Gestos de Jesús que revelan la profundidad de su corazón

miércoles, 4 de junio de 2025

04/06/2025 – Te invitamos a redescubrir el Corazón de Cristo, como fuente de un amor que se revela en gestos de cercanía incondicional. Por eso en el ciclo «Enseñanzas desde el Magisterio de la Iglesia», el Padre Javier Soteras nos viene guiando en un profundo análisis de la carta Dilexit Nos del Papa Francisco, adentrándonos en el corazón de Cristo como el núcleo viviente de nuestra fe. Preparate para una reflexión que te invita a la acción y a redescubrir la identidad más profunda de tu ser cristiano.

El Padre Javier nos introduce en la Dilexit Nos de Francisco, que nos invita a sumergirnos en el «fuego de amor» del Sagrado Corazón de Jesús. Este corazón es el «núcleo viviente» de nuestra fe, el manantial de vida donde brotan nuestras convicciones cristianas. Ir al corazón de Jesús, a su humildad, mansedumbre, ternura y fuego de amor, es reencontrarnos con nuestra propia identidad cristiana y la raíz de nuestra misión.

Francisco, nos dice el Padre Javier, es un papado de gestos más que de palabras, muy en sintonía con la vida de Jesús, cuyas acciones ocupan el 85% de los evangelios. El amor de Cristo se nos revela en sus gestos, en cómo nos trata, incluso cuando nos cuesta percibirlo. La vida cristiana se recibe más por lo testimonial que por los discursos. Para evangelizar, debemos traducir la buena noticia en gestos concretos, que inviten al otro a adherirse a ese testimonio. Esto nos «pone en acción» y nos mueve a reflexionar sobre nuestro propio obrar.

El punto 34 de la carta nos recuerda que Jesús «vino a los suyos», a nosotros, considerándonos algo propio que guarda con cuidado y cariño. No nos trata como esclavos, sino que propone una pertenencia mutua de amigos. Jesús «saltó todas las distancias», se hizo cercano, un «Dios con nosotros», un Emanuel. Se encarnó, se anonadó, asumiendo nuestra humanidad, incluso cargando nuestro pecado. Ni siquiera en el pecado nos abandona; somos nosotros quienes tomamos distancia. Como dice San Agustín, aún en el pecado sentía la presencia de Dios. Jesús desciende hasta los infiernos, demostrando que dondequiera que vayamos, Él está. Esta familiaridad de cercanía de Jesús despierta en nosotros una profunda confianza, que se resume en la devoción al Sagrado Corazón: «En vos confío».

El Padre Javier nos invita a entender que el amor de Dios es total. Su amor nos abraza completamente. Ante situaciones de dolor y adicción, especialmente en los más «rotitos» de la sociedad, el cariño, el amor y la comprensión rompen todo lo roto y rearman a la persona. La devoción al Sagrado Corazón ofrece una gracia de reparación y reconstrucción a través del fuego de su amor, que nos invita a reflejarlo en nuestros gestos y palabras, a tener la misma compasión de Jesús por el mundo.

La encarnación de Jesús es un modelo para la evangelización: «el Padre se tira al piso para jugar con el niño», se pone a nuestra altura y habla nuestro lenguaje. La evangelización exige que estemos donde el pueblo está, reinventando nuestros modos de comunicar el Evangelio en nuevos escenarios. ¿Qué determina esa reinvención? La capacidad de amar que brota del corazón de Jesús. Como decía San Maximiliano Kolbe, «el amor es creativo». No se trata de payasadas, sino de una creatividad que nace de un lenguaje que ama y de gestos que demuestran ese amor.

Jesús siempre busca el encuentro, se acerca, se detiene a conversar, rompe esquemas y transgrede lo establecido para mostrar la proximidad, compasión y ternura de Dios. Curaba con su propia saliva, como una madre, para que no lo sintieran ajeno. La «bella ciencia de las caricias» de Dios nos enseña que Él no nos ama de palabra, sino que se aproxima y nos da de su amor con toda la ternura posible. Aunque la cercanía con Jesús es íntima, también debe haber una «cercana distancia», como en un proceso pedagógico. Necesitamos de su cercanía para generar confianza, pero también de una sana diferencia para generar nuestra propia identidad y una relación que no sea narcisista, sino comprometida y en «éxtasis», saliendo de nosotros mismos.

En este Mes del Sagrado Corazón, el Padre Javier nos invita a conectar con esta fuente de amor y a ser creativos en la cercanía, siempre desde un corazón libre y dispuesto a ir donde Dios nos guíe.