Federico Wals peregrinó a Luján y recordó al Papa Francisco

sábado, 4 de octubre de 2025

04/10/2025 – Federico Wals fue durante años secretario del cardenal Jorge Mario Bergoglio, cuando este ejercía como arzobispo de Buenos Aires. Desde ese lugar de cercanía y servicio, le tocó acompañarlo en innumerables momentos de la vida pastoral, entre ellos las tradicionales peregrinaciones a pie hacia el Santuario de la Virgen de Luján.

En aquellas caminatas de fe, el Monseñor Jorge Mario Bergoglio se mostraba con su estilo característico: sencillo, sereno y profundamente espiritual. Caminaba entre la gente, sin distancias ni formalidades, escuchando a los peregrinos, confesando a quienes se lo pedían y ofreciendo bendiciones en medio del cansancio y la emoción de la jornada. Era un pastor que no se quedaba en los templos, sino que salía al encuentro del pueblo, compartiendo su mismo polvo, su misma esperanza y su misma oración.

Para Federico, esos años fueron un tiempo de aprendizaje y de testimonio vivo del modo en que Bergoglio entendía la fe: como un camino compartido, hecho de cercanía, de escucha y de misericordia. En esas peregrinaciones no solo se fortalecía la devoción a la Virgen de Luján, sino también la comunión entre los creyentes, que encontraban en su arzobispo una figura paterna y fraterna a la vez. Con el paso de los años, aquella experiencia quedó grabada en la memoria de Federico como uno de los rasgos más auténticos del futuro Papa Francisco: un pastor con olor a oveja, que caminaba junto a su pueblo.

Más de veinte años después, movido por el recuerdo y el cariño, Federico Wals decidió volver a emprender la peregrinación a Luján. Esta vez lo hizo en memoria del querido Papa Francisco, recientemente fallecido, cuya vida estuvo marcada por una profunda devoción a la Virgen de Luján. Fue un gesto de gratitud, de fe y de reconocimiento hacia quien supo dejar una huella imborrable en la Iglesia y en el corazón de los argentinos. Al volver a recorrer esos caminos, Federico revivió los pasos compartidos, las confesiones al borde del camino, las oraciones en voz baja, y la certeza de que María siempre acompaña a sus hijos, especialmente a los que caminan con esperanza.

Así, aquella peregrinación se transformó en un acto de homenaje y de amor, donde el recuerdo del Papa Francisco y la presencia de la Virgen de Luján se unieron una vez más en un mismo camino de fe, como signo de continuidad, gratitud y esperanza para todo el pueblo creyente.

En comunicación con Radio María, desde la peregrinación Federico relató que, cuando hacia la peregrinacion con el padre Jorge «habían puesto, carpas misioneras a lo largo del camino. Entonces {el paraba y confesaba, te daba el bautismo, los sacramentos. Y si no, si había alguna razón en que no pod{ia en ese moemnto, él te daba el número de teléfono del arzobispado para que lo contactaras».

Podés ver la entrevista completa en el reproductor de videos ubicado bajo el título