estas palabras que monseñor Miguel Ángel D’Annibale pronunció a mediados de 2018 al ser nombrado obispo de San Martín en una entrevista brindada a Radio María Argentina lo pintan de cuerpo y alma.
Gigante físicamente, era un humilde servidor, sacerdote celoso de cada celebración litúrgica, sabiendo que es el consagrado quien custodia el tesoro del Pueblo de Dios, lo acrecienta en la Eucaristía y se lanza a la misión de llevar la Buena Noticia a todos. De trato afable y cercano, también era muy franco en sus definiciones y gozaba habitualmente de muy buen humor. Se destacaba por ser un gran pedagogo e impulsor de una liturgia renovada, en sintonía con el Concilio Vaticano II. Hasta ayer fue el presidente de la comisión episcopal de Liturgia. Su gran labor en esta comisión quedó plasmada en la nueva versión de la edición latina de la Liturgia de las Horas que logró que la Congregación vaticana para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos aprobara el año pasado.
La diócesis de San Martín informó que, en el marco de las medidas de aislamiento social vigentes, los restos de monseñore D’Annibale no serán velados. El cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires, presidirá hoy a las 13 horas una misa exequial íntima en la catedral diocesana, en presencia de la madre y la hermana de monseñor D’Annibale. Será concelebrada por el obispo auxiliar de San Martín, monseñor Han Lim Moon, y algunos sacerdotes. Participarán también un diácono, una religiosa de la junta de la Vida Consagrada, los dos directores laicos del consejo pastoral y un seminarista, en representación de todos los miembros de la Iglesia.
La misa será transmitida por el facebook de la diócesis de San Martín (Buenos Aires) y demás redes sociales que adhieran. Los restos del obispo serán depositados en la cripta de la catedral Jesús Buen Pastor. La diócesis ruega a la comunidad que no se acerquen a la catedral, ya que permanecerá cerrada, y aseguran que, una vez levantada la medida de aislamiento social, se celebrará la misa de exequias con la participación de todo el pueblo de Dios. “A pesar de la inmensa tristeza que nos envuelve rezamos muy unidos y confiados en Jesús resucitado por este buen pastor que Dios nos regaló”, expresaron.
Monseñor Miguel Ángel D’Annibale falleció ayer en el Cemic de Buenos Aires, donde se encontraba internado desde el lunes 6 de abril debido a una leucemia mieloide aguda M4. Había nacido en Florida, partido bonaerense de Vicente López, el 27 de marzo de 1959. Fue ordenado sacerdote el 6 de diciembre de 1985; elegido obispo titular de Nasai y auxiliar de Río Gallegos, el 19 de febrero de 2011 por Benedicto XVI, ordenado obispo el 29 de abril de 2011, en el salón Juan Pablo II, del colegio Carmen Arriola de Marín de San Isidro, por monseñor Jorge Casaretto, obispo de San Isidro (co-consagrantes: Mons. Juan Carlos Romanín SDB, obispo de Río Gallegos, y Mons. Carlos María Franzini, obispo de Rafaela); inició su ministerio episcopal como obispo auxiliar de Río Gallegos en el Santuario San Cayetano de la ciudad de Río Gallegos el 22 de mayo de 2011. A raíz de la renuncia de monseñor Romanín, el 18 de abril de 2012, fue nombrado administrador apostólico de Río Gallegos. El 21 de febrero de 2013, Benedicto XVI lo nombro obispo diocesano.
El 15 de junio de 2018, el papa Francisco lo nombró obispo de San Martín. Tomó posesión e inició su ministerio pastoral como quinto obispo de San Martín el 1 de septiembre de 2018. En la Conferencia Episcopal Argentina fue miembro de la Comisión Permanente y presidente de la Comisión de Liturgia. Era licenciado en Teología Dogmática. Lema episcopal: “Como el Padre me envió, Yo los envío”.
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