“Hay que perder tiempo escuchando al hermano”, afirmó el referente misionero de Gregorio de Laferrere

jueves, 18 de febrero de 2021
image_pdfimage_print


18/02/2021 – Mariano Buitrón, referente de la vida misionera en la diócesis de Gregorio de Laferrere, en el conurbano bonaerense, compartió las novedades de su comunidad y de la Región Buenos Aires. “Con esta situación de pandemia tuvimos que reinventarnos, fue un año diferente. Encontramos un campo de misión que no conocíamos. Aprender, aprendimos a usar el Meet y el Zoom. También pospusimos cosas en el 2020, aprendimos y nos renovamos. Lo bueno fue que aparecieron capacidades nuevas. Y es que Jesús sigue llamando, no hay que tener miedo a seguirlo”, dijo Mariano.

“También aprendimos a colaborar en Caritas y a misionar a la vez. Esta fue una de las cosas que aparecieron.  Los jóvenes nos hacemos cargo de las personas mayores que no pueden salir. El Espíritu Santo está presente, lo vimos en las actividades presenciales que pudimos hacer”, sostuvo Buitrón. “Desde el equipo diocesano decidimos suspender la misión habitual y salir a lugares públicos. Por ejemplo, el sábado habrá un gesto misionero  en dos puntos importantes de nuestra diócesis: la Plaza Atalaya de Isidro Casanova por la mañana y la Plaza de González Catán por la tarde. Allí va a estar una imagen de la Virgen de Luján. A las 19 horas, monseñor Jorge Torres Carbonell celebrará una misa en la parroquia que está al frente de la plaza de Catán. “Hay que perder tiempo escuchando al hermano, la misión es ir a lo popular”, nos enseña el padre Jorge, nuestro obispo”, destacó el joven.

Este año comienza la actividad presencial de la IAM de Laferrere. Será el 27 de marzo con una misa en la capilla Santa Teresita de González Catán. Cada grupo tendrá sus burbujas para que sea seguro desde lo sanitario. Igual todo será decidido junto a cada párroco”, agregó Mariano. “En Navidad hicimos lo que llamamos “El camino de Belén” recorriendo toda la diócesis. Era un pesebre itinerante con dos jóvenes haciendo de María y José y representado el Niño Jesús. Nos metimos en los barrios populares y nos llevamos varias gratas sorpresas, con personas que lloraban al ver pasar la camioneta del pesebre. Monseñor Torres Carbonell nos acompañó durante esos dos días soportando el calor reinante”, cerró el joven bonaerense.