Hay que anunciar con un ropaje nuevo la verdad del Evangelio – Padre Javier Soteras

miércoles, 31 de octubre de 2018
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31/10/2018 – El Padre Javier Soteras, director de Radio María Argentina, comenzó su reflexión sobre la exhortación apostólica del Papa Francisco, Evangelii Gaudium (La alegría de evangelizar), diciendo que “El Papa dice que tenemos que ver la forma de cómo llegamos con un ropaje nuevo, que sea adaptado al tiempo, sin que eso afecte en nada la verdad del Evangelio”. Y agregó que “la iglesia está para estar metida en el tiempo, no para estar fuera del tiempo, por lo tanto -dijo el Padre Javier- nuestro modo de expresarnos, nuestro modo de vestirnos, nuestro modo de ordenarnos, nuestro modo de organizarnos, tiene que ser en función de los tiempos que se están viviendo”.

Recordó que “El mejor ejemplo que nosotros tenemos de adaptabilidad en el anuncio del Evangelio, está en la Madre de Dios, que toma rostros diversos según sea la gente con la que se comunica”. Expresó también que “para nosotros hay una imagen que es muy decidora en sí misma, que es la Virgen de Guadalupe, ella tomó los rostros haciéndolos uno”, dijo. “Es el icono de la inculturación”, completó.

Dios nos atrae teniendo en cuenta la compleja trama de relaciones interpersonales que supone la vida en una comunidad humana. Me gustaría decir a aquellos que se sienten lejos de Dios y de la Iglesia: ¡El Señor también te llama a ser parte de su pueblo y lo hace con gran respeto y amor! La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio. (E.G. 113-114)

En este contexto, indicó que “Cuando uno ve la comunidad de Jesús, es una comunidad muy diversa, están los zelotes, los pescadores, un cobrador de impuestos, luego aparece Pablo, un perseguidor de los cristianos, Magdalena, que es una mujer que ha sufrido una liberación de siete espíritus impuros, pero hay comunión entre ellos”, explicó el Padre Javier.

Bien entendida, la diversidad cultural no amenaza la unidad de la Iglesia. Es el Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo, quien transforma nuestros corazones y nos hace capaces de entrar en la comunión perfecta de la Santísima Trinidad, donde todo encuentra su unidad. (E.G. 117)

A modo de conclusión resaltó que “Yo creo que el Papa nos está abriendo con este mensaje a lo bello de lo diverso, y esto es realmente una bofetada contra lo homogéneo del mercado”. Nos invitó a “respetar el camino de cada uno y a animarnos a romper moldes para encontrar moldes nuevos que es lo que necesita la humanidad”, acertó.