Felipe, el apóstol que tenía sed de Dios

jueves, 4 de junio de 2020
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04/06/2020 – Cada semana conocemos en profundidad a cada uno de los Apóstoles de Jesús. En esta oportunidad, nos sumergimos en la vida de Felipe, un joven inquieto en constante búsqueda del amor de Dios.

La fiesta de Felipe, apóstol – comenzó diciendo el padre Palacios- se celebra en nuestra Iglesia el día 3 de mayo. Mientras tanto, en la Iglesia Armenia, se lleva a cabo el 17 de noviembre y, en la Iglesia Copta, lo celebran el 18 de noviembre.  “El 3 de mayo, fecha en que los católicos recordamos a este apóstol, fue elegida porque ese día, se trasladaron los restos de Felipe a la Iglesia de los Apóstoles en Roma”, dijo el padre Francisco.

Profundizando en la historia de este joven apóstol, el padre Francisco contó que, al igual que los hermanos Pedro y Andrés, Felipe era de Betsaida, famosa por ser el lugar donde Jesús iba a descansar a la casa de sus amigos Marta, Lázaro y María.

Además, señaló que Felipe estaba entre los que rodeaban a Juan el Bautista: “Esto nos hace ver que este joven estaba en búsqueda de una razón de fe, dejándose guiar por Juan” y agregó: “Cuando Juan el Bautista le dijo a Felipe: “Ahí va el Cordero de Dios” Felipe y Andrés siguieron a Jesús y pasaron toda la tarde con él”.

El padre Francisco dijo: “Hay una sed de Dios en el corazón de Felipe, lo hace salir de sí mismo y andaba buscando con guías que Dios le va poniendo en su camino”.

En el Evangelio según San Juan (Cap.1 versículos 43-45) se narra que, Jesús se encontró con Felipe y le dijo: “Sígueme”. Felipe obedeció la llamada y poco después trajo a Natanael como nuevo discípulo.

Hay varios episodios en los cuales Felipe toma protagonismo. Por ejemplo, en el Evangelio según San Juan en la multiplicación de los panes. Jesús antes de este hecho, le dijo a Felipe: “¿Cómo vamos a comprar pan que coman éstos?” Se lo dijo para probarlo porque el Señor sabía lo que iba a hacer. No obstante, a Felipe le generó cierta incertidumbre esta pregunta mirando la cantidad de gente que había. El apóstol inquieto y buscando una respuesta, sintió que era imposible poder hacer algo, entonces le dijo a Jesús: “Doscientos denarios de pan, no bastan para que cada uno coma un pedazo”. Es decir, era imposible.

“¡Qué situación tan nuestra!” dijo el padre Francisco. “Frente a una situación o necesidad que tenemos, siempre es claro ver lo que no podemos. Tenemos claros los obstáculos, las imposibilidades y eso nos desmotiva o nos desilusiona”, añadió el sacerdote. Y enfatizó en que, sin embargo, sentimos en el corazón que algo se puede hacer, que algo se debe hacer: esas son las mociones del Espíritu Santo.

El padre Francisco hizo hincapié en que por eso, tantas veces Jesús nos pone estas preguntas – como las que le hizo a Felipe – no para frustrarnos, sino para ponernos en sus manos y dejarnos conducir por Él.

Felipe, ese joven apóstol inquieto, luego de la multiplicación de los panes, ayudó a distribuirlos y recogerlos en canastas para que lo que había sobrado, no se pierda.

Luego de recibir al Espíritu Santo en Pentecostés, Felipe viajó a misionar a Asia Menor (actual Turquía) para hablarles a otros sobre la vida y enseñanzas de Jesús.

Este apóstol pasó sus últimos años de vida en Frigia y murió, a semejanza de Pedro, crucificado boca arriba. Sus restos descansan en Roma.

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Como cada lunes nos acompaña el padre Francisco Palacios, párroco de la Parroquia Nuestra Señora Madre de Dios y Madre…

Posted by Radio María Argentina on Monday, June 1, 2020